Todo el mundo ama las artesanas, las “pizzas de pan” que triunfan desde Canido

Pablo Santiago se puso al frente del Artesa en 2022 y desde entonces se ha convertido en uno de los locales imprescindibles de Ferrol, con opciones veganas y sin gluten
Todo el mundo ama las artesanas, las “pizzas de pan” que triunfan desde Canido
Inés, a la derecha, junto a parte del equipo del Artesa | DANIEL ALEXANDRE

No imaginamos una calle Poeta Pérez Parallé sin el parque Antón Varela, sin el centro cívico de Canido o sin el Artesa, que se ha ganado a pulso ser uno de los símbolos de este emblemático barrio de Ferrol, la atalaya privilegiada que estos días es también un hervidero de gente gracias a Las Meninas


Aunque el local echó a andar en abril de 2018, Pablo Santiago se puso al timón —cogiendo el testigo de su prima Alicia— cuatro años después, dándole un toque personal e incorporando a la carta más variedad de artesanas, el plato estrella del menú al que nadie se puede resistir. 


Desde entonces, ha seguido sumando propuestas y ha ampliado el espacio con un comedor que siempre está lleno. Su hija Inés trabaja con él y reparte sonrisas a jornada completa desde hace un año: “Había trabajado ya antes, pero cuando volví a vivir aquí me apetecía trabajar con mi padre. Veía mucho potencial, me motivaba”, recuerda.

 

 

A sabiendas de que la hostelería es “muy dura y me fastidia los horarios y el fin de semana”, valora Inés que el equipo de Artesa descansa dos días a la semana y las jornadas se cumplen escrupulosamente, uno de los ingredientes para cocinar el buen ambiente que se respira en todo el equipo. “Vengo muy contenta, feliz. La verdad es que mi padre es el mejor jefe del mundo y la que tiene el genio aquí soy yo. Él es supertranquilo, superbueno”, dice entre risas, al tiempo que otra de las camareras, Lorena, asiente desde la barra.

 

Un local de moda


“Hemos conseguido ser un lugar de referencia a pesar de que hay gente que todavía no sabe que aquí hay un restaurante”, apunta Inés, ahondando en que “nos hemos hecho ese hueco porque, entre otras cosas, mi padre está aquí todos los días y es la clave. La gente entra y se siente como en casa porque los que trabajamos aquí somos muy familiares y eso se transmite”, asegura.


Otro de sus fuertes es que han seguido manteniendo sus señas de identidad en la mesa: artesanas, tablas y patés. Con las primeras, a las que todo el mundo ama, le han dado una vuelta de tuerca a las pizzas “galleguizándolas” con su ya característica base de pan. Sobre ella, combinaciones para todos los gustos, con opciones veganas y sin gluten. “Creemos que tener pocos productos, pero que sean de calidad y que salgan bien, es lo más importante”.

 

 


No obstante, no renuncian a innovar y, aunque hay artesanas que son ya su seña de identidad y no se moverán de la carta, sí que llegan otras nuevas, como la de pollo “tandoori”, con “un toque diferente, más picante... Nos gusta proponer cosas nuevas, pero siempre siguiendo nuestra línea y sin pasarnos demasiado”, dice, recordando que, además, mantienen el servicio de cafetería también como una muestra de afecto al barrio y a su gente porque “es muy importante cuidarlos, queremos que sepan que vamos a estar abiertos también para que tomen un café. Y lo agradecen”.

 

Meninas todo el año


Inés, que es una entusiasta de Ferrol, anuncia que se han preparado para la llegada de Las Meninas contratando a más gente; pero reconoce que “la pena es que no podemos disfrutarlas, pero las vives desde dentro, que está muy bien”

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Inés Santiago en el Artesa de Canido | Daniel Alexandre

Ellos son colaboradores del evento porque “es un proyecto que ha revitalizado el barrio, lo notamos mucho durante todo el año, siempre hay clientes que llegan hasta nosotros porque vienen a verlas”, destaca, añadiendo que Canido es ahora “más alegre, más pintoresco... Por todo ello creemos que hay que darles apoyo”.

 

Un puente a Madrid


Desde hace algunos meses, los ferrolanos de Madrid pueden curarse la morriña de artesanas en el Artesa de la capital, que está en el paseo Juan Antonio Vallejo Nájera Botas, número 25, y es el primer “hijo” que ha tenido el local de Canido.

 

 

“Tiene los mismos productos, con las artesanas, y está pensado tanto para la gente de aquí que viva allá y las eche de menos como para los madrileños que estén buscando producto gallego y ambiente familiar”, explica Inés Santiago, orgullosa de haber tendido un puente gastronómico desde Ferrol a Madrid. 

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