El viaducto que conectará el muelle Fernández Ladreda –conocido como carbonero– con la embocadura del túnel de A Graña entrará finalmente en servicio a lo largo del año 2025. Esa es la previsión de la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao, que prevé que en el segundo semestre del ejercicio anterior, probablemente a finales, concluirán unos trabajos que ejecuta, como el resto de la obra de conexión ferroviaria con el puerto exterior de Caneliñas, la UTE formada por Copasa, Ogmios y Geotúnel.