La conclusión de obras como la de la calle San Francisco o el próximo remate de la de la Iglesia o de la nueva plaza del Mercado, donde se levantaba la nave provisional, han comenzado a despejar el tránsito rodado por determinadas zonas del centro lastradas por meses de trabajos. Sin embargo, quedan todavía puntos calientes para el tráfico que afectan a los accesos al centro de la ciudad.

Es el caso de los efectos de la humanización del Puerto, que transformarán la llegada al muelle desde la autopista, con pasarelas peatonales, carril bici, aparcamientos, zonas verdes y mayor espacio para el disfrute de la ciudadanía. La circulación por esta vía se permite ahora en un único sentido, el de entrada, mientras que la salida se realiza por la Carretera Alta. Es ahí donde en las horas punta se producen las retenciones, que afectan a la llegada a esta zona por la calle Breogán (lateral del parque). 

Los plazos en las distintas fases de esta obra, impulsada por la Autoridad Portuaria, transcurren según lo previsto. La previsión es que la transformación de la Carretera Baja esté concluida a principios de verano, con lo que se podrá restablecer el tránsito normal. La prolongación hacia la Cortina, por el frente de Curuxeiras, concluirá a finales de verano o comienzos del otoño, aunque una parte estará abierta al disfrute de la ciudadanía ya en los meses estivales.

Otra gran obra de transformación urbana es la humanización de la avenida de As Pías, desde Caranza hasta su llegada a Porta Nova. El tráfico está cortado desde el “scalextric” de acceso a Caranza y a A Gándara, por donde se desvía el tráfico que llega a la ciudad desde esa zona. Esto hace que se sobrecarguen en horas punta las vías principales de estos barrios y que se produzcan retenciones o un tráfico más lento del habitual. Esto afecta también, por ejemplo, a la avenida de Esteiro, que canaliza las salidas desde el campus o desde el astillero y también los vehículos que llegan desde la zona de la carretera de Castilla.

El plazo máximo de finalización de esta obra es el 31 de diciembre de 2024, ya que está condicionada por la financiación con fondos europeos. En las últimas semanas se han producido declaraciones enfrentadas entre Concello y Ministerio de Transportes (impulsor de la obra), puesto que el gobierno local asegura que la obra acumula retrasos, mientras que el central mantiene que se rematará en el plazo previsto.

Una importante afectación al tráfico la constituirá el cierre de la calle Nova de Caranza para el derribo del paso elevado, una medida anunciada hace pocos días que se suspendió por la oposición frontal del Concello. El ejecutivo ferrolano demanda que se construya un bypass como en la carretera de la Trinchera para asegurar que se mantiene la comunicación del barrio de Ultramar con Esteiro.

La inminente conclusión de la reforma de la plaza del mercado ha liberado la calle Irmandiños, que también sufrió las molestias de las obras. En la de la Iglesia, las comunicaciones han ido mejorando según se abrían al tráfico las diferentes manzanas. Se está trabajando ahora en la última, la más próxima a Callao, en la que este martes se empezaban a colocar las aceras. Se han producido además cortes de días para acciones

 puntuales, como acometidas o el pulido del firme. Esto ha sucedido en el cruce con San Diego, ya reabierto, y con Concepción Arenal, donde todavía está restringido el tráfico de subida. La previsión es que la calle de la Iglesia quede definitivamente abierta antes de Semana Santa.