El de Reyes es un día repleto de tradiciones que comienzan desde primera hora con los más pequeños de la casa levantándose casi con el alba. El descubrimiento y la apertura de regalos –a veces tantos que no se asumen hasta días después– es uno de los momentos más importantes del día, seguido por el montaje de los juguetes más complicados, la instalación de pilas, carga de aparatos electrónicos y la investigación sobre cómo utilizar algunos de los utensilios que acaban encima de algunos zapatos. Los perfumes, la ropa y calzado y los libros se mantienen también como clásicos imprescindibles.

Otro momento repetido en toda la comarca es el de salir a por el roscón. Existe la opción de hacerlo casero, aunque se precisa cierta maña y experiencia para que salga en su punto, y hay quien no espera hasta el día 6 para evitarse aglomeraciones. Pero la visita a las confiterías y panaderías de referencia se mantiene y ayer se repitieron las colas en lugares como Gascón, en el barrio de Recimil, uno de los más afamados, y se formaron filas a lo largo de la calle Euskadi con esperas de más de una hora. El desayuno o la cercanía a la comida –para tomarlo de postre– son los instantes más concurridos.

A las doce del mediodía comenzó el sorteo del Niño, que se desarrolla más rápido que el de Navidad (de los bombos salen directamente los números premiados) y que, como el Gordo, pasó de largo y no dejó grandes premios ni alegrías en Ferrolterra.

Otro punto fijo en el calendario del día de Reyes es la visita a la feria de A Barqueira, en Cerdido. Allí estuvieron Melchor, Gaspar y Baltasar, que asistieron a misa y realizaron la adoración al Niño Jesús en el belén viviente que constituye uno de los grandes atractivos de la jornada. La fiesta continúo por la tarde en el pabellón municipal, de nuevo con visita de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Cabanas también recibe a los Reyes el día 6 –continuación de la cabalgata que se lleva a cabo en la tarde del 5– y su tráiler recorre las comarcas y se deja ver y oír en Pontedeume.

Se abre ahora el período de hacer dietas y apuntarse al gimnasio antes de toparnos de bruces con el Carnaval.