Los tilos de la plaza de Armas, todo un símbolo de la renovación del espacio, comienzan a presentar mejoría. Al tiempo que se construían los alcorques el pasado mes de agosto para solventar el problema de filtración de nutrientes constatado en su sustrato, el Concello detectó que los árboles habían sido afectados por una plaga de pulgón (Eucallipterus tiliae) que amenazaba su supervivencia.
No obstante, en lugar de optar por emplear productos químicos para erradicar a estos insectos –además de lavar los ejemplares con una solución especial para eliminar la melaza que producían los áfidos–, el gobierno local eligió una solución innovadora y sostenible: el empleo de mariquitas de dos puntos (Adalia bipunctata) y crisopas (Chrysoperla carnea), ambas depredadoras naturales de los pulgones.
Este método, que además busca funcionar a largo plazo convirtiendo los nuevos insectos en parte del ecosistema de los tilos, parece estar dando sus frutos, como confirmó el concejal de Medio Ambiente, José Tomé. “De momento están bien, aunque esta es la época de la caída de la hoja”, explica el edil, añadiendo que “habrá que esperar a primavera” para ver los resultados reales del tratamiento. Sin embargo, apunta Tomé, las previsiones de los técnicos de Medio Ambiente son esperanzadoras y la ausencia de restos de melaza en las bases de los troncos parecen confirmar ese análisis.
Para lograr este cambio en el ecosistema, los empleados municipales colocaron en cada uno de los ejemplares –además de en los perales de flor del Cruceiro de Canido– un conjunto de dos cajas con larvas de las especies depredadoras, de forma que habiten cada árbol y lo protejan de futuras plagas.