Día especialmente emotivo el vivido ayer por la tripulación del BAC “Cantabria” que regresaba a casa tras un despliegue que no ha sido de los más largos aunque sí especialmente intenso, como aseguraba el capitán de fragata Manuel Romero Nieto, que comandaba el buque.
Un centenar de familiares aguardaba en uno de los muelles de Navantia la llegada del buque, que partió de su base el pasado 27 de septiembre. A las diez de la mañana en punto desde el horizonte enfilaba el BAC hacia la dársena donde abuelos, padres, hermanos, primos, esposos y esposas, hijos y hasta mascota esperaban, una vez más, la llegada de su ser querido.
Ying Zong decidió esperar portando un globo amarillo para que así su chico, Mario, pudiera verla ya desde bien lejos una vez enfilaran la dársena. Esta joven manifestaba encontrarse “muy emocionada y con muchas ganas de abrazarlo”, después de más de dos meses embarcado.
También esperaban con gran emoción la llegada de Kiko varios miembros de su familia, abuelos y padres, pero todos señalaban a su novia, Lidia, como la que estaba viviendo el día con más ansiedad y se le estaba haciendo eterna la maniobra de aproximación del barco. El abuelo indicaba también que pese a los avances a veces “non é tan doado falar con eles, pasan moito tempo en zonas nas que non hai sinal”, de ahí la emoción de volver a verlo en persona.
David también tenía en tierra esperando a su padre Gustavo y a su hermana Bea, que manifestaban que aunque hablaban habitualmente por whatsaap, “por llamadas no tanto pero por mensajes sí que podemos contactar con él”, precisaba su hermana, quien añadía que nada como tenerlo en casa de nuevo y eso pese a que lleva cuatro años ya en la Armada saliendo embarcado numerosas veces.
También Adrián miraba con atención las maniobras de los prácticos y la aproximación del barco que traía de nuevo a casa a su pareja, Sandra. Aseguraba tener muchas ganas de verla y abrazarla de nuevo, si bien precisaba que “ya sabemos a lo que nos atenemos con esta profesión”, indicaba.
Entre quienes aguardaban ansiosos la llegada del BAC estaba “muy nerviosa” Dora, la abuela de Marcos Serantes, que manifestaba que tenía unas “ganas tremendas de abrazarlo de nuevo”. En su caso, al participar en las maniobras de atraque lo vieron bajar pero no pudieron abrazarlo hasta un buen rato después que el resto de los presentes, un momento que disfrutaron tanto ella como su hija.
Laura aguardaba también la llegada del “Cantabria” con Tomás, un pequeño que con esta misión se enfrentó a la primera ausencia larga de su padre, Pablo. “Está algo nerviosillo por estar aquí esperando, es normal”, explicaba Laura, su madre. El pequeño Tomás, que empieza a hablar, sí que expresaba claramente la felicidad que sentía ante la llegada de papá.
Pero también aguardaba con gran entusiasmo Dante, un perro dálmata que no podía dejar de lamer y besar a su dueño, Adri, tan pronto como se acercó al animal, que daba saltos de alegría. Una escena tremendamente emotiva que llamó la atención de todos los que estaban esperando.
El capitán de navío Jesús Viñas Barciela, Comandante de la 31 Escuadrilla de superficie a la que pertenece el Buque de Aprovisonamiento en Combate (BAC) “Cantabria” , manifestaba tras la llegada del buque que estaban viviendo un “día de mucha alegría, al recibir al BAC que estuvo desplegado en la Agrupación Naval Permanente número 2 de la OTAN ejerciendo su labor por aguas del Mediterráneo occidental, oriental y central”. También añadió que tal acontecimiento “es como una lotería adelantada para nosotros y nuestras familias”. Así, explicó que la dotación “cumplió su misión con altos estándares, dando respuesta así al compromiso de la Armada y de España en el esfuerzo permanente de disuasión de la Alianza”.
Por su parte, el capitán de fragata Manuel Romero Nieto manifestó tras abrazar a su mujer y su hija allí presentes que han “vuelto muy orgullosos haber cumplido la misión".
Explicó que "en estos dos meses hemos realizado unas 35 maniobras de aprovisionamiento, hemos surtido más de diez millones de litros de combustible a 16 buques diferentes, algunos incluso varias veces, y de nueve nacionalidades distintas, por lo que ha sido una experiencia muy buena y creo que hemos cumplido con la misión de la forma en que se esperaba de nosotros”. Además, explicó que “regresar a casa siempre es motivo de alegría y aprovecharemos para descansar, recargar fuerzas y estar preparados para lo que pueda venir por la proa, que seguro que lo afrontaremos con el mismo entusiasmo que hemos afrontado esta misión”,afirmó.
Romero Nieto recordó especialmente la visita de la ministra de Defensa en Taranto, que fue, dijo, “motivo de orgullo para la dotación, ya que era la primera vez que visitaba el “Cantabria”.
También destacó la participación del buque en el ejercicio “Neptune Strike”, que fue “una oportunidad muy buena, pues nos permitió adiestrarnos junto al portaaviones italiano Cavour y el grupo anfibio turco de Anadolu, fue una experiencia muy buena”.
El comandante del buque de aprovisionamiento señaló que en esta ocasión han pasado en la mar “casi 60 días de todo el despliegue, que es un buen hito”. El capitán de fragata destacó también de forma especial “una maniobra con un buque americano, que yo estoy casi seguro de que es la operación en la que más combustible hemos suministrado desde el buque de aprovisionamiento, habiendo surtido 1.700.000 litros en una sola maniobra, estando muy cerca del récord del “Cantabria”, ahora faltaría verificarlo, pero estoy casi seguro”, sentenció.