Rafael Suárez, gerente de Exponav: “La cultura debe ser accesible, pero hay que darle un valor”

“Queremos incidir más en la digitalización, aunque sabemos de sus implicaciones económicas”
Rafael Suárez, gerente de Exponav: “La cultura debe ser accesible, pero hay que darle un valor”
Rafael Suárez, gerente de Exponav | Daniel Alexandre

El Museo de la Construcción Naval de Ferrol se hace mayor. En unos meses, este espacio de 4.000 metros cuadrados de exposición alojado en uno de los edificios de mayor simbolismo de la ciudad de la Ilustración alcanzará la mayoría de edad, dieciocho años desde que se inauguró a comienzos de 2008 tras un largo proceso de gestación con el objetivo de ofrecer al visitante un lugar en el que explicar la larga historia de la ría en este sector y su relación con las técnicas y las tecnologías que permitieron su evolución y su actividad continuada (y en posiciones de vanguardia) durante los últimos tres siglos. 

 

 

El museo, que gestiona la Fundación Exponav, se ha consolidado entre la oferta museística del norte de Galicia. Sus cifras de visitantes no dejan de crecer –en 2024 se contabilizaron 27.730, un 7% más que el ejercicio anterior– y el tándem que forma con el Museo Naval, en este caso propiedad de la Armada, a unos metros de distancia, en el antiguo Presidio de San Campio –hay sobre la mesa un proyecto de reforma para eliminar lo accesorio y devolverlo también a su imagen original, del siglo XVIII– es un reclamo turístico de primer orden en la urbe. El ingeniero Rafael Suárez es su gerente.

 

Dos tercios de los visitantes del año pasado no eran de Ferrolterra. ¿Es un signo del interés global que despierta?
El año pasado hubo menos de 9.000 visitantes de la comarca, pero eso no significa que fuesen 9.000 personas, pues hay gente que repite asistencia en una exposición o conferencia. Es un museo que, debido a su extensión, visitarlo una vez se puede hacer un poco largo. Por eso organizamos visitas guiadas parciales y procuramos hacer cambios continuamente. A finales de año reinauguramos la sala Astano, en enero reabrimos al público la dedicada a las oficinas técnicas y en las últimas semanas estamos haciendo cambios con el objetivo de que quien nos visite vea siempre algo nuevo. Por ejemplo, la sala dedicada al canal de experiencias hidrodinámicas, donde instalamos una pantalla para explicar mejor su funcionamiento. Estamos preparando también material audiovisual para mostrar el proceso de soldadura o la protección de los gaseros. Hacemos cambios continuamente.

 

¿Perciben un mayor interés fuera de Ferrolterra?
Sí, pero tenemos una “competencia” en el buen sentido. El museo no es gratuito, aunque es muy barato: la entrada normal son dos euros, con descuentos para diferentes colectivos e incluso también hay acceso gratuito en determinadas circunstancias. Pero al lado tenemos el Museo Naval, que sí es gratuito. Mire: esta semana tuvimos una reunión con el Museo de Artillería de La Cavada, en Cantabria. Allí cobran cinco euros la visita, más del doble de lo que cobramos nosotros. Allí los niños no pagan hasta los 6 años, aquí hasta los 18. Nosotros tenemos 4.000 metros cuadrados de exposición; La Cavada es más pequeño. Somos conscientes de que el Museo de la Construcción Naval no tiene por qué gustarle entero a todo el mundo, pero hay una gran variedad. Estudiamos hacerlo gratuito, pero creemos que la cultura también tiene un precio y debe valorarse. Debe ser accesible, sí, pero hay que darle valor.

 

Exponav conjuga la parte técnica con la histórica. ¿Hay debate sobre si una u otra deben tener más peso en la muestra permanente?
Hay sintonía entre los patronos, que dejan en manos del equipo de gestión del museo estos temas. Creo que todo el mundo está de acuerdo: Ferrol es hija de Siglo de las Luces y el museo recoge muy bien esa idea; por una parte, la ciencia y la técnica y, por la otra, el humanismo, que es la visión global que tenían los ilustrados. Pienso que el centro recoge muy bien ese espíritu.

 

¿Hay alguna etapa o ámbito concreto que les gustaría abordar de una manera más intensa?
Llevamos comentándolo desde hace tiempo y, de hecho, lo pusimos de manifiesto en la última reunión del Patronato: queremos incidir más en la digitalización del museo y el gran objetivo que tenemos en mente, sabiendo de las dificultades económicas que eso supone, es hacer una sala inmersiva en la que puedas estar sintiendo el naufragio de la fragata “Magdalena”, por ejemplo. Es un objetivo complicado por el coste, que no podemos afrontar en un ejercicio; tendría que ser una aportación exclusiva y extraordinaria. Esperemos que la economía de la ciudad y de las empresas que nos sustentan mejoren para que en un futuro no muy lejano podamos contar con una sala de estas características.

 

¿Qué importancia tiene el edificio en el propio museo? 
En sí mismo es una parte fundamental. Junto con el pecio de “La Magdalena” es, para mí, la pieza más importante, pues recoge también ese espíritu humanístico del XVIII, que fue un edificio industrial y, por lo tanto, dedicado a la técnica. Es el emblema del museo. 

Rafael Suárez, gerente de Exponav: “La cultura debe ser accesible, pero hay que darle un valor”

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