El desempleo femenino asciende en estos momentos al 59% del total en los veinte concellos que integran las comarcas de Ferrol, Eume y Ortegal. La reducción del paro en términos absolutos –casi 1.200 personas desde enero– no se ha reflejado por igual en ambos sexos y, de hecho, ha subido desde, por ejemplo, el 57,3% que se registraba al cierre de enero.
De este modo, la realidad de un mercado laboral dinámico –por primera vez en Ferrolterra se ha bajado de los 9.000 desempleados– no se traduce en una reducción de la distancia entre la población femenina y masculina. Y eso a pesar de que la contratación sigue siendo mayoritariamente femenina.
En los dos grandes núcleos de población de la comarca, Ferrol y Narón, en los siete primeros meses del año –los datos son del Servicio Público Estatal de Empleo– la mayoría de los contratos laborales los han firmado mujeres. Ha sido así a lo largo de todo el año, con la única excepción del mes de abril en el municipio naronés. En aquel momento, de los 539 contratos registrados, solo 240 tenían como protagonistas a mujeres.
El resto de los meses (todos en la ciudad naval y seis en Narón) la proporción fue favorable a las mujeres. En datos acumulados, en la ciudad de Ferrol se rubricaron 7.589 contratos laborales; de ellos, el 54,4%, es decir, 4.130 fueron mujeres. En Narón ha sucedido tres cuartos de lo mismo –aunque con alguna particularidad como la del mes de abril–, si bien con una intensidad más atenuada. De los 4.489 contratos firmados, 2.305 beneficiaron a mujeres. Es el 51,3% del total.
Esta situación no es extensible a otros concellos de la comarca. El tercero en población, Fene, muestra un panorama radicalmente diferente: en ninguno de los siete meses con datos definitivos las contrataciones de mujeres superaron a las de los hombres.
Esta misma proporción se extiende al conjunto de Galicia, que en julio registró más contratos a nombre de hombres (42.848) que de mujeres (38.756). Esto supone el 47,5%.
Más contratos en Ferrol y Narón cada mes entre enero y julio y, si embargo, mayor brecha en términos de empleo.
Así, en la evolución desde el mes de enero, la distancia no solo no se ha reducido, sino que ha aumentado. Es cierto que las fluctuaciones pueden ser notables de un mes a otro, pero la realidad en estos momentos es muy clara. En el caso de Ferrol, en enero había 1.821 demandantes de empleo masculinos y 2.425 femeninas, es decir, 604 mujeres más. Al cierre de julio, el último dato registrado, los parados era de 1.598 hombres y 2.259 mujeres, es decir, 661 más. La distancia entre hombres y mujeres ha crecido.
Lo mismo ocurre en Narón, que comenzó el año con 788 hombres y 1.250 mujeres buscando un empleo a través del SEPE (462 más) y cerró el mes de julio con 642 paradas y 1.147 parados, es decir, 505 más. La reducción del paro se produce en ambos sexos, pero no en la misma proporción.
En el caso del concello de Fene, este aumento de la brecha también se produce, a pesar de que en este caso los contratos los firman principalmente hombres. Así, de los 263 hombres y 328 mujeres (65 de diferencia) que buscaban un trabajo en enero se pasó en julio a 215 y 312, respectivamente, es decir, un resto de 97, casi un 50% más.
Las últimas cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) revelan que, de los veinte municipios de Ferrol, Eume y Ortegal, solo en cuatro no hay más mujeres que hombres buscando un empleo. Se trata de Monfero, en el que hay 21 demandantes masculinos y 14 femeninas; Cerdido, con una relación de 22 hombres y 14 mujeres; Mañón, con 13 y 10, respectivamente; y Moeche, en el que hay el mismo número (14) de mujeres buscando un trabajo que de hombres.
Los otros dieciséis se ajustan a la regla, es decir, más mujeres que hombres desempleados. Con todo, es en la zona del Ortegal (Cerdido, Mañón, Ortigueira y Cariño) donde la brecha en este aspecto es menor, con 183 parados y 223 paradas.
El vicepresidente de Cofer, José Rilo, apunta que en las cifras tiene mucho que ver el tipo de actividad y el sector de que se trate, pero esa "distribución" del empleo está cambiando. "Creo, sin embargo, que desde las empresas se están rompiendo las barreras y se está desmontando la idea de asociar determinados empleos a hombres o mujeres. Siempre queda alguno rezagado, propio del siglo pasado, pero el empresariado es consciente de que no tiene que haber ningún tipo de barrera en ese sentido". Rilo explica que, "de alguna manera, a veces las barreras también nos las ponemos nosotros mismos como demandantes de empleo y nos autolimitamos, pero no debería ser así. La capacidad y la aptitud no tiene nada que ver con el género".
