La calle de la Iglesia empieza a tomar forma y tras meses de engorroso trabajo en la calzada, con la colocación de suministros y la aparición de elementos discordantes –vías, alcatruz– que han ido retardando la obra, comienza a verse la idea original del proyecto “estrella” del gobierno local para este mandato, la humanización de un vial, que deja al coche en segundo plano –aunque la circulación rodada continúa– y que prima al peatón, otorgándole nada menos que aceras de cuatro metros de ancho.
Desde finales de la pasada semana se trabaja ya en las aceras y ayer podían verse ya las primeras losas de granito que conforman la zona peatonal. Son bloques de 20 centímetros de espesor, que sustituyen a las piedras históricas que ya han sido retiradas pero que no quedarán en el olvido, sino que pasarán a ensalzar el entorno de la concatedral ferrolana de San Xiao.
Las nuevas aceras comenzaron a instalarse en el tramo entre San Diego y Arce e irán avanzando, del mismo modo que lo hace el hormigonado de la zona rodada, que se encuentra ya en el tercer tramo, entre las calles Méndez Núñez y Sánchez Barcáiztegi, así como la canalización de los servicios que se está llevando a cabo actualmente en el cruce entre esta última calle y la de la Iglesia.
Las llamativas aceras se completarán con aporte vegetal, con la plantación de 130 árboles.