El pintor, dibujante, diseñador y grabador Máximo Ramos López nació el 4 de septiembre de 1880 en la villa de A Graña, entonces perteneciente al municipio de Serantes. A pesar de que sus padres querían que fuese marino siguiendo la tradición familiar, Máximo, de carácter bohemio, anárquico y apasionado, decidió dedicarse al dibujo y la pintura, recibiendo sus primeras clases en la Escuela de Artes y Oficios de Ferrol. Alumno de Vicente Díaz, quedó huérfano a los dieciséis años dedicándose a dar clases de dibujo en la urbe ferrolana.
Tras una breve y poco positiva primera experiencia en Madrid, regresa a Ferrol trabajando como publicista y colaborador del periódico “El Correo Gallego”. En julio de 1906 realiza una primera exposición de caricaturas en Ferrol. El año 1907 se traslada a trabajar como delineante en la Diputación de A Coruña donde estuvo tres años, dando también clases de dibujo. Casado con Consuelo Osuna, mujer de origen filipino, al tener su primer hijo y agobiado por la presión económica, decide emigrar a América el año 1910, previo el encargo de un trabajo como muralista en México. Viaja a continuación por varios países como Estados Unidos, Guatemala, Argentina y Cuba, afincándose durante algún tiempo en este último lugar.
Durante su estancia en Cuba Máximo Ramos tuvo una intensa relación con el Centro Gallego de La Habana, que le encargó los retratos de Concepción Arenal y de Rosalía de Castro. En la capital cubana ilustra libros como El conquistador de los trópicos de Nicasio Pajares, colabora en la preparación de diversas escenografías teatrales y trabaja como ilustrador artístico de revistas como “Galicia Gráfica” y “Labor Gallega”. Tras recibir un homenaje de sus amigos residentes en La Habana, el año 1913 regresa a Ferrol donde se dedica a la pintura de lienzos de gran tamaño, al tiempo que colabora como ilustrador con los periódicos locales “El Correo Gallego” y “Diario Ferrolano”..
Entre los años 1916 y 1920 reside en Barcelona y Madrid, colaborando con ilustraciones de diverso carácter en las revistas “Blanco y Negro”, “La Esfera” y “El nuevo Mundo”. El año 1916 escribe e ilustra su libro Mientras llega la hora, una interesante obra dedicada a su madre, que llama la atención y causa una gran impresión por sus dibujos realistas y amargos sobre la vida y la muerte. Se traslada a Valencia, donde muere su esposa, y regresa con sus tres hijos a Madrid el año 1923.
En la capital contrae un nuevo matrimonio con Carmen Prieto Dapena, mientras que consolida su fama como dibujante e ilustrador de numerosas publicaciones de las colecciones Novelas de Hoy y La Novela Semanal. El año 1928 publica su obra A muller do ano, y hasta el año 1936 reside en Madrid, participando en diversas exposiciones de pintura y dibujo, y dedicándose a la realización de carteles para exposiciones, aunque su trabajo casi en exclusiva está destinado a las publicaciones “ABC” y “Blanco y Negro” de Prensa Española y “La Esfera” de Prensa Gráfica.
Durante la guerra civil se trasladó primero a Galicia (Ferrol y A Coruña) y luego al País Vasco (San Sebastián y Bilbao), realizando trabajos variados. Terminada la contienda volvió a Madrid, llevando a cabo un controvertido apoyo a favor del bando nacional, explicado por razones de subsistencia, colaborando con la prensa oficial durante la posguerra, apareciendo sus dibujos en la línea del “comic” y sus series propagandistas en publicaciones como “Flechas y Pelayos” y “Fotos”, alcanzando fama su serie titulada Aventuras de Quico y Caneco.
Llegado el año 1942 fue contratado como profesor de la Escuela de San Bernardo en Madrid, ganando al siguiente año la plaza de profesor titular de dibujo en dicha escuela, cargo que ejerció durante unos pocos meses debido a su fallecimiento por una neumonía el 25 de febrero de 1944.
Distinguido desde joven por su carácter bohemio, se caracterizó por su indumentaria, haciéndose conocido por el uso en su vestimenta del chambergo y la chalina, además de acompañarse de su inseparable pipa. Máximo Ramos fue un excelente dibujante, con una gran dosis de imaginación y buen gusto. Igualmente fue un consumado grabador de pulso sobresaliente, consiguiendo unos extraordinarios efectos de claroscuro, siendo especialmente notable el uso que hizo de la técnica del aguafuerte.
Muestra de su aptitud para el grabado, Máximo Ramos fue premiado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en Madrid los años 1934 y 1941, encontrándose representada su obra en numerosos museos españoles y extranjeros. Como pintor manejó con tino tanto el óleo como la acuarela, distinguiéndose por su paleta colorista y un temperamento imaginativo. Pintor de espíritu bohemio, en general su producción artística muestra una nota negra y simbólica, que parece salida de un mundo de angustia y sufrimiento.
En abril de 1975 se organizó por la Sociedad Artística Ferrolana una exposición en homenaje a Máximo Ramos en la desaparecida sala de exposiciones de Caixa Galicia de la plaza de España. En mayo de 2006 se organizó por el Concello de Ferrol una nueva exposición en su honor en el Centro Cultural Torrente Ballester. En el año 1984 se creó en Ferrol el premio internacional de grabado Máximo Ramos y una calle de la ciudad, situada cerca del Parque Municipal Reina Sofía, lleva su nombre.