Si la ciudad naval fuese una persona, podría decirse que esta semana se levantó con el pie contrario. Tras la explosión de gas en una carnicería del Ensanche el pasado lunes, la jornada de hoy estuvo marcada por el derrumbe de un edificio abandonado en el casco histórico de Esteiro.

Según detallaron varios vecinos de la zona, el incidente tuvo lugar poco después de las 16.30 horas, cuando el inmueble situado en el número 37 de la calle Carlos III colapsó. Al estremecedor ruido, apuntaron, siguió una densa nube de polvo y arena que cubrió por completo el área, dejando un rastro de suciedad incluso en vehículos estacionados en las manzanas próximas.

Así, la mayor parte de la edificación se derrumbó sobre sí misma, dejando una montaña de escombros sobre lo que otrora fue su planta baja. No obstante, una sección de la fachada se precipitó sobre la calle, dejando el vial completamente bloqueado por trozos de vigas y cascotes. En la calle trasera, Fernando VI, los destrozos fueron más reducidos, aunque varios coches aparcados se vieron afectados –los que estaban estacionados en Carlos III se salvaron de quedar destrozados por apenas medio metro–.

En medio de la confusión, varios vecinos del área alertaron a los servicios de emergencia, activándose un intenso operativo que atrajo incluso más curiosos que el derrumbe en sí. De este modo, hasta el punto se desplazaron tres patrullas de la Policía Nacional y otras tantas de la Local, así como los Bombeiros de Ferrol –con un camión con autoescalera y dos vehículos urbanos pesados– y Protección Civil –con dos ambulancias de apoyo–.

De este modo, mientras la policía establecía un perímetro de seguridad en ambas calles, los bomberos realizaron una evaluación de los daños empleando para ello un dron con cámara. En paralelo, la grúa municipal retiró uno de los vehículos más afectados por el derrumbe en la calle Fernando VI, facilitando así el acceso al inmueble de los profesionales del Concello.

Por el momento se desconocen las causas que provocaron este derrumbamiento, aunque varios vecinos especularon que las adversas condiciones meteorológicas de los últimos días podrían haber dañado más si cabe la estructura de un edificio que llevaba abandonado desde el 2021. Y es que hace escasamente un año y un mes también colapsó el inmueble anexo, situado en el número 35, con consecuencias similares y que obligó a cerrar el paso a vehículos durante semanas, así como a asegurar los restos que aún seguían en pie.

En este sentido, una vecina compartió una fotografía sacada por un conocido poco antes en la que se apreciaban grietas en el lateral del edificio, aseverando que era algo que iba a suceder tarde o temprano. Otra habitante del área explicó que la vivienda de cuatro plantas había sido adquirida en su momento por una persona de Barcelona –que al parecer posee más inmuebles en el barrio–, supuestamente con fines especulativos.

Por otra parte, hasta el punto también se desplazaron el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, y los ediles de Promoción Económica, Urbanismo y Servizos, Javier Díaz, Blanca García y José Tomé, respectivamente. El regidor, tras informarse de la situación del inmueble, señaló que únicamente se habían registrado daños materiales y que, afortunadamente no se produjeron heridos en el incidente. Asimismo, Rey Varela aseveró que uno de los objetivos de su gobierno era “a rehabilitación e asegurar o estado no que se atopan moitas vivendas dos cascos históricos”, una labor, sentenció, “que temos que intensificar nos próximos meses”. 

Por último, el alcalde avanzó que el Concello ha puesto un hotel a disposición de la familia del número 39 para pasar la noche.