La cafetería Quinze, en el número 69 de la calle Real, es a partir de hoy y durante todo el mes de noviembre el escaparate en el que, por primera vez en su ciudad natal, Javier Vidal Aguilera –Ferrol, 1987– mostrará sus ilustraciones.
Vidal Aguilera compagina su trabajo como arquitecto en una constructora con sus inclinaciones artísticas. “Después de cursar la carrera en Segovia fui a Edinburgo a hacer un máster en Bellas Artes”, apunta. En Reino Unido estuvo viviendo ocho años, tiempo en el que participó en diferentes exposiciones, no solo de su gran pasión, la ilustración, sino también de instalación artística y maquetismo. Ya de vuelta a Galicia, Javier Vidal ha expuesto en A Coruña dos veces.
El joven ferrolano señala que, además de la influencia de su padre, el también arquitecto Juan Antonio Vidal Romaní –ya fallecido–, su obra bebe de los maestros del siglo XX, Harry Clarke y Kay Nielsen, nombra, del Modernismo y de esa tradición que hizo grande el género de los cuentos de hadas, sin olvidar la cultura japonesa.
En ese marco, Javier Vidal Aguilera confiesa que busca la evolución constante y, así, explica que “mi último interés es incorporar un poco de contexto en las ilustraciones, ya que hasta ahora dibujaba personajes carentes de él. Sigo utilizando ese lenguaje de cuento de hadas, pero de una forma más expresiva y menos figurativa. No me interesa tanto el realismo como la expresividad”. Su obra, de hecho, encaja perfectamente en el modelo de álbum ilustrado.
En cuanto a la técnica empleada, Vida Aguilera se decanta por la tinta y la acuarela. “Para los primeros bocetos que hago”, explica, “uso cualquier material, como una servilleta, y luego lo calco en una hoja de mayor gramaje para poder aplicar el color y el entintado, y también perfilo con tinta para marcar las líneas, en un estilo muy de cómic e ilustración”, confiesa.