Sfhir ya es un decano del arte urbano y en la comarca.
Repitió este año en Fene, creando un mural de un arpista en el cruce del municipio, después de llevar a la localidad a nivel mundial con la violoncellista de la Rúa da Fraga, coronado como el “Mejor Mural del Mundo 2023”, por Street Art Cities.
En la ciudad tampoco es nuevo. El de Madrid lleva pintando meninas desde 2018 y este año no va a ser menos. Como adelantaba a este periódico durante su estadía en la localidad vecina, en su cabeza cabilaba la idea de la monja, ya que “los personajes se van acabando año tras año”, confensaba. Esta era de las pocas figuras –porque ya están escenificados el perro, el pintor, la infanta y las meninas– del cuadro de Velázquez que el artista no había plasmado en el barrio de Canido.
Las posibles rivalidades que se pueden dar entre los municipios quedan en un segundo plano para él, que tiene claro que comparten “unas inquietudes muy parecidas”.
Ya no hay prejuícios sobre la obra urbana y eso lleva a los muralistas a estar presentes en todo tipo de actividades. Al final “es gente que está luchando por mostrar un arte que estába un poco denostado. No se puede olvidar que organizar un festival de este tipo es un trabajo titánico”, comenta Sfhir, haciendo un guiño a la organización.
No duda en tachar de “espectaular” la acogida artística en la comarca. Explica que, “en pocos sitios se vuelcan tanto y demuestran tanto cariño”. “Aquí viene la gente de manera continuada para aportar todo lo que pueden. Vienen con unos cafés o unas cervezas, incluso nos invitan a cenar. La hospitalidad que hay es inigualable”, agradeció el artista.
Habla en plural, ya que trae un equipo en el que convive con otros que están aprendiendo del muralista. Ellos están de acuerdo con Sfhir y tienen claro que, “por lo que hemos podido ver aquí, la gente más mayor y la más joven coinciden en su visión sobre este arte. Se puede apreciar el valor que le dan”.