La huella de la emigración: un legado arquitectónico y educativo en el área de Ferrolterra

El pasado indiano de muchos vecinos se percibe en llamativas viviendas o escuelas erigidas con dinero procedente de América
La huella de la emigración: un legado arquitectónico y educativo en el área de Ferrolterra
Escuela Curros Enríquez de Maniños (Fene) I Jorge Meis

La riqueza arquitectónica y paisajística de las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal no se entiende sin la huella que ha dejado en ellas la emigración. Son muchos los municipios en los que se erigen edificios construidos por vecinos y vecinas que, en su tiempo y por diferentes motivos –económicos o políticos, fundamentalmente– decidieron dejar atrás su lugar de origen para buscar un buen porvenir. A su regreso, edificaron inmuebles que a día de hoy se han convertido en verdaderas joyas.


En “A Descuberta do Patrimonio”, una guía editada por la asociación Cultural Medulio hace ya más de una década –con el apoyo de la Diputación de A Coruña, coordinada por Iolanda Gomis y con textos de los historiadores Josefina Sánchez y Andrés López (fotografías de Ovidio Aldegunde)–, se invita a recorrer el territorio con la mirada puesta en diferentes aspectos, entre ellos, la arquitectura indiana.

 

Escuelas

La partida hacia América de miles de gallegos –en muchas ocasiones, sin retorno– provocó un profundo sentimiento de compromiso y solidaridad con los que se quedaban atrás. Las partidas de dinero enviadas por los emigrantes tuvieron especial impacto en la esfera educativa.

 

 

 

 


Algunas de estas personas aportaron su grano de arena de manera individual, con donaciones o legados desde el siglo XVII para construir y mantener centros escolares. Otras lo hicieron de manera colectiva, a través de las  sociedades de instrucción formadas en América desde el siglo XX, que financiaron las llamadas “escuelas de americanos”, caracterizadas por ser laicas, gratuitas y con métodos pedagógicos modernos. El diseño de los edificios escolares priorizó su funcionalidad, higiene, la existencia de espacios recreativos y la dotación de recursos pedagógicos avanzados para la época.


En este recorrido destaca el municipio de Ares. Allí se encuentra la Alianza Aresana, pionera en Galicia en 1904 y fundada por emigrantes en Cuba. También la Escuela de Cervás, levantada en 1925 por personas asentadas en EEUU, o la Escuela de A Tenencia de Redes, erigida en 1914.

 

Alianza Aresana Jorge Meis
Alianza Aresana I Jorge Meis


En As Pontes, los emigrados a Cuba ayudaron a edificar el grupo escolar, conocido hoy en día como CEIP Santa María.


Por su parte, Ortigueira es otra de las localidades en donde la solidaridad de la emigración marcó la educación de sus vecinos y vecinas. En este sentido, el edificio de la biblioteca municipal –de estilo modernista– fue creado por Julio Galán en 1909. Tres años después vieron la luz las escuelas de las parroquias de San Claudio y San Adrián.


En Ribeiras do Sor, Mañón, se levantó en 1927 un pequeño colegio –de edificio sencillo y simétrico– con un novedoso elemento para la época: su reloj.

 

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Placa conmemorativa del aniversario del CIRS de Cervás I AEC


El colegio Francisco Vizoso Cancela (1929) o la Institución escolar Franza-O Seixo (1927) son el fiel reflejo de estas aportaciones de emigrantes en Mugardos, mientras que la Escola da Torre, también conocida como Escola Laica se inauguró en 1929 en el concello de Cabanas. En el municipio fenés se levantaron tres escuelas con los fondos procedentes del extranjero. La Concepción Arenal de Fene, Hijos de Limodre y Curros Enríquez en Maniños.

 

Viviendas

Además de todo este patrimonio relacionado con los centros de enseñanza, los municipios de Ferrol, Eume y Ortegal albergan también otros ejemplos de la emigración, relacionada con aquella que logró regresar a sus raíces.


Con el dinero conseguido a miles de kilómetros de sus localidades natales construyeron en muchas ocasiones nuevas casas, con detalles de la arquitectura colonial que disonaban de las de sus vecinos y vecinas. Muchas de ellas tenían porches, tejados planos o techos muy elevados.


Los expertos en la materia las dividen en viviendas tradicionales –aquellas en las que priman los trazos propiamente gallegos– y burguesas o “de autor”. Como ejemplo a destacar, se encuentra en Fene –concretamente en Barallobre– el Chalé Adriano o también conocido como Casa de la Maleta. Su nombre original es “La Perla del Sur”, en recuerdo de la ciudad cubana de Cienfuegos, y fue construida en 1921 por Antonio Fernández –apodado “Adriano” por el nombre de su padre–.

 

Casa da Maleta 2Jorge Meis
Casa de la Maleta I Jorge Meis


Tal y como destaca el Ayuntamiento en su página web, se trata de una de las primeras casas de la zona edificada en hormigón, cuyo diseño exterior consta de ocho fachadas que combinan diversas influencias propias de la arquitectura ecléctica indiana, así como del modernismo y el neoclasicismo.


En el municipio vecino de Narón se encuentra, también, el Pazo Libunca, situado en la parroquia de San Xiao. Conocido anteriormente por el nombre de Chalet Cabezas, fue construido en 1918 por la familia Montenegro y destaca en su interior por la decoración de azulejo y pintura y, en su exterior, por los detalles modernistas.

 

 

 

 


Además de estas dos viviendas, en los diferentes concellos de las comarcas se encuentrandiversas muestras de casas indianas, que destacan tanto por su estética como por su arquitectura característica de la época.
Así las cosas, en Mugardos se encuentran dos situadas en la calle Corzás (números 9 y 25), de los años 20, y en Franza la de Ángel Pico. También la Casa Dans Arrabal en la avenida do Mar, con galerías de aire modernista.

 

Pazo Libunca Jorge Meis
Pazo Libunca I Jorge Meis


En Fene se ubican, por ejemplo, la Casa de Antonio Porto (1932) en Perlío y la de Manuel Martínez, en Barallobre (1931). 


Como acontecía con las escuelas, en Ares la huella vuelve a dejarse notar también en los hogares. Es el caso de la Casa de Concha Amado en O Pedregal de Redes (1915) o las Casas Ramos Bugallo en la calle Real del núcleo de la villa (números 64-66).


Mientras, en Cabanas se encuentran algunos modelos de viviendas “con ánimo de amosar o poderío económico”, recoge la guía de Medulio. Resaltan por sus porches, galerías tradicionales o grandes torres.
Es el caso del Chalé do Areal, un proyecto que se construyó entre 1930 y 1934 y nació en Buenos Aires. Cuenta con elementos clásicos, una galería adaptada a la tradicional construcción racionalista y vegetación exótica en su exterior.

 

Chalé do Areal Emilio Cortizas
Chalé do Areal I Cortizas


De similares características es Vila Rosa, edificada entre 1914 y 1916 y con dos terrazas –una cubierta y otra sin techo–. Mientras, en San Martiño do Porto se ubica Vila Fraián, una vivienda que fue reformada –añadiendo volúmenes–, y cuya construcción culminó en 1920.


En definitiva, el patrimonio de las comarcas es un testimonio palpable de la influencia de la emigración en Galicia. A través de escuelas modernas e impresionantes viviendas para la época –que mezclaban estilos locales con otros propios de América–, se percibe la capacidad de los vecinos de Ferrolterra para construir un puente entre dos mundos. Su conservación supone también mantener el legado de la historia. 

 

Protección

El Consello da Cultura Galega (CCG) presentó hace casi un año un estudio“Informe sobre a arquitectura indiana en Galicia: propostas para a súa definición e protección patrimonial”– en el que se recogen las características de estos edificios, poniendo el foco en sus características comunes. 

 

El objetivo del citado documento es poder catalogar estos inmuebles y ampliar su protección jurídica. El organismo apunta a la problemática de falta de registros de elementos arquitectónicos –fundamentalmente de carácter residencial–, así como la necesidad de contar con unos criterios tipológicos para poder clasificar estas manifestaciones indianas. 

 

En cuanto a su protección, el CCG remarca que la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia es “la más avanzada” en esta área, otorgando amparo a este tipo de edificaciones –a diferencia de lo que ocurre en otras Comunidades–.

La huella de la emigración: un legado arquitectónico y educativo en el área de Ferrolterra

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