La accesibilidad es parte del encanto que tiene la técnica del sketching para Miguel Vinatea, fundador de la Escuela de Garabatos, en la calle Sánchez Barcaiztegui. A través de sus cursos y talleres, trata de transmitir a sus alumnos el potencial que tiene cualquiera con un poco de conocimiento pero sobre todo, con práctica. Y todos los resultados de ese día a día pintando es lo que tiene expuesto ahora en Artidea bajo el nombre artístico de Nivotwe.
“Cara B” es el título de la muestra, que está abierta para cualquiera que quiera curiosear hasta el 22 de febrero, en la que se exhibe el “trabajo personal” de este artista. En resumen, la selección es “todo eso que tienes guardado”, una forma de que “la gente se identifique” al focalizar en el proceso. Al menos esto es lo que le ocurre a él cuando es el visitante y hay una parte en la que se exhiben garabatos, no considerados una obra final. Por este motivo, el público se encontrará con “libretas, bocetos, obras inacabadas…”, relata el protagonista.
Se trata de la segunda exposición que realiza Nivotwe en Artidea, un espacio que el año pasado albergó una de sus especialidades, que además es la que le catapultó a un enorme alcance en redes sociales: las construcciones japonesas. De dónde vendría el primer impulso de empezar a ilustrar fachadas es algo difuso, pero lo que sí le marcó fue el descubrimiento de un grupo que realizaba “fotografía única y exclusivamente de casas en Japón”.
Estas representaban las “muy peculiares” viviendas y locales de dos pisos, habituales en la década de 1940 o 1950. El enganche y el éxito de las reproducciones fue de tal nivel que las pintó por cientos, “todas con una personalidad en concreto, aislándolas de lo que les rodeaba”, de forma que cada una se volvía protagonista al ofrecerle un papel para ella sola.
Para este creador de origen madrileño, con una vida ya asentada en Ferrol desde hace cinco años, la cantidad es muy importante, en cuanto a que se relaciona con su propia personalidad artística. Su estilo “se define como sketch”, que es una forma de trabajar sin pretensión de realizar una obra definitiva, como hacer “ese boceto, esa interpretación rápida de algo”, explica Miguel Vinatea.
“Por ejemplo, yo no le dedico más de hora y media o dos horas a los dibujos”, continúa, así que “es un trabajo, a priori, rápido”. Aparte de la “cercanía” con el espectador que aporta la técnica, ya que “cualquiera con un poco de práctica podría hacerlo”, este método le permite representar indistintamente un lugar u otro, siempre que pueda llevar una libreta, tinta y acuarela.
Los cuadernos de sketch son el soporte predilecto porque dan otra dimensión a la actividad, ya que “abras la página que abras, te acuerdas de ese día o si no, del contexto”, por lo que adquieren un “aire de diario”. En relación con esto, otra de las características que salpican las pinturas de Nivotwe es la inclusión, en ocasiones, de escritos, que ayudan a localizar todavía más las creaciones en una situación concreta. Además, las palabras tienen “su parte compositiva, que acompaña a la obra en sí”, tanto por el concepto que transmiten como por el estilo de letra que lo unifica.
El perfil de Instagram del artista (@nivotwe), que funciona como exposición permanente en constante actualización, es un modelo de que la clave es que te enganche, especialmente porque “desde que tengo uso de razón, tengo un lápiz en la mano”. Por este motivo, reflexiona sobre que “realmente, el talento es la relación de tiempo que inviertes en lo que te gusta”, algó que descubrió siete años atrás y desde entonces, pinta día tras día.
En todo caso, el compromiso no es lo único que esconden sus obras, con temáticas tan variadas como un paisaje o un bote de champú, que se presentan con un estilo “muy infantil, pero tiene una coherencia que no tiene el dibujo de un niño”, aunque “sí tiene el trazo”. Esta particularidad requiere de “unas nociones de perpectiva, de volumen, de color…” que dan sentido a su propuesta y que decidió empezar a transmitir, dando un vuelco a su vida laboral.
Miguel Vinatea ya impartía talleres en Jaspe Art, una tienda de bellas artes de referencia en A Coruña y la buena acogida le animó hasta el punto de emprender por su cuenta en un local del centro de Ferrol. Aunque el proyecto todavía acaba de cumplir su primer año de vida, superó sus expectativas y de hecho, en este momento los grupos de adultos están completos y ya está pensando en abrir uno nuevo. Asimismo, cuenta con personas que siguen viniendo desde el principio y algunas alumnas que aunque ahora no continúan, siguen llenando cuadernos con el gusanillo del sketch.
Como profesor, lo que más le satisface es “sacar a alguien que esté adicto a esto”, que además es “un hábito saludable, un rato que tienes para ti” del que además se extrae un fruto creativo. Para tirar el anzuelo, las sesiones, de una hora y media de duración, se plantean de forma que los participantes se lleven de cada una de ellas su obra terminada, con la satisfacción y motivación correspondiente.
La práctica es vital porque “entrenas la mano y la cabeza”, algo que puede ser sencillo con tener una hora al día porque “todo vale para dibujar”, desde “cualquier cosa que tengas en la cocina, hasta el cargador del móvil”. Sin embargo, advierte del error de principiante de caer en la copia, porque entonces “no estás creando nada”. Así, los usuarios de la Escuela de Garabatos (@escueladegarabatos) que no solo vayan por pasar un buen rato, podrán aprender que “con una técnica adecuada y con unos pequeños conocimientos, puedes darle una personalidad a los dibujos que los hagan tuyos”.