En menos de una semana, la ciudad naval se despedirá del mes de agosto, dando inicio al nuevo curso escolar. Y con este retorno a la normalidad, los vecinos del municipio, especialmente aquellos del barrio de Ultramar, deberán enfrentar una nueva fase de las obras de humanización de la avenida de As Pías.
Según los planes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible –antiguo Fomento–, la reapertura de la carretera de la Trinchera debería hacerse efectiva en los próximos días, aunque de momento sigue sin contar con una fecha concreta. Este nuevo hito vendrá acompañado de la habilitación del bypass temporal que rodeará el túnel de la calle Nueva de Caranza, la última infraestructura en pie del antiguo trazado elevado de la avenida y cuya demolición debería comenzar durante la primera mitad de septiembre –inicialmente el martes día 3–.
No obstante, pese a que las obras parecen avanzar en tiempo y forma, el cumplimiento de los plazos sigue siendo una incógnita tanto para los vecinos como para el propio Concello. Así, fuentes municipales confirmaron que, desde la última reunión mantenida con Transportes, a través de la Dirección General de Carreteras, el pasado 19 de julio, no ha habido ningún otro contacto con la cartera que preside Óscar Puente. En cualquier caso, desde el gobierno local se espera que se puedan retomar los encuentros para abordar el avance de las obras y las siguientes fases del proyecto a partir del próximo mes de septiembre.
Por su parte, los residentes de Ultramar, unos de los más afectados por el proyecto, especialmente en lo que respecta a esta parte del mismo, celebran que los trabajos se hayan acelerado, pero no se muestran seguros de que se cumplan los plazos señalados por el Gobierno central. “En la última reunión se hablaba de abrir la Trinchera a finales de este mes, es decir, ya, pero lo que piensan los vecinos y la asociación es que probablemente no sea así”, apuntó ayer Natalia Ares, presidenta de la AVV del barrio. En este sentido, la representante de los habitantes de la zona afirma que los trabajos “están avanzando mucho”, pero que, tras visitar la zona, “no parece ser para agosto” la reapertura de la carretera.
Respecto a la situación del tráfico en el barrio, que aumentó notablemente con el cierre de la Trinchera –pese a haberse habilitado el acceso de Caranza al polígono de A Gándara a través de O Bertón–, Ares lamentó que siga siendo “un caos”. “Estamos deseando ya que abra [la FE-11] por la cantidad de coches circulando, sobre todo en ciertos momentos del día”, apunta la presidenta, recordando que Ultramar es una zona “muy pequeña, pero con muchos coches y mucha actividad”. “Los vecinos lo entendemos, hay que sufrirlo, pero estamos deseando que se acabe ya la obra porque nos está afectando mucho a nivel de tráfico”, admite.
Por último, en lo que respecta a la situación una vez se habilite el bypass y la Trinchera, Ares cree que “se notará muchísimo”, aunque, al menos inicialmente, seguirá habiendo un flujo de vehículos muy elevado hasta que la gente se acostumbre a la nueva configuración viaria.
Si bien son muchos los factores que pueden llegar a condicionar la apertura a tiempo de la Trinchera, como puede ser las condiciones meteorológicas –según el portal Meteogalicia no se esperan lluvias a inicios de semana–, lo cierto es que el avance de los trabajos es más que evidente.
A día de hoy la rotonda central que conectará la FE-11 con la avenida de As Pías y la de Esteiro se encuentra ya completada, colocándose las piedras que decorarán el centro de la glorieta, así como las aceras en los laterales. Asimismo, la capa de suelocemento ya se encuentra terminada, restando únicamente colocar la lámina de asfalto. En cuanto al bypass, también está hormigonado y conectado con el resto de viales, aunque en este caso no se le colocaría una capa superior, dado que es temporal. Este acceso conecta con la mencionada rotonda en paralelo a la calle Santa Comba –siguiendo el antiguo trazado de As Pías–, por lo que se prevé que será necesario circula por la glorieta a la hora de entrar y salir de la calle Nueva de Caranza desde este punto.
Otra de las incógnitas sobre esta fase es la comprometida pasarela peatonal –desde el cierre de la Trinchera solo se puede pasar por uno de los laterales del túnel que próximamente será derribado–. Varios vecinos apuntaron a través de las redes sociales que se estaba creando una vía para cruzar desde el parque Pablo Iglesias hasta Santa Comba por el margen más próximo a la tienda de Dignidad. No obstante, una vez en el lugar se puede observar que dicho acceso parece estar reservado para los obreros, dado que es elevado y cruza por un área que aún debe despejarse de tierra para que quede al mismo nivel que la carretera.