En condiciones de asfalto mojado, los neumáticos y los frenos adquieren un claro protagonismo sobre los demás elementos que integran la moto. Con un buen mantenimiento y con la presión de los neumáticos y el líquido de frenos en los niveles adecuados evitarás posibles sustos y ganarás en seguridad.
La presión adecuada y, sobre todo, el dibujo de los neumáticos –cubiertas decimos por aquí– garantizan una buena adherencia sobre el piso mojado, incluso en los momentos de iniciarse la lluvia, cuando la circulación resulta más peligrosa debido al barrillo que el polvo o la suciedad forman al mezclarse con el agua y la carretera se convierte en una pista de patinaje. Pasado ese momento, con la carretera ya más limpia, puedes circular con algo más de tranquilidad.
Con la presión correcta evitarás que se produzcan deformaciones excesivas en el neumático producidas por el efecto de la presión que, por causa de la frenada, se ejerce sobre ellos, deformando la banda de rodadura. Su dibujo es de suma importancia, ya que está diseñado para que, gracias a su rayado, pueda aliviar el agua sobre la que se está circulando.
La existencia de balsas de agua puede producir el temido aquaplaning, que se produce cuando, por falta de dibujo, la cubierta no es capaz de romper la tensión superficial del líquido, por lo que se produce el deslizamiento y la inevitable caída con consecuencias impredecibles.
Por su parte, los frenos y todos sus componentes requieren también la máxima atención por parte del motorista para mantenerlos en perfecto estado de funcionamiento. La utilización conjunta de los frenos delantero y trasero, evitando frenadas bruscas, contribuye a mantener la estabilidad de la moto haciendo la frenada más segura.
El uso de sistemas como el CBS y el ABS contribuyen grandemente a mejorar la seguridad cuando circulamos en moto sobre mojado. El CBS, también conocido como frenada integral, actúa sobre los frenos de ambas ruedas al mismo tiempo mediante un repartidor de frenada, por lo que se gana en seguridad. El ABS evita el bloqueo y/o deslizamiento de la rueda, delantera o trasera, durante la frenada, haciendo que esta sea mucho más segura al reducir el riesgo de pérdida de control o caída.
La norma europea 168/2013/UE obliga desde el 1 de enero de 2016 a instalar ABS de serie en todas motocicletas de más de 125 cc.; en las de entre 51 y 125 cc, si no incorporan el ABS, es obligatorio incluir un sistema de frenada combinada (CBS) o sus equivalentes cuando se trata de motores eléctricos.
Utilizar bien los frenos es de suma importancia en mojado, ya que de esta manera aumentamos su eficacia reduciendo considerablemente la distancia de frenado. A una velocidad de 60 km/h el sistema antibloqueo de frenos (ABS) reduce la distancia de frenado en un 15%, ya que, según un estudio realizado por el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), las motos de 125 cc con frenos convencionales recorren 22,3 metros, con un sistema CBS se reducen a 20,5 los metros recorridos y con ABS la distancia de frenado pasa a ser de 17,1 metros.
¿Y cómo frenar? Sin duda ninguna, ni con el freno delantero ni con el trasero de forma independiente, lo mejor es hacerlo con los dos empezando a frenar con el trasero y, sin soltarlo, accionar el freno delantero. Haciéndolo así, la moto está apoyada sobre las dos ruedas, mejorando la estabilidad y el agarre. En frenadas bruscas, si lo haces al revés, todo el peso del vehículo se va hacia delante, se hunde la suspensión y la rueda trasera se queda en el aire, perdiendo con ello efectividad la frenada.
La estabilidad, el agarre, el reparto de pesos y el deslizamiento son los puntos críticos al conducir una moto con el piso mojado. De producirse cualquiera de ellos podemos terminar cayendo si no actuamos con la efectividad necesaria para tratar de evitarlos. El buen uso y el mantenimiento de los frenos te ayudarán a conseguirlo.