Los Maroño, los "hermanos de la suerte" que llevan tres décadas repartiendo premios en Ferrol

Desde sus puestos en Caranza y Alcampo reparten ilusión a diario y han comenzado el año repartiendo sendos premios importantes
Los Maroño, los "hermanos de la suerte" que llevan tres décadas repartiendo premios en Ferrol
Los hermanos Maroño, posando juntos, en Alcampo | D. Alexandre

José Luis Maroño (Santiago, 1969) y Fernando Miguel Maroño (Santiago, 1974) son “los hermanos de la suerte”, como ya se les conoce en la zona de Alcampo y de Caranza, en Ferrol, donde cada día reparten ilusión en forma de cupones, rascas y otros juegos de la ONCE

 

El pasado 1 de enero era el hermano mayor, José Luis, quien entregaba 200.000 euros en diez cupones en el barrio de Caranza, el suyo. Días después, era Fernando quien anunciaba la venta de cinco cupones premiados con 20.000 euros cada uno, repartiendo en total 100.000 euros. Un inicio de año impensable para estos dos hermanos.


Tres décadas llevan ejerciendo de vendedores de la Organización Nacional de Ciegos, donde recalaron los dos a la vez tras quedarse en el paro y pasar un tiempo haciendo cursos formativos que les permitieran regresar al mercado laboral. Curiosamente la oferta que obtuvieron les llegó desde la ONCE. 

 

 

“Nos ofrecieron trabajar en la organización como vendedores y nos pareció bien a los dos”, indica el hermano menor, Fernando Miguel, quien precisa que lo más curioso es que la oferta de trabajo apuntaba a que sería por la zona del Mediterráneo: Comunidad Valenciana o Mallorca. 

 

"Tan ferrolanos como santiagueses"

 

“Nosotros somos de Santiago y el trabajo que nos ofrecían estaba a más de mil kilómetros, ya lo teníamos todo listo para partir cuando se dio la posibilidad de recalar en Ferrol, no lo dudamos, claro, mucho mejor quedarse más cerca de casa”, explica. Eso sí, “ahora somos tan ferrolanos como santiagueses”, indica Fernando, algo que ratifica su hermano, José Luis, quien reparte suerte cada día en el mercado de Caranza y un día por semana en Alcampo.


No es habitual que dos hermanos logren el mismo puesto para la misma compañía, pero en su caso así fue. Los dos padecen la misma enfermedad genética, heredada de su bisabuelo, que les provoca pérdida de visión. Es un problema que heredaron cinco hermanos de los 13 que son. 

 

Esa minusvalía fue la que les abrió la puerta para trabajar en la Organización Nacional de Ciegos, donde poco les falta ya para jubilarse, algo que pueden hacer, debido a su condición de discapacidad, desde los 52 años, como advierte Fernando, quien espera poder retirarse para entonces. Lo mismo le ocurre a José Luis, que le queda poco tiempo para haber cotizado el 100% y poder retirarse con la pensión completa.

 

 

Aunque hay muchas sinergias en su trayectoria profesional Fernando ha repartido ya cuatro grandes premios, mientras que José Luis acaba de saber lo que se siente al premiar la fidelidad de sus clientes. En su caso, la gente con la que trata a diario en el puesto del mercado es la de toda la vida, sobre todo gente mayor, que juegan más con la ilusión de poder darles el premio a sus hijos o nietos que para ellos mismos. Este tipo de comprador constituye el 80% de mi clientela”, advierte. En su caso en estos casi 30 años de profesión asegura que ha sido testigo de momentos buenos y otros muy malos.

 

“Ahora llevamos cuatro años más o menos buenos, pero esto no se parece en nada a cuando yo empecé, cuando en el mercado había 40 puestos frente a los escasos cinco que hay en la actualidad”. 

 

La decrepitud  de la plaza se traduce en menos movimiento de gente y por lo tanto en menos ventas. Pese a ello no se queja pues le tocó vivir años muy duros y ahora “la cosa va más o menos bien, ya no vienen y te compran diez cupones pero vendiendo uno o dos se va haciendo el día”, explica.


Eso sí, está muy feliz pues pudo poner cara a todos los clientes a los que les sonrió la fortuna el pasado 1 de enero. “La sensación ha sido excelente, yo ya había repartido pequeños premios de 3.000 euros pero nunca tanto dinero junto, 20.000 euros entre diez clientes de siempre, gente trabajadora, muchos mayores que han podido cumplir su sueño de repartir con los suyos, es muy bonito poder vivir esto, cuando ya pensaba que me jubilaría sin hacerlo”, asevera.

 

 

Fernando Miguel, en cambio, ha repartido grandes premios el primero, cuando el cupón valía un euro, en 2002, de 100.000 euros, y después entregaría grandes premios como este, en hasta cuatro ocasiones más. Asegura que “muchas veces la gente no viene a decirte nada, no sabes a quién le ha tocado realmente, otras veces sí y comparten su alegría”. También advierte de un cambio de tendencia en las preferencias de la gente en su kiosko de Alcampo, con mayor venta de “rascas” que de los  tradicionales cupones. 

Los Maroño, los "hermanos de la suerte" que llevan tres décadas repartiendo premios en Ferrol

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