Hace veinte años se celebró el primer Fenerock, un festival que, recuerda uno de sus impulsores, Maikel Rodeiro, estaba concebido como un homenaje a Félix García Beceiro, un guitarrista que tocaba en el grupo El Álamo y que, ya desde esa primera edición, generó un interés impensable para la organización. “Queríamos juntarnos cuatro grupos ya separados que tocábamos a principios de los años 90, pero la sorpresa fue que empezaron a llamar más bandas hasta llegar a 17 ese primer año. Al ver la respuesta de la gente y del público decidimos repetir al año siguiente... ¡Y así llevamos ya veinte!”
Efectivamente, hoy –a las 21.00 horas está prevista la apertura de puertas y el primer concierto una hora después– comienza en el paseo de San Valentín la vigésima edición de una cita rockera que, señala Rodeiro, se prolongará hasta el domingo por la tarde y reunirá, entre otras, a bandas que ya pasaron por el festival, como Costas, Dakidarría y Heredeiros da Crus... “Lo que queríamos era agradecerles el apoyo que nos brindaron a lo largo de todos estos años, sobre todo cuando las cosas no eran tan fáciles”.
Rodeiro reconoce que hubo “momentos complicados” por la dimensión que fue adquiriendo el evento. “Al crecer año tras año requería más inversión y hasta la edición pasada fue siempre gratuito, pero eso era imposible de mantener ya. Por suerte en la directiva somos diez personas y contamos con más de 40 colaboradores, por lo que entre todos hemos podido siempre tirar para adelante”, comenta el portavoz de la organización. Así, en esta edición el grueso del cartel será de pago (15 euros el día y 25 el bono completo). Con todo, las sesiones vermú de mañana y domingo serán gratuitas, con las actuaciones de Thee Blind Crows el primer día y Nuevo Plan el segundo.
En estos veinte años los gustos musicales de las mayorías –particularmente de las generaciones más jóvenes– han cambiado, pero Maikel Rodeiro considera que “hay público para todo y el rock sigue teniendo muchísimos seguidores; es más, el festival cada año ha ido creciendo” tanto en público como en la calidad musical de las bandas.
“En la comarca, por ejemplo”, subraya Rodeiro, “hay un nivel impresionante. De hecho, cada año nos es más difícil porque hay muchísimos y no hay sitio para todos. Por ejemplo, Sanford Music Factory, un grupo de San Sadurniño, ha sacado uno de los grandes discos del año; Cranio son increíbles, igual que los Stoned at Pompeii. Ahora mismo hay muchísimo nivel”.