Los vínculos de Ferrol con China tienen en el profesor y traductor Fernando Pérez-Barreiro Nolla (1931-2010) –de actualidad por la publicación de sus memorias “Amada liberdade”– como a un referente y pionero en las relaciones con el país oriental, donde estudió. Él fue el responsable de la edición del volumen en gallego “Flores e leña” (Edicións Xerais, 1982) un panorama de la narrativa corta china y moderna, con introdución y traducción de ocho relatos que representan la primera aproximación directa del chino al gallego.
Mucho más desconocido, y de una importancia más sustancial, es la figura de otro ilustre ferrolano, José Castedo Carracedo, “Pepe”, que en los años 60 y 70 se convirtió en un influyente hispanista en la China de Mao desde la Universidad de Estudios Extranjeros de Beiwai, en Pekín. Su relevancia llega hasta tal punto que citas y discursos del famoso “Libro Rojo” del líder revolucionario son de la autoría del profesor gallego. La ignorancia de la huella que Castedo Carracedo dejó en China comienza a disiparse al saber de la intención de un grupo de antiguos alumnos de homenajear a su viejo profesor y colocar unas flores en su tumba. El problema es que nadie parece saber dónde está enterrado Castedo.
Al interés chino se une el gallego, que acaba de reforzar el director del Igadi y experto en China Xulio Ríos con su artículo “Flores para Pepe Castedo” en el periódico digital Praza Pública. En él, además de repasar algunos datos de su increíble biografía, recuerda: “El peruano Juan Morillo cuenta en sus ‘Memorias de un naufragio’ que por aquellos años Pepe era el ‘Rey’ de los expertos extranjeros asentados en Pekín, con fama de viejo extravagante y neurasténico pero en realidad un culto, inteligente y cascarrabias gallego que vivía rodeado de libros, discos, piezas de porcelana y rollos de pintura clásica de China. El ecuatoriano Juan Andrade Heymann también lo menciona en su novela ‘Las tertulias de Sanlitum”.
de ferrol vello a pekín
Su biografía comienza a principios de siglo en Ferrol Vello, hijo de una destacada familia local. A pesar de sus orígenes es un convencido comunista que participa en la Guerra Civil del lado republicano como lugarteniente del “Capitán Félix” y posteriormente se hace guerrillero. Encarcelado por el régimen franquista logra escapar a Francia y allí inicia un periplo internacionalista que lo lleva a varios países como Cuba o Rusia. Tras contactar con la embajada de China en Francia marcha a Pekín en 1964. Allí, como recuerda Juan Morillo, se convierte en un referente de los hispanistas, incluso sin hablar chino y con un peculiar método de signos y traducciones de alumnos que sí sabían español.
Además del idioma, Castedo Carracedo debió de ser un referente dogmático en la etapa de la Revolución Cultural, desde el año 1966 hasta la muerte de Mao en 1976. Su influencia era tal que todo el mundo sabía que citas y discursos del “Libro Rojo” pertenecían al profesor ferrolano. Tras la muerte del “Gran Timonel”, los nuevos aires reformistas que trajo Deng Xiaoping en 1978 hicieron incómoda la presencia de un intelectual como Castedo en Pekín. A cambio de una modesta cantidad económica optó por regresar a España.
En esta época final fue cuando lo conoció el periodista eumés Manuel Molares do Val, por entonces destinado por la agencia EFE en Pekín. “Lo recuerdo como a un hombre pintoresco, que quería aparentar dureza pero que en el fondo era una persona entrañable. Fue uno de los hispanistas precursores en China y su influencia era enorme. Escribía poemas que luego le traducían sus alumnos y algunos de ellos acabaron en el ‘Libro Rojo’. Tuvo una gran influencia en la Revolución Cultural”, destaca.
Para el periodista de Pontedeume, el intelectual ferrolano tuvo otra virtud, a pesar de sus ideas. “Se llevaba muy bien con los miembros de la embajada española. Uno de ellos era Laureano Ramírez, amigo suyo y hoy profesor de Chino en la Universidad Autónoma de Barcelona. Más curiosa es su amistad con el primer embajador de Franco en la China comunista, José Ramón Sobredo y Rioboo (1909 - 1990), también ferrolano. Juntos jugaron en el Ferrol de su infancia; uno fue comunista y otro franquista, se reencontraron en Pekín después de tantos años y tenían una gran amistad”. Como curiosidad vale la pena recordar que el embajador Sobredo era el padre de la famosa cantante y compositora Cecilia.
últimos años
Los últimos años de José Castedo fueron amargos. Aún así, muerto Franco, en 1981 recibió una condecoración del Gobierno español, la orden de Alfonso X El Sabio, por sus méritos pedagógicos. Regresó a España poco después y las cosas no le fueron bien. Vivió con una indemnización del Gobierno Chino en Málaga, y la relación con su hija no era buena. Al quedar solo y sin dinero pidió ayuda de amigos en Madrid, pero los problemas económicos lo transtornaron y acabó suicidándose. Madrid o Málaga parecen los lugares que podrían albergar su tumba, algo que investigan sus amigos chinos.