A las 19.00 horas comienza en la Biblioteca Municipal la primera actividad del protocolo firmado recientemente entre el área de Cultura y la Facultade de Humanidades e Documentación para fomentar la formación entre el alumnado y el acercamiento de la universidad a la vida cultural de la ciudad. La decana, María del Pilar Santos, valora que esta relación haya cristalizado en una relación duradera que en este primer año contempla ocho actividades y se extenderá hasta la primavera. Dos piezas audiovisuales sobre Torrente Ballester componen esta primera entrega que, además, podría tener interés para el alumnado que quiera participar –está a tiempo hasta el 5 de diciembre– en el concurso de microrrelatos que organiza Diario de Ferrol y Concello.
¿Cuál es el objetivo que se plantean con este programa?
Siempre intentamos abrir la Facultad a la ciudad. Hemos hecho actividades abiertas a la ciudadanía, de acceso libre, para que pueda venir quien quiera, incluso algunas adscritas a determinados grados o al máster que nos parecía que podían interesar a más gente, por lo que las hemos ofrecido a los alumnos Sénior y al público en general. Una Facultad de Humanidades debe estar muy vinculada a la ciudad y, en el caso de Ferrol, tiene una singularidad propia, con un patrimonio cultural muy valioso, como prueba la candidatura a Patrimonio de la Humanidad. Con ese enfoque se lo planteamos al concejal de Cultura y le pareció estupendo. Yo estoy encantadísima de trabajar con Ponte Far.
¿Qué aspectos se abordarán?
Las propuestas se centran en diferentes ámbitos, como la novela actual en Ferrol, la poesía gallega, la arquitectura de la Ilustración y el Modernismo, la pintura de los siglos XIX y XX, los músicos más significados... Empezamos con la proyección de dos vídeos biobibliográficos sobre Torrente Ballester. El lugar de celebración se repartirá entre la Biblioteca Municipal y al salón de grados de Humanidades.
¿Cómo es la convivencia de la Facultad de Humanidades en un ecosistema “técnico” como el Campus Industrial?
Llevamos mucho tiempo trabajando en la defensa de las humanidades en el Campus Industrial y yo sé que la idea del Campus es la misma que la nuestra: si en lo técnico y tecnológico, en las nuevas tecnologías –incluso la Inteligencia Artificial– no hay una base de formación humanística, podemos acabar en un lugar muy indeseable. De hecho, la Facultad trabaja desde hace dos cursos con el Consello Social de la UDC y el Citic en un proyecto muy bonito, “HumanIA” (Humanidades con Inteligencia Artificial) y cada cierto tiempo hacemos una charla o una conferencia sobre este tipo de temas. He tenido el honor de fundar con otros decanos la Asociación de Decanatos de Artes y Humanidades que he presidido durante cuatro años para la defensa de las Humanidades, y siempre con el apoyo del Campus de Ferrol.
¿La ciencia tiene que apoyarse en las humanidades?
El desarrollo tecnológico, sin una formación humanística, sin una preocupación por las personas y que tenga como base y punto de partida las personas y los derechos fundamentales, no va a un puerto deseable. Sé que en Silicon Valley, muchos CEO de empresas tecnológicas son profesionales con formación humanística porque, sin tener en cuenta los derechos fundamentales de las personas y el modelo de sociedad que queremos, mal vamos. En “La rebelión de las masas”, Ortega y Gasset habla de la necesidad de que los políticos tengan esa formación humanística porque, aunque suene a tópico, debemos saber de dónde venimos para saber a dónde queremos ir.