Han sido intensos los primeros tres años de Francisco Barea –Fene, 1972– al frente de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, tanto a nivel de relación con la ciudad, con una transformación total de la fachada marítima, como en tráficos, con la pérdida definitiva del que durante varias décadas ha sido su mercancía más importante, el carbón.
Los tráficos de este año bajan con respecto al anterior, pero desde el Puerto se explica que se está atravesando un momento de cambio (descarbonización, transición energética...). ¿Hacia dónde debe caminar el organismo y cuál es el plan con el que quiere conseguir el objetivo de diversificación?
Ferrol vivió durante muchísimos años de tráficos que se basaban en graneles sólidos, graneles que no eran otra cosa que combustibles que teóricamente no vamos a volver a usar. El tráfico de carbón ha desaparecido totalmente y, por lo tanto, tenemos que pasar a mover mercancías sostenibles. Esta caída es un problema puntual que tenemos en este momento, un problema que se veía venir porque que iba a desaparecer el carbón es algo que se sabía desde hace muchos años. Ahora mismo estamos en el punto de inflexión negativo, pues por primera vez el carbón ha desaparecido del todo. A esto se une el mal comportamiento de Alcoa en los últimos dos años. ¿A dónde tiene que ir el Puerto? Al movimiento de graneles también, pero que sean sostenibles. La transición energética nos ha llevado a estar en un lado del campo, es decir, movíamos combustibles fósiles, y debemos pasar al otro, que se basa en energías sostenibles, nuevas energías que van a venir derivadas del hidrógeno, la eólica marina... Por otro lado, va a ser muy importante la terminal de contenedores en un futuro. Ahora tenemos problemas con ella, pero debe ser también nuestra fortaleza.
El carbón llegó a suponer cinco millones de toneladas. ¿Cómo se compensa esa pérdida?
Sí, más de cinco millones. Y no hay que olvidar que Alcoa supone lo mismo. Por lo tanto, si pasara algo en Alcoa, que espero que no, perderíamos en los últimos cuatro años 11 millones de toneladas. ¿Cómo lo vamos a suplir? Tenemos que ir a las nuevas energías y la terminal de contenedores debe tirar mucho. Se habla mucho de tonelajes y el puerto de Ferrol no tiene por qué mover grandes tonelajes, sino tonelajes que repercutan en el puerto en varias maneras: financieramente y que sean tráficos con un valor añadido, como es que generen empleo. Digo esto porque se puede mover una gran cantidad de toneladas de un tráfico determinado y que no tenga el impacto financiero o económico de otros que mueven menos. Hay que ir a las energías renovables, los biocombustibles van a tener un papel importantísimo en los próximos año y van a aparecer nuevos tráficos, como el metanol, el amoníaco, el hidrógeno... Veremos cómo, pero tenemos que entrar en ese abanico.
¿Cree que se tardó en prever ese cambio?
Sin duda. En el momento en el que a Meirama se le da el toque, aquí debieron tomarse medidas. Se pudo intentar hacer una estrategia futura a décadas. Porque el Puerto, para tener nuevos tráficos, no se mueve en años, sino en una década. Cuando eres cautivo de tráficos muy grandes corres ese riesgo, y eso es algo que se tenía que haber hecho.
¿Será posible a corto plazo cerrar alguna otra línea regular de contenedores?
La clave de la terminal es el tren. Es un hito que va a marcar un antes y un después por muchas razones, y una de ellas es la terminal de contenedores. No puede haber una terminal de contenedores en un puerto sin una conexión ferroviaria. No la hay, y Ferrol estaba en esa situación. Cuando esté acabado el tren, la terminal tendrá un plus muy importante y ahí tiene que cambiar su deriva y empezar a coger forma. También van a ayudar una serie de proyectos que hay alrededor, que están ahí latentes, como es el caso de Sentury... Pero la clave es el tren.
Debemos tener un terminalista que se dedique a traer a Ferrol un número determinado de cruceros al año, y yo considero que un número razonable es 50
A Caneliñas y también el resto de la red interna, que es igual de importante.
Tenemos una inversión muy grande y parte de ella está hecha, como las vías interiores del puerto exterior. Acabamos de licitar y vamos a adjudicar la vía interior, la vía de espera y la propia obra de conexión de los dos puertos. Por cierto, tengo que recordar que esa obra la paga la Autoridad Portuaria; tenemos una propuesta de que nos van a adjudicar 39 millones, pero el resto, hasta prácticamente los 120 que cuesta, los va a pagar esta Autoridad Portuaria. Por tanto, esa inversión tan grande que vamos a hacer está dentro de los dominios de la Autoridad Portuaria. En 2026 vamos a tener unas infraestructuras ferroviarias “top”. Desde ahí hasta la estación de tren entra ADIF. Hay una inversión importante que vamos a hacer conjuntamente, cada uno en su parte, que va a mejorar el tramo hasta la estación de tren: vamos a mejorar gálibos, vamos a tener el tercer hilo, incluir el ancho métrico... ADIF está a punto de licitarlo, vamos a solapar las dos obras y a primeros de 2026 espero que esté todo listo y que nosotros hayamos cumplido con nuestra parte. Pero el hándicap lo vamos a tener siempre de la estación hacia fuera. Y eso entra en las inversiones del Estado, donde ni hay mejora ni se le espera.
¿Ni se le espera?
No. Hubo una visita por parte del comisionado del Corredor, se habló, pero no hay atisbos de ninguna inversión ni de ninguna mejora de la línea: ni Ferrol-Betanzos, ni Betanzos-A Coruña, ni Betanzos-Lugo. Soy muy pesimista y no tengo perspectiva de que las haya.
Porque además son obras que requieren años de tramitación y ejecución...
Requieren años de tramitación, años de ejecución... Y presupuesto. Y no hay Presupuestos Generales del Estado, y mientras no los haya no va a haber inversión. Además, Ferrol no está en el Corredor Atlántico de Mercancías en la red básica. Y eso es muy importante porque todos los fondos europeos que vengan para ADIF se dedicarán a la red básica. Por lo tanto, nosotros no vamos a tener esa inversión.
En 2026 estará renovada y mejorada toda la red desde la estación de tren al puerto; el hándicap lo vamos a tener de la estación hacia fuera
¿Siente que hay un agravio comparativo con respecto a otros puertos?
Es que nosotros pagamos el tren con nuestro dinero, con dinero de la Autoridad Portuaria, no del Estado. Al de A Coruña le paga el tren ADIF con fondos europeos. Nosotros solo pedimos que nos den los mismos fondos europeos que A Coruña, no que nos den un préstamo. Lo mismo pasa en más sitios: a Barcelona acaban de darle 500 millones para arreglar los accesos.
Hay un proyecto para adaptar la zona de Curuxeiras para el atraque de cruceros. ¿En qué va a consistir y en qué afectará a la dársena?
Lo que vamos a hacer es licitar una terminal de cruceros. El Puerto no puede estar captando cruceros yendo a las ferias para atraer uno o dos cruceros. Aquí hay que tener un terminalista cuyo trabajo sea dotar a Ferrol de un número determinado de cruceros al año y yo considero que un número razonable es 50. Lo vamos a licitar ya. El terminalista tendrá que hacer una inversión física en el muelle a posteriori, porque no es necesario para que haya ese tráfico de cruceros tener físicamente la terminal. Cuando eso ocurra, el muelle va a quedar abierto al público y entonces presentaremos el proyecto que tenemos para ese punto del muelle, detrás de la lonja.
En los últimos años la relación puerto-ciudad ha recibido un impulso. ¿Fue fácil llegar a acuerdos con las otras administraciones y con los operadores del puerto?
La relación con el Arsenal siempre ha sido muy buena y la relación con el Concello ahora es muy buena. Para entenderse tiene que haber predisposición a escuchar. Si a eso añadimos que la Xunta ha aportado una gran cantidad de dinero –no hay que olvidar que las obras de toda la fachada marítima son consecuencia de un convenio con la Xunta, que de los 4,6 millones que cuesta, pone 3,8– tenemos un caldo idóneo en el que se puede trabajar y se nota mucho más todo lo que hacemos porque todo lo que haga el Puerto va a repercutir en Ferrol. Era un objetivo muy claro que teníamos cuando entramos: abrir el puerto a la ciudadanía, y lo hemos conseguido respetando el puerto comercial. Nadie cuestiona que el puerto no se puede tocar.
¿Y esas facilidades también se han dado en la comunidad portuaria?
La gente que trabaja en la comunidad portuaria es muy agradecida. Lo que hay que hacer es tratar con ellos, darles facilidades y ser generosos.
¿Cuándo se adjudicará la reforma del edificio de Aduanas?
Aduanas está adjudicada provisionalmente; falta que la empresa entregue documentación y firmar el contrato. Empezaremos este año y a lo largo del que viene va a estar finalizada. Estamos cerrando el uso que le vamos a dar, pero en todo caso va a ser un uso público. Cuando acabemos estos proyectos que tenemos en marcha, quedaría actuar en el muelle de La Cortina, el entorno de la sede del Puerto y todo el frente de los locales de hostelería. Todos estos proyectos los estamos licitando ahora mismo.
A nivel personal, ¿qué balance hace de sus tres primeros años al frente de la Autoridad Portuaria?
Estoy muy orgulloso de que hayan contado conmigo, y eso tengo que agradecérselo al presidente de la Xunta en aquel momento y al actual. Aquí entras como servidor público y dentro de la gestión nos habíamos marcado unos hitos, como la apertura a la ciudad y el desarrollo de la estrategia del futuro, algo que para mí es muy atractivo. No voy a hablar de mí mismo; lo único que hemos hecho es cumplir con lo que se nos encomendó. Creo que el Puerto está yendo en el buen camino, aunque no vayamos a tener una estabilidad de tráficos hasta dentro de unos años. La obra del tren fue el punto más crítico, y uno de los cometidos que teníamos era solucionar esos problemas, y se ha hecho: hay futuro y la obra se acaba.