Ramón Montero, arquitecto ferrolano: "En una rehabilitación también importa darle valor añadido al barrio”

El estudio de arquitectura Montero Parapar firma el proyecto de recuperación integral de un inmueble que preserva el estilo ecléctico de su autor original, el vallisoletano Riva de Soto
Ramón Montero, arquitecto ferrolano: "En una rehabilitación también importa darle valor añadido al barrio”
El arquitecto, el pasado jueves frente al edificio en el que trabaja | Jorge Meis

El estudio de arquitectura Montero Parapar se encarga de la rehabilitación del edificio 159 de la calle Real, un clásico para los que en los 80 y 90 compraban chucherías en Loti. En ese momento, las tres plantas superiores estaban ya desocupadas o iban a estarlo poco después, una situación bastante habitual por aquel entonces.


Uno de los socios, Ramón Montero, asegura que poder trabajar en un inmueble con identidad propia y tanta historia (debió de levantarse en la década de los 80 o, lo más tardar, 90 del siglo XIX) es un “regalo, una suerte”. “Nosotros”, explica, “afrontamos todos los proyectos con la misma ilusión para dotar a edificios como este, que llevaban 30 o 40 años vacíos, de una nueva vida, pero cuando te enfrentas a uno que tiene esa importancia y esta historia detrás, lo afrontas con un respeto máximo: tienes que tener mucho más cuidado y analizar hasta el mínimo detalle”. 

 

Ahí precisamente, en los detalles, está el encanto de este tipo de edificios para los arquitectos. Por una parte, el proyecto debe respetar escrupulosamente toda la normativa en materia de rehabilitación que afecta a un edificio catalogado y, por otra parte, obliga a aguzar el ingenio para cada una de las soluciones, como por ejemplo, la instalación de un ascensor que no existía en el proyecto original. 

 

 

Pero no solo eso, apunta Ramón Montero. “En este caso, tenemos unas barandillas realizadas en Sargadelos que estaban en buen estado pero que necesitan también un lavado de cara, vigas de madera que vamos a intentar conservar en la medida que nos sea posible o elementos de cantería en fachada que están dañados o incompletos y que vamos a restaurar”.

 

Usos


“Es un proyecto que va a llevar más tiempo que una nueva promoción y por eso tienes que ir con mucho más cuidado, pero, si lo haces bien, vas a potenciar y darle un valor añadido a las viviendas y al conjunto del barrio”. El edificio consta de bajo más tres plantas, además de una bajo cubierta que en principio será un estudio. Este reparto es muy similar al que existía antes de la rehabilitación, pero con matices, relata Ramón Montero. 

 

 

“El uso no era muy claro. Por un lado parecía que las viviendas eran independientes, pero estaba claro por cómo se había ido organizando con el tiempo que realmente casi funcionaba como una única vivienda. Es muy probable que fuesen viviendas familiares, pero que compartiesen elementos, como cocinas o salones. Por ejemplo, cuando llegamos, el tercero eran dormitorios y no tenía cocina, que sí había en el primero y el segundo. Parece que la organización interior se fue adaptando a los inquilinos mediante determinadas reformas”. 


La parcela del inmueble es más pequeña que lo habitual (5,5 metros de ancho, por los seis estándar), si bien sus alturas (más de tres metros y, en el bajo cubierta, más de cuatro) le confieren una “gran espacialidad”. 

Ramón Montero, arquitecto ferrolano: "En una rehabilitación también importa darle valor añadido al barrio”

Te puede interesar