La presidenta de AJE asegura que detrás de los macrodatos hay múltiples realidades que a veces divergen. “Mi experiencia no se ajusta exactamente a esa tendencia que refleja el SEPE. En mis empresas, de hecho, he pasado de contratar hombres a casi todo mujeres. Y como yo, mucha otra gente”, dice. Con todo, Yadira Tenreiro reconoce que “sí es cierto –y en AJE nos lo dicen muchos asociados– que hay empleos a los que las mujeres aún no han llegado porque no son atractivos para ellas, pero los empresarios estarían encantados de contratarlas”.
La empresaria cree que esa “tendencia” que se ha consolidado a lo largo de la historia “se está rompiendo. Me refiero”, añade, “a que antes las mujeres estaban más dirigidas a ciertos sectores; ayuda en el hogar, hostelería... Hay que romper esa dinámica y, aunque hay sectores en los que apenas hay mujeres, ya las empieza a ver e incluso están haciéndose con un sitio importante, como se ve en la universidad con las carreras técnicas. Estamos llegando a oficios, profesiones y trabajos masculinizados y ese es un camino que no tiene vuelta atrás y, además, es muy beneficioso”.
Desde la Secretaría das Mulleres de la CIG en Ferrol, su responsable, Teresa Carballido, incide en que “sempre estamos subliñando o tema dos coidados, tanto ás crianzas como ás persoas maiores, porque está claro que seguen estando en mans das mulleres”, una realidad que lleva a que “moitos contratos teñan que asinarse a tempo parcial porque non se poden asinar a xornada completa”. Esta situación, explica Carballido, se acentúa más en verano, con las vacaciones escolares o los descansos en las residencias. “Hai mulleres que traballan durante o curso pero no verán non teñen onde deixar os seus fillos e fillas mentres traballan, e iso loxicamente pode influír á hora de aceptar ou non un contrato laboral”.
La portavoz de la Secretaría de Mulleres del sindicato nacionalista subraya que “dentro das estruturas familiares, o traballo feminino segue a considerarse como secundario: crese que o importante é o home teña un bo traballo e a tempo completo e que se algúen ten que perder horas laborais para atender á familia ten que ser a muller”. Por ello, insisten en “políticas efectivas e amplas de conciliación”.
“En FICA-UGT Ferrolterra”, explica su secretaria de Administración y Formación, “estamos muy preocupados por la brecha que existen e intentamos participar en todos los planes de igualdad que se negocian en la comarca para que esa distancia salarial entre hombres y mujeres deje de ser insostenible, como lo es actualmente”. Almudena Encabo recuerda que el 80% de los contratos a tiempo parcial los firman mujeres, una realidad que se debe a que “la mujer concilia más”. En ese sentido, recalca la importancia de esos instrumentos que elaboran las empresas “porque es la manera en que las mujeres podemos conseguir una igualdad real en el ámbito laboral, igual que los hombres”.
La experiencia de la representante de UGT se centra en el naval, un sector “muy masculinizado” que en estos momentos atraviesa un intenso proceso de contrataciones. “Hay en determinadas parcelas, como prevención, en las que la presencia de la mujer es habitual, pero en mano de obra no es así, y es precisamente ahí donde más se está moviendo el mercado de trabajo. Por eso, el paro femenino no acaba de disminuir”, señala.
El delegado de CCOO en la comisión de Formación y Promoción de Navantia se centra en la experiencia concreta del astillero, en donde la presencia femenina ha crecido tras el plan industrial aprobado en 2018 (y no concluido todavía): "En el 2018 era el 10,94% y a 31 de diciembre de 2023 estábamos en el 17,8%; ha subido, pero sigue siendo un porcentaje muy bajo de incorporaciones femeninas". Mourente considera que el tipo de puesto de trabajo que se oferta puede ser una de las razones. "El porcentaje en técnicos superiores (titulados universitarios) ha subido mucho y en empleados, que es personal de oficina", comenta, "pero en operarios ha sido un 1,47% de mujeres. Hay sectores que están aún muy masculinizados", añade, "y el la industria naval es uno de ellos".