El Pemento do Couto, escaso en este 2024 y cada vez con menos productores en las comarcas

Las cooperativas do Val y Agroflor comparten los retos a los que se enfrenta el sector
El Pemento do Couto, escaso en este 2024 y cada vez con menos productores en las comarcas
Pementos do Couto madurados para la extracción de la semilla I Jorge Meis

2024 no ha sido un buen año para uno de los productos más característicos de la comarca: el Pemento do Couto, distinguido desde 2010 con el sello Indicación Xeográfica Protexida (IXP). Y es que las oscilaciones térmicas que se han registrado este ejercicio han provocado que la cantidad cultivada de esta hortaliza haya sido mucho menor que en temporadas anteriores y, que además, llegase con retraso.


Fue necesario aguardar hasta finales de junio para poder disfrutar de este manjar con carne de textura fina y escasas semillas que, a diferencia del cultivado en Herbón (Padrón),  nunca pica –debido a la ausencia de capsaicina–. “El año pasado, entre todos los socios se plantaron unos 2.500 metros cuadrados de Pemento do Couto. Este año solamente 600. Y, con esto, más allá del retraso en la producción, no podemos atender mucho mercado”, explica Fran Pico, técnico de la cooperativa Agroflor, que cuenta con plantaciones de Pemento do Couto en la zona –junto a la que más profesionales que se dedican a esta hortaliza aglutina, la de O Val–. “Sacamos en torno a unas 10 o 12 bolsas por metro cuadrado al final de la campaña, que se extiende de marzo a septiembre”, añade. 


Por su parte, la técnica de la Cooperativa do Val, Rebeca González, añade que este año se han quedado sin productores externos. “Hasta este año teníamos a otros agricultores que producían pimientos para la cooperativa. En Viveros Sinde nosotros también los cultivamos, pero ha venido una primavera muy mala, con muy mal tiempo, y no llegamos a fraguar la producción. Ahora mismo, lo único que tenemos de pimiento, es para la obtención de semilla, que distribuimos posteriormente”, explica la técnica.

 

Relevo

A este problema de climatología, contra el que nada se puede hacer, se suma otro al que sí se puede combatir: la falta de relevo generacional. Pico apunta a que “en los últimos diez años se ha producido una reducción de la superficie de invernaderos de un 60%”. Esto se debe, explica, a que “la gente dejó de cosechar debido a la jubilación. Muchas personas tenían unas explotaciones muy buenas y muy profesionales, pero no hay nadie que continúe con la actividad. Esto se debe también a la educación. Muchas de esas personas quisieron que sus hijos se dedicasen a lo que fuese, menos a la agricultura”, añade.

 

Pemento do Couto3 Jorge Meis
 Jorge Meis


Desde la Cooperativa do Val apuntan, del mismo modo, a este mismo contratiempo. “La gente no se anima. No sé si es por la mala prensa que tiene la agricultura o cuál es el motivo, pero lo cierto es que prefieren dedicarse a otros sectores. Cada vez hay menos personas que se ocupen de la agricultura. De hecho, las tierras están abandonadas... la comarca era una zona que tenía mucha producción de huerta, de flor, con mucha gente que se dedicaba al campo y en los últimos años hay un abandono muy acusado. Hay una falta de mano de obra muy grande en el sector”, apunta González.

 

Características

Las particularidades de las explotaciones en el área de Ferrolterra –y en buena parte de la provincia de A Coruña– dificultan todavía más ese reemplazo en los agricultores. “La mayoría de los invernaderos están dispuestos en las propias fincas donde se encuentra la vivienda habitual de los propietarios. Aquí en Galicia tenemos nuestra intimidad muy arraigada y la queremos conservar por encima de todo. Por ese motivo, es mucho más difícil, por ejemplo, alquilar estas tierras. La gente no quiere salir a la ventana y encontrarse con otra gente que nada tiene que ver con ellos”, explica Pico. “Por este motivo, las explotaciones que estaban en perfecto funcionamiento y a pleno rendimiento, ahora están abandonadas o empleadas para otras actividades que nada tienen que ver con la agricultura o la plantación: guardar maquinaria, forraje seco...”, ejemplifica el técnico de Agroflor.


Pico incide, asimismo, en la falta de conocimiento acerca de las posibilidades que brinda el sector por parte de la ciudadanía en  general. “En varias conversaciones que hemos mantenido con el Concello de Narón, se nos ha trasladado que el paro en el área se sitúa en torno al 22%. Parte de esa gente, que no encuentra un empleo a largo plazo, si realmente conociera las características de cultivar en invernadero, cambiaría el chip. Es cierto que se tiene que trabajar de manera intensa cuatro meses al año, pero los otros ocho son más bien de mantenimiento”.


El técnico de Agroflor apunta, además, a otro contratiempo: la inversión inicial. “Para que una familia pueda vivir exclusivamente de esto, partiendo de cero, se requiere un capital inicial de entre 50.000 y 60.000 euros. Pese a ello, si se dispone de este dinero, la ventaja que se tiene es que se puede ir creciendo poco a poco. Comenzar con una explotación pequeña y, con las ganancias, ir expandiendo. La tierra antes era muy dura. Ahora, por ejemplo, en una cooperativa como la nuestra tienes a tu disposición asesoramiento técnico, administrativo...”, añade Pico.


Desde Agroflor explican que en la actualidad hay un déficit de producción en la Comunidad para abastecer las necesidades de la población. “En cuestión de agricultura, ahora mismo mucha producción viene de Portugal y Marruecos. Tenemos que acudir al exterior, perdiendo la posibilidad de consumir lo nuestro. Tenemos tantas posibilidades que estamos dejando escapar...” lamenta. “Sería una pena que estas tierras pasen a manos de empresarios extranjeros”.

 

Amenaza del cambio climático

Pese a todas estas dificultades, desde la Cooperativa do Val mantienen la esperanza de que el Pemento do Couto siga reinando, por muchos años más, en Ferrolterra. “Todavía tenemos productores, gente que tiene envasadoras y sus clientes fijos. Sería una pena que se perdiese, porque es un producto exclusivo, muy valorado y que tiene pocos competidores”, indica González, que apunta a que “requiere de mucha atención. Los pimientos crecen todos los días y hay que recogerlos. Hay otros productos de huerta, como una lechuga, que no requiere de una atención de tantas horas”.

 

Pemento do Couto Daniel Alexandre
 Daniel Alexandre


Otra de las amenazas contra las que pelea esta hortaliza –y el sector agrícola en general– es el cambio climático. “Notamos un cambio en la tendencia sanitaria, en el sentido de que están apareciendo nuevas plagas, nuevas enfermedades que antes no había y que repercuten bastante en el pimiento”, explican desde la Cooperativa do Val. Esto afecta de manera directa a las etapas de desarrollo del cultivo. “Están viniendo más tarde. Las primaveras están siendo bastante frescas, muy húmedas... La pluviometría cambió mucho en los últimos años, con records de precipitaciones cada dos por tres. También los picos de calor, que se prolongan mucho, con el verano finalizando incluso a finales de octubre. En definitiva, problemas que para nosotros antes no lo eran. Hay insectos, hongos, que no eran una amenaza para el Pemento do Couto que ahora se han convertido en plagas difíciles de controlar”. Todos estos factores son, apunta González, “muy complicados de gobernar”, añadiendo que “llegará un momento en que la cosa se estabilice y que lo podamos superar”.


Según la ficha técnica de la Xunta, el pasado 2023 se plantaron en Ferrolterra 1,2 hectáreas de Pemento do Couto, con una producción comercializada de 28.746 kilos de esta hortaliza y un valor económico de 86.000 euros.  

 

Cursos en los institutos para explicar las oportunidades del sector entre los jóvenes

 

El Concello de Narón y  Agroflor rubricaron el pasado mes de mayo un acuerdo para establecer líneas de colaboración que pongan en valor las oportunidades que ofrece el sector. 

 

Agricultura Jorge Meis
Jorge Meis

 

Entre las iniciativas previstas para llevar a cabo se encuentra la de ofrecer charlas al alumnado de los últimos cursos de ESO. “Estamos muy contentos con la respuesta por parte del Ayuntamiento”, comenta el técnico de la entidad, Fran Pico. 

 

“Del mismo modo que en las escuelas hay formación en educación vial o primeros auxilios, que los jóvenes tengan la oportunidad de conocer las posibilidades de la agricultura es fundamental”. 

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