José Torres –Ferrol, 1988– abre en su ciudad naval un despacho especializado en asuntos de extranjería, ámbito que conoce bien por su experiencia profesional y también vital. “Con dos años nos fuimos a Brasil y a lo largo de mi vida he residido en ocho países diferentes: Emiratos, Ghana –donde estuve con Reganosa–, Angola –donde conocí a mi mujer–, Filipinas, Rumanía...”.
¿Qué diferencia a su despacho de otros?
Siempre trabajé en el sector de recursos humanos. Estudié Derecho y me encargaba de migratorios... Mi sueño siempre ha sido vivir y trabajar en Ferrol y, en ese sentido, siempre he tenido arraigo y sentimiento de ciudad. En el momento en el que vi que tenía un bagaje y que podía aportar algo, no solamente a nivel laboral, sino también a la sociedad de Ferrol, decidí abrir el despacho. Veo que hay mucha gente que viene de fuera y me encuentro situaciones absolutamente surrealistas, como gente que ha llegado engañada o que la han engañado cuando se ha puesto a trabajar. No soy una ONG, pero creo que puedo aportar mi pequeño grano de arena porque la gente, cuando está bien y tranquila, se integra y vive mejor. Que a Ferrol venga gente en esas condiciones es lo más importante y a mí me motiva mucho.
Además, trabaja también con empresas.
Sí, he trabajado con empresas de construcción, de energías renovables y del sector marítimo, participando en la organización de proyectos desde el punto de vista del personal. Desde aquí puedo ayudar a empresas de la zona a su internacionalización porque tengo experiencia.
¿Qué diagnóstico hace de la situación en Ferrol en relación con extranjería?
Evidentemente, en Ferrol hacen falta trabajadores de fuera, es una realidad, como también lo es que se está produciendo un crecimiento en el sector del metal —y también en otros– que necesita mano de obra. Por lo tanto, creo que este es un buen momento para que Ferrol crezca y si yo, desde mi posición, puedo contribuir a eso y a que esas personas que vienen lo hagan con garantías, será perfecto. Yo he sido durante más tiempo en mi vida extranjero que nacional, por eso sé como se sienten, non solamente desde un punto de vista profesional, sino también humano, así que intentaré colaborar para que esas personas conozcan los procedimientos, y no solo asesorarlos desde un punto de vista legal, sino también acompañarlos en esa integración.
¿Se trata de una tramitación complicada?
Hay personas que podrían ser acogidas bajo diferentes modalidades, es decir, no solo hay un permiso, luego es fundamental estudiar bien la situación de cada uno. Lo más importante es tener un plan y las personas deben asesorarse para saber cuál es el objetivo: qué queremos hacer, a dónde queremos llegar y cuáles son los condicionantes. En cuanto a la dificultad, la ventaja es que hay muchos trámites que se pueden hacer a través de una plataforma que existe... De ese modo, las personas que llegan también se van a sentir más seguras porque yo veo que muchas de ellas tienen miedo. Son procedimientos arduos que, sobre todo, tienen un componente emocional importante: no es lo mismo que te den un préstamo para comprarte una moto que te concedan un permiso de residencia. Muchas personas van asustadas y es importante que tengan un respaldo y un acompañamiento.
Por un lado, los datos del SEPE reflejan un mayor número de demandantes de empleo extranjeros que, por ejemplo, hace un año y, por otro, hay sectores con una gran necesidad de trabajadores.
Es verdad. Hay personas que se pueden encontrar en una situación irregular, dado que a lo mejor no se han asesorado o han hecho las cosas de una manera diferente a la que podían haberlo hecho y eso les dificulta mucho trabajar legalmente en España. Sin embargo, si a la persona la contratas en destino, existen procedimientos a través de los cuales –por ejemplo, profesiones con gran oferta– el trámite es más fácil. Hay escasez de mano de obra en determinados ámbitos y hay que traerla de fuera. El foco debe estar en la persona, que la persona venga bien, se integre. El momento actual es una oportunidad muy buena para que venga gente preparada y con ganas y por eso hay que hacer las cosas bien, pues de ese modo todo el mundo sale ganando.