Dudo que tuviese edad para poder conducir motos. Digo esto porque yo era realmente un niño de 13 o 14 años y un día íbamos camino de casa mi padre y yo y, una vez más, me quedé pasmado mirando una moto Guzzi Hispania. Creo recordar que era una 75 c.c. que había en el escaparate de J. M. Iglesias, una tienda de repuestos de automóviles en la esquina de la calle Real con Lugo y que era el agente distribuidor de la marca para Ferrol. Yo no era muy buen estudiante y mi padre, al verme mirando la moto de aquella manera, se dio cuenta de que la susodicha me llevaba la vida, circunstancia que aprovechó para decirme: ¡Si apruebas todo, te compro una! No aprobé, no hubo moto, me quedé con las ganas.
Yo ya andaba en moto. En aquellos tiempos no existía ni el carnet de ciclomotor, y ocasionalmente lo hacía en una Velosolex que me dejaba el kiosquero del barrio cuando le iba a buscar las novelas de la semana a la estación del ferrocarril y, después, en un Vespino blanco, que yo pinté de amarillo y que era propiedad de un amigo.
Pasaron varios años hasta que pude comprar mi primera moto, una Sanglas 350 usada. Le siguió una Vespa 150 Sprint, también usada, con la que disfruté tres o cuatro años, e hice muchos kilómetros con ella viajando, de vacaciones, incluso al extranjero. Les siguió una BSA 500 Guerra, posteriormente adquirí mi primera moto nueva, una Montesa Cappra VR 250, a la que siguieron unas cuantas más de diferentes marcas.
Además del ya mencionado J. M. Iglesias, había en Ferrol en aquellos tiempos unas cuantas tiendas que comercializaban las diferentes marcas de motos, casi todas de fabricación nacional, si exceptuamos las inglesas Triumph y Norton, o la alemana BMW y, posteriormente, las japonesas que se instalaron en España comprando las marcas nacionales para introducir sus motos en el mercado nacional: Sanglas-Yamaha, Montesa-Honda o Puch, entre otras.
Hubo en Ferrol hasta siete tiendas, seis de ellas hoy desaparecidas –Eiranova es la única que subsiste– que comercializaban otras tantas marcas nacionales: Derbi, Ossa, Montesa, Bultaco y Sanglas, o con licencia, Vespa, Lambreta y Puch.
Además del mencionado Eiranova (Ossa), en la actualidad establecido en el concello de Narón, estaban en Ferrol las tiendas de Palacios (Montesa y BMW) en la calle Nueva de Caranza; Abeledo y Fernando (Bultaco y Lambretta), en O Inferniño; Antón, agente Vespa establecido con dos tiendas en la plaza de España y el Campo de Batallones, respectivamente, y los vendedores multimarca Motorent en la calle Velázquez; Ricardo, en Canido, y Gil, en San Xoán. Millarengo en Narón, y Arnoso y Seco, en Fene, completaban la lista de establecimientos que por aquellos años había en Ferrolterra.
En la actualidad, son bastantes menos los establecimientos dedicados a la venta y reparación de motocicletas, ya que solo quedan tres del gremio, dos en el casco urbano de Ferrol, Romero Motor Bikes y Motos Maqués, y el otro en el concello de Narón, Eiranova, siendo todos ellos tiendas multimarca.