Parece que vivimos tiempos más convulsos de lo habitual, con un preocupante aumento de las agresiones que hace que la ciudanía perciba ese miedo y busque solución para sentirse más seguro ante posibles ataques.
Javier Naveiras (O Val, 1971) es el responsable de Krav Magá Narón y lleva muchos años dedicándose a las artes marciales. Él mismo asegura que el interés por la defensa personal nunca fue tan elevado como ahora mismo. Afirma que antes de la pandemia en una de sus clases podía haber dos o tres mujeres y ahora rozan la veintena. “Yo nunca había percibido tanto interés por aprender técnicas de defensa personal, es un hecho que algo ha cambiado”, afirma.
Krav Magá Narón se sitúa en el local social de la Asociación de Vecinos de Piñeiros, donde tiene un grupo muy consolidado y variopinto con niños, mujeres y hombres de todas las edades que asisten a clases tres días por semana. “Normalmente la gente que llega aquí no ha practicado nunca artes marciales”, apunta Naveiras, quien sostiene que “no se trata de tener según qué condición física, todos podemos recibir una agresión o un ataque independientemente de nuestra forma física”.
Así, el experto en artes marciales matiza que “aquí la gente no viene a practicar deporte, vienen a aprender a defenderse, a sobrevivir a un hipotético ataque y salir airosos, eso es lo único que nos preocupa, pura supervivencia”. Un ataque con un cuchillo, un palo, cualquier objeto, una agresión por la espalda, de frente, con un arma de fuego... todo tipo de situaciones que se pueden dar en la vida real son las que se trabajan en el local de Piñeiros durante las clases. Pero también se enseña a enfrentarse a un momento así con la mayor calma posible, para poder tomar decisiones rápidas y gestionar el miedo de la mejor forma.
Naveiras afirma que cuenta con su propio “sistema de aprendizaje”, y que por esa razón “no estamos en ninguna federación, aquí no competimos, aquí aprendemos a defendernos exclusivamente”. Y lo hacen con su método, que se centra en el krav magá –una disciplina militar empleada por los ejércitos israelíes y sus fuerzas de seguridad–, pero bebe de muchas otras artes marciales que el propio Naveiras ha ido aprendiendo con los años, ya que su historial de cinturones negros y “Dans” es tan extenso como exitosa es su propuesta para aprender las técnicas de la defensa personal que tanto gusta a sus clientes. Para asistir a sus clases solo hay que contactar con el local social y anotarse.
Este profesional de las artes marciales naronés, que ha impartido cursos por todo el territorio nacional, también es muy demandado en ámbitos profesionales como el Ejército, fuerzas del orden y personal de seguridad, que por su labor deben conocer estas técnicas, pero también es habitual que soliciten sus servicios, cada vez más, personas vinculadas al sector sociosanitario.
“En este gremio las agresiones aumentan cada vez más y deben tener unos conocimientos mínimos para ayudarles a repeler un ataque o evitar un agarre y sentirse más seguros ante posibles problemas que se puedan dar en el día a día. “Nos adaptamos a cada uno de los profesionales, cada uno con sus técnicas pero con un objetivo común, el de evitar que nos puedan hacer daño en un ataque. No hay que olvidar que el krav magá es una técnica militar, que busca la muerte, aquí buscamos salvar la vida”.
Pese al éxito de sus clases en el local de Piñeiros, lo que llena especialmente a este experto en artes marciales es que doce escuelas de Cuba, que realizan una importantísima labor social, no se cerrarán gracias a que él se ha ofrecido a colaborar y ha acabado asumiendo la dirección técnica de las mismas. “Estas escuelas están en zonas muy deprimidas y de no ocuparnos de ellas se iban a cerrar y con el cierre el futuro de muchos de los jóvenes que asisten a las clases se podría quedar en el aire, ya que allí no tienen mucho bueno en qué ocupar el tiempo, así que aunque no me aporta nada en el plano económico, si que lo hace en el personal, me siento muy orgulloso y reconfortado con esta acción, que me quita mucho tiempo pero no las ganas”, apunta. También le llena de orgullo el hecho de que el suyo sea el primer club internacional en formar parte de la ACAM (Asociación Cubana de Artes Marciales). Ahora confía en poder ir hasta allí el próximo año y llevarles “algunas cositas que he intentado mandarles, pero es carísimo, así que necesitaremos algo de colaboración ciudadana para poder colaborar”. Ahora este vecino de Narón lleva la parte técnica de las doce escuelas cubanas donde “desarrollan el krav magá que hacemos en Narón, nuestro propio programa, que he logrado mejorar con respecto al tradicional”, precisa. De hecho, apunta, “este domingo empezamos en Madrid a llevar la dirección técnica de otro centro”.