El mundo cofrade, de un modo especial la Cofradía de la Merced, llora la pérdida de Manuela Alonso Paraños, Mimí, que fallecía este jueves víctima de un cáncer que le diagnosticaron hace semanas. Con ella se va una pieza fundamental de la hermandad mercedaria, siempre dispuesta a embarcarse en todas las tareas que se le pusieran por delante y a afrontarlas mostrando su inmensa sonrisa.

Mayordoma del Cristo Redentor y vestidora junto a Helena Pena y Carlos de Arriba de su “Cautiviña” —como llamaba ella, cariñosamente, a Nuestra Señora de los Cautivos—, Mimí se caracterizó durante toda su vida por ser “una mujer luchadora, trabajadora, reivindicativa e implicada”, como ha recordado a este periódico el presidente de la Junta de Cofradías, César Carreño, añadiendo que era “un referente femenino en el mundo cofrade” y que tenía “una fe del siglo XXI”.

Precisamente, Carreño respondía a las preguntas de Diario de Ferrol cuando se encontraba en las dependencias de la hermandad de la calle María, donde ultiman los preparativos del triduo a la Merced que comienza el domingo 22. "Imagínate las caras, el poco ánimo de la gente tras conocerse la noticia", relataba apesadumbrado. Su Junta Directiva, informaba poco después del fallecimiento de Mimí en sus redes sociales, dándole las gracias "por su incansable labor, su cariño y compromiso que a lo largo de estos años ha demostrado. Te echaremos de menos".

Fue durante la etapa de Carreño como hermano mayor de la Merced cuando Mimí le preguntó: "¿Y qué pasa si me meto cofrade?". Desde entonces, fue una de las primeras portadoras de la hermandad, como ha recordado la Junta de Cofradías en sus redes sociales, además de mayordoma y vocal de Culto. "Queremos expresar nuestras condolencias a familia y amigos, así como a todos sus compañeros de la Merced", ha expresado la institución.

Añaden además que fue "una mujer trabajadora, luchadora y comprometida que permanecerá siempre en nuestra memoria". Estos adjetivos se repiten al hablar con cualquiera de las muchas personas que tuvieron la suerte de cruzársela en su camino vital. De hecho, se puso a trabajar desde muy joven para sacar adelante ella sola a su único hijo, compaginando diferentes empleos.

Finalmente, Mimí se integró en el equipo de limpieza del colegio Tirso de Molina, donde se jubiló y se ganó el cariño de la comunidad educativa. Allí entró en contacto con la Merced y, de hecho, recuerda Carreño que "incluso jubilada, no quiso que nadie limpiase la capilla, se encargaba ella", apunta como muestra de su devoción. Será allí, en el templo de Ucha, donde se oficie su funeral a las 17.30 horas este viernes. Antes, a las 16.00 horas, se celebrará el entierro en Catabois.