El vicealmirante Gonzalo Villar es el máximo responsable del Arsenal de Ferrol desde el pasado 7 de octubre. Este madrileño de 59 años es uno de los jefes más jóvenes en asumir este cargo, labor que ejerce con gran alegría y la mejor de las disposiciones, y con el reto de seguir de cerca la construcción de las nuevas F-110, y continuar con la modernización del recinto militar.
¿Cómo están siendo estos primeros días como máximo responsable del Arsenal de Ferrol?
Muy intensos. Ya que aunque hay cambio de almirante, la actividad en el Arsenal no para, sigue su curso, y es necesario que el nuevo jefe corra todo lo que pueda para estar a la altura lo antes posible. Además, tengo una agenda completa de reuniones para conocer a todo el personal y que todos me conozcan a mí. Saber de primera mano sus actividades, sus problemas, cómo los resuelven y, paralelamente, empezar también las reuniones protocolarias con las principales autoridades de la zona como el alcalde, el delegado del Gobierno, la subdelegada, el presidente del Parlamento, de la Xunta... En fin, tres semanas muy intensas.
¿Cómo afronta este reto o esta nueva fase profesional?
Bueno, sí, es un reto sin duda, ya que es ponerme al frente del mejor Arsenal de la Armada, con tres siglos de historia. Desde sus gradas han salido, y siempre salen, los mejores barcos, no solo de la Armada sino de todo el mundo. Como ejemplo siempre pongo las F-100, que llevan más de veinte años en servicio y son todavía las mejores fragatas de escolta a nivel mundial. En definitiva, esto es una gran responsabilidad y una gran alegría, obviamente por lo que ha supuesto el ascenso y la muestra de confianza tan grande que han depositado en mí el Ajema y la ministra de Defensa. En lo personal, familiarmente tenemos muchos lazos con Ferrol: mi mujer es ferrolana y también mis hijos, y hemos pasado aquí 13 años de mi carrera. Es una gran satisfacción volver a casa.
¿Qué sensaciones tiene?
Me da mucha alegría estar rodeado de mucha gente que conozco.Estoy estos días visitando todas las dependencias y no hago más que encontrarme con marineros, cabos y suboficiales con los que he coincidido a lo largo de toda mi carrera. Me acuerdo de ellos y ellos de mí, y es algo muy bonito, la verdad.
¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado?
Nunca he estado destinado en este Arsenal, siempre lo he conocido como cliente; es decir, como personal de un barco basado y sostenido por él. Los objetivos que me marcado son varios. El primero es que continúe como hasta ahora y como ha venido haciendo durante toda su historia, dando el mejor apoyo posible a los barcos que dependen logísticamente de nosotros y, en particular, a las F-100, que están participando en misiones de manera constante y rindiendo al máximo nivel.
También a los patrulleros, que hacen una labor más callada pero están en primera línea de defensa de nuestros intereses en los espacios de soberanía marítima españoles los 365 días del año. Pero luego, paralelamente, se están construyendo las F-110, que están llamadas a ser los mejores buques de escolta del mundo, y ahí el reto es cumplir una misión de inspección y apoyo a Navantia para que esa relación estratégica de la Armada con la empresa pública dé unos frutos tan magníficos como con las “Álvaro de Bazán”.
¿Cómo es la participación de la Armada en el proceso?
El Arsenal participa en la elaboración de los requisitos y especificaciones del contrato, supervisa su cumplimiento... Para que se haga una idea: por cada barco, tenemos que verificar que los 10.000 planos que se generan estén en consonancia con las características del acuerdo. Además, tomamos parte también en todas las pruebas de aceptación de todos los equipos y sistemas que van a bordo de la fragata. Eso son mil pruebas; o sea, el trabajo del Arsenal en lo tocante a la inspección de la construcción de las F-110 también es muy intenso.
Déjeme que le indique además un tercer reto u objetivo que me he fijado: continuar con el proceso de transformación en el que está inmerso este recinto y el resto de los espacios de la Armada para estar a la altura de esta revolución tecnológica permanente en la que vivimos e incorporar esas nuevas tecnologías. Tal vez, la más novedosa sea la Inteligencia Artificial, que nos va a cambiar la manera de trabajar y de relacionarnos; pero también hay otras como la impresión 3D.
El Arsenal tiene que estar preparado para incorporarlas de manera ágil y rápida con el objetivo de habilitar nuevos conceptos de apoyo logístico basados en el dimensionamiento inteligente de almacenes, el Gemelo Digital, que es una enorme innovación liderada por Navantia y la Armada que nos habilita otra concepción como es la logística predictiva. En fin, es un proceso que afecta a nuestros sistemas de trabajo, a nuestra organización y a nuestras necesidades de infraestructuras, de ciberseguridad... En fin, es un trabajo muy intenso e importante, y también es un reto lograr sacarlo adelante.
¿Qué opinión le merece el proyecto de “Abrir Ferrol ao Mar”?
Pues yo creo que ha sido una magnífica idea, es bueno para Ferrol y va a mejorar la visión del entorno que rodea a la ciudad. No va a haber sólo un muro blanco de tres o cuatro metros de altura. Además, a nosotros nos ayuda a poner en valor ese patrimonio histórico de primer orden mundial que tenemos en común, que es el Arsenal, y esa apertura nos ayuda también a impulsar la conciencia marítima de los ciudadanos y de los visitantes. En definitiva, estamos muy ilusionados con ese proyecto y estamos trabajando codo con codo con el Concello y la Xunta de Galicia en su desarrollo, y deseando verlo acabado, como todos, lo antes posible.
Ignacio Frutos estuvo siempre muy próximo a la sociedad civil, ¿seguirá usted en esa línea?
Sí. La idea es continuar en esa línea, algo que hago encantado. La Armada seguirá apoyando a la sociedad civil y a las instituciones, con el Ayuntamiento al frente, en diferentes manifestaciones. El vínculo con la Semana Santa es fuerte y seguiremos trabajando en ello. De hecho, al frente. Ejemplos como esta tradición, pero también con cualquier otro ámbito cultural y deportivo, seguiremos apoyándolos.
¿Cómo afecta al día a día de la Armada el clima actual de tensión internacional?
Efectivamente, desde la invasión brutal de Ucrania por parte de Putin todos los países europeos y todos los aliados de la OTAN hemos asumido un papel mucho más relevante en la disuasión y defensa del continente. Asumimos este rol para que Rusia tenga claro que no le compensa atacar a ningún país de la Alianza y eso implica que todos estamos haciendo un esfuerzo militar más grande, desplegando más fuerzas terrestres en el flanco oeste.
Además, se está sumando en estos días también la Infantería de Marina Española en Rumanía y un despliegue de fuerzas aéreas y marítimas mucho mayor y, en la Armada, lógicamente, también se está notando. Hace dos años comenzamos a intervenir con el grupo de combate expedicionario Dédalo, que tuve la fortuna de mandar hasta que tomé posesión de mi actual cargo. Eso genera a su vez una mayor necesidad de buques de escolta y los mejores del mundo son los nuestros, así que han tenido que sumar a sus compromisos con la OTAN también la protección del “Juan Carlos I” y los buques anfibios, y eso para Ferrol supone una mayor intensidad en las operaciones. Eso al Arsenal le supone trabajar más duro para que esos barcos estén en condiciones óptimas en todo momento.
¿Qué buques están ahora fuera de su base en Ferrol?
La fragata “Cristóbal Colón”, que se encuentra en el SNMG2 (Grupo Naval Permanente) en aguas del Mediterráneo. También se encuentra desplegado el BAC “Cantabria”.
¿Comparte con su antecesor que el de Ferrol es el “mejor Arsenal del mundo”?
Claro que lo comparto, no solo por no llevarle la contraria a mi jefe [risas], sino porque lo es. Aquí hay 723 profesionales civiles y militares espectaculares y son los responsables de que este Arsenal cumpla sus funciones siempre por encima de lo que se espera. Es un sentimiento de profesionalidad y servicio impresionante.
Existe un ambicioso plan de modernización de las instalaciones de Defensa en Ferrol, ¿cuál es la hoja de ruta?
La situación ha cambiado a nivel mundial y eso para todos los países de la OTAN ha supuesto un incremento sustancial en los presupuestos de Defensa. Dentro de esas partidas hay una específica para infraestructuras que muchas veces, en décadas anteriores con menores cuantías, nunca llegaba a invertirse en instalaciones, se lo llevaba todo el mantenimiento de buques, aviones y unidades de Infantería de Marina.
Ahora estamos en un momento en el que se puede afrontar la actualización y modernización de capacidades de infraestructuras, ciberseguridad, eficiencia energética... Se están llevando a cabo muchas mejoras en el ámbito de Ferrol y, paralelamente, gracias al proyecto de abrir la ciudad al mar, estamos apostando por recuperar la esencia del Arsenal del siglo XVIII, recuperando aspectos patrimoniales que no estaban en las mejores condiciones y a los que se les están dando un impulso muy grande.
El pasado 12 de octubre se vivió una de las habituales jornadas de puertas abiertas en estas instalaciones, ¿qué le parecen este tipo de iniciativas dirigidas a la población civil?
Estamos encantados. Ese día tuvimos 1.200 visitas. De todos modos, tenemos nuestros barcos y el Arsenal abierto al público cuatro días por semana, dos de ellos el fin de semana. De hecho, siempre que tengo ocasión aprovecho para animar a los ferrolanos a que visiten las instalaciones, donde les enseñarán también un buque. Y que hagan lo mismo con el Palacio de Capitanía, que se abre una vez al mes, el cuartel de Dolores y Fontelonga. Que visiten también el Museo Naval, que es una joya, y Exponav que, aunque no es de la Armada, es un proyecto conjunto con Navantia y resto de actores de la construcción naval y las administraciones. Es un lujo todo esto.
¿Qué espera de esta etapa que acaba de iniciar en Ferrol?
Pues solo espero estar a la altura de esos 723 profesionales que tengo a mis órdenes y que estoy encantado con ellos viendo lo bien que trabajan día a día. Y si yo estoy a la altura, conseguiremos que el Arsenal siga siendo el mejor del mundo y siga manteniendo las F-100 en operaciones. Y que la F-110 salga la mejor del mundo, que estoy seguro de que va a ser así, y que esa transformación del Arsenal podamos culminarla lo antes posible.