El servicio de recogida de residuos en la ciudad lleva años sin contrato y todavía no se ha aprobado uno nuevo que ponga fin a la situación tanto de los trabajadores como de la atención a la ciudadanía.
Más allá del funcionamiento regular del servicio de recogida de residuos sólidos, el tema de los vertederos incontrolados y el depósito de enseres fuera de los horarios y lugares indicados para ello es una de las cuestiones que más quejas ciudadanas provoca periódicamente.

Aunque la zona rural es una de las más afectadas por acumulación de enseres y residuos de obra de forma ilegal, algunos barrios de la ciudad se están convirtiendo en “depósitos de basura”, según explican algunos  de los afectados, concretamente de las Viviendas de Bazán del barrio de Caranza.

Vecinos de la zona aseguran que no se cumple “como deben” con la recogida de muebles y enseres y, por otra parte, los ciudadanos tiran en la calle los objetos sin hacer caso de horarios establecidos e incluso de las zonas acotadas para ello.

La calle 8 con la calle A de las viviendas es un depósito habitual, en el que, aseguran algunos afectados, “no hay cartel indicador ni contenedor para colocar lo que se tira, las cosas se dejan en el jardín privado del edificio de la esquina y la gente que se muda y que es nueva llega a tirar los muebles y restos en el lugar donde están el contenedor verde y amarillo”.
Alguna vecina ha señalado incluso que ha llamado en varias ocasiones al servicio de Urbaser aunque ella no haya sido la depositaria de los objetos “porque tienen la obligación de mantener la ciudad limpia, para eso el ciudadano paga los impuestos”, explica.

La situación, afirma esta vecina “es tercermundista” y apunta que se ha reclamado, además, otro contenedor verde y se está esperando todavía a que se instale, mientras la basura se acumula, sin que se tomen medidas.