El número de nacimientos en la comarca sigue cayendo, pero sube ligeramente en Ferrol y Narón

Los datos provisionales de 2023 reflejan un saldo vegetativo negativo de 1.616 personas en Ferrolterra
El número de nacimientos en la comarca sigue cayendo, pero sube ligeramente en Ferrol y Narón
Gente paseando ayer por la tarde por la calle Real I D. Alexandre

El número de nacimientos en Ferrolterra fue en 2023 más bajo que en 2022, aunque no en los veinte concellos por igual. Los datos provisionales del movimiento natural de población publicados ayer por el Instituto Galego de Estatística –IGE– revelan que a lo largo del año pasado nacieron en las comarcas del Eume, Ferrol y Ortegal 837 niños y niñas, siete menos que el ejercicio anterior. 


El margen tan estrecho en los datos entre un año y otro también denota disparidad. De hecho, en ocho de los veinte municipios que conforman Ferrolterra hubo más nacimientos en 2023 que en 2022, empezando por los dos grandes núcleos demográficos de la zona, Ferrol y Narón. En la ciudad naval nacieron 316 bebés, lo que supone dos más que en 2022, 15 más que 2021 y nueve más que 2020. Es decir, es el mejor dato desde antes de la pandemia. En Narón también se produce el mismo incremento y pasa de los 207 a los 209. En su caso es el segundo mejor dato del último lustro.


Junto con Ferrol y Narón, otros seis concellos presentan un aumento de nacimientos. Se trata de A Capela (de cuatro a cinco), Mugardos, (de 19 a 25), Mañón (de uno a cuatro), As Somozas (con siete, cinco más que 2022 y el mejor registro de los últimos años) y Ares, donde a lo largo del año pasado nacieron 37 bebés, 14 más que el inmediatamente anterior. 


En el otro lado de la balanza, el de los mayores descensos, se encuentran, por volumen de población, Cedeira, donde de los 30 nacimientos registrados en 2022 se pasó a los 22, y As Pontes, que cae de los 54 a los 37.


Menos defunciones 

En todo caso, el dato de nacimientos (siete menos que en 2022) no permite mitigar el peso de las defunciones que, con todo, baja considerablemente. En los datos provisionales del IGE se observa una disminución de los fallecimientos en las tres comarcas: 293 menos. Con todo, la cifra sigue triplicando la de nacimientos. En 2023 fallecieron en la comarca 2.453 personas. 


Como en el caso de los nacimientos también hay diferencias entre los veinte concellos y, si bien se ha producido un descenso global, no es extensible a cada uno de ellos. En ese sentido, son seis los municipios en los que las defunciones han aumentado: en Cabanas se pasó de 47 a 57; en Pontedeume, de 94 a 96; en Moeche, de 19 a 22; en Mugardos, de 88 a 95; en San Sadurniño, de 42 a 45; y en Cerdido, de 22 a 33. 
Con estos mimbres, el saldo vegetativo es evidentemente negativo y se da en todos los concellos sin excepción. 


En los cinco municipios que integran la comarcal del Eume –A Capela, As Pontes, Cabanas, Monfero y Pontedeume– es de 202, que es el resultado de restar los 95 nacimientos a los 297 fallecimientos. En los cuatro de la zona del Ortegal –Cariño, Cerdido, Mañón y Ortiguera– el balance es de -190, mientras que en los once municipios de Trasancos la diferencia entre las defunciones (1.939) y los nacimientos (715) es 1.224.


Las migraciones

El saldo migratorio es el que ha permitido, en la mayor parte de los concellos de Ferrolterra, paliar el resultado vegetativo. En este caso todavía se desconocen los resultados provisionales del año 2023, pero sí los del ejercicio anterior, con sólo cinco municipios con saldo migratorio negativo: A Capela, con -23; Cedeira, con -8; Cerdido, con -6; Mañón, con -9; y As Pontes, con 21. En los otros quince el resultado es positivo, empezando por los dos grandes núcleos, Ferrol y Narón, con 426 y 364, respectivamente. Así, si bien en el caso de la ciudad naval esa cifra no permitió enjugar los 709 habitantes que perdió en 2022 (la diferencia entre nacimientos y defunciones), en el caso de Narón sí lo hizo, pues el saldo vegetativo negativo fue de 209.
En este capítulo sobresalen los datos de dos municipios, Ares y Cariño, donde, respectivamente, llegaron más personas (151 y 125, respectivamente) de las que se marcharon, logrando un saldo demográfico positivo pese a registrar más defunciones que nacimientos. En Ortigueira y Valdoviño, la diferencia entre inmigrantes y emigrantes fue también notable, por encima de 60. 

 

La última vez que Ferrol tuvo saldo vegatativo positivo fue en 1985

Aunque el dato positivo del último avance para Ferrol es que por primera vez en un lustro hay más nacimientos que el año anterior, la realidad es que no es suficiente para invertir una tendencia que vivió su punto de inflexión en la temporada 1985/1986, hace casi cuarenta años, en un contexto de reconversión de la que la urbe naval, en términos absolutos no se ha recuperado.


Así, 1985 finalizó con un balance positivo, es decir, con más nacimientos (838) que defunciones (783). El año siguiente cambiaron las tornas y ya nunca volverían a la situación anterior. Los 799 nacimientos registrados no pudieron neutralizar el dato de las muertes (836). Además, a partir de 2011, el número de bebés nacidos no volvió a situarse por encima de la barrera de los 500, mientras que las defunciones, que jamás –ni siquiera en 1996, cuando subieron hasta las 976– habían llegado al millar, marcaron su récord hace dos años, en 2022, con 1.203.


En Narón, la evolución ha sido diferente, muy equilibrada, con grandes divergencias entre nacimientos y defunciones en 1977 (502 por 227), años de saldo negativo a finales de los 80 y comienzos de los 90 y más de una década de saldo positivo entre los años 2004 y 2015. Desde entonces, los fallecimientos superan a los nacimientos. 

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