El banco de As Pías sigue sin remontar y la situación no tiene visos de mejorar, al menos a corto plazo. Las capturas de bivalvos, principalmente de almeja, siguen bajo mínimos y apenas hay un pequeño grupo de mariscadores que sale a faenar en el que durante muchos años fue el banco productivo de babosa más grande de Galicia, porque alcanzar el tope que establece el plan de explotación que comparten las cofradías de Ferrol y Barallobre es realmente una quimera. 

Al mismo tiempo que busca nuevas vías de explotación y comercialización de sus productos, el sector sigue de cerca la evolución de un banco que en estos momentos no ofrece ningún síntoma de mejoría. Los estudios realizados tampoco han desvelado cuál es la causa concreta de este desplome de la productividad, aunque los expertos se inclinan más por una combinación de factores, algunos de difícil arreglo en a nivel local –el aumento de la temperatura del agua, producto del calentamiento global–, y otros más factibles, por ejemplo, la contención de especies depredadoras como las estrellas de mar.

En este contexto la Consellería do Mar mantiene las acciones para intentar aumentar la producción marisquera del banco. Así, a través de la empresa pública Seaga, que gestiona también la batea de reinstalación, se realiza un trabajo continuado de monitorización de As Pías que, explican fuentes del departamento que dirige Alfonso Villares, incluye, entre otras, el control de acceso al mismo, el control de las capturas –kilos extraídos, tallas, especies–, retirada de depredadores, muestreos para evaluar la situación de las poblaciones, así como aportes de áridos y descompactación del terreno mediante arados en aquellas zonas más sensibles e instalación de las llamadas “cajas de exclusión para el seguimiento del crecimiento y la mortandad. 

Los trabajos han aumentado y se han sofisticado en los últimos tiempos, consecuencia de la preocupación que genera la situación crítica de un banco que a finales de los años 90 y comienzos de los 2000 llegó a ser, como reconocía a este medio un mariscador de aquella época, “una auténtica mina”. 

En lo que va de año hasta ahora se han desarrollado tareas diarias como el control de cupos y tallas, toma de datos de la computación del sedimento en el banco, muestreo en las cajas de exclusión, toma de imágenes con cámaras “GoPro” de las poblaciones de depredaras y el muestreo primavera de las poblaciones de marisco. 

Estas acciones complementan otras que, además de las anteriores, se desarrollaron en noviembre del año pasado, como la sementera de 650.000 unidades de almeja babosa. 

A partir de ahora

En lo que queda de año, la idea de la Consellería do Mar es incidir en la retirada de depredadores, realizar el muestreo de poblaciones en otoño y una toma de muestras granulométricas y otras actuaciones de remoción del sustrato. 

El total de la inversión es de casi 266.000 euros para este año, aunque según anunció hace unas semanas Villares la intención es convocar de manera inminente las órdenes de ayudas de regeneración de bancos naturales que financia el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura –Fempa–. El plan está dotado con un millón de euros este año y con otros 750.000 el siguiente. Mar avanza que podrán optar a estas ayudas las cofradías que quieran realizar actuaciones de enmienda del sustrato y sementeras de especies autóctonas en los bancos marisqueros de cada entidad.

Esta línea se complementará con otra, en este caso ya con fondos propios de la Xunta, para la compra de simiente de especies alóctonas en zonas en que se haya constatado una caída de la productividad. En este caso, la cuantía asciende a 300.000 euros. 

As Pías, en este caso los pósitos que lo explotan, puede optar a los dos programas, teniendo en cuenta que esa disminución del stock de talla comercial ha llegado a alcanzar el 80%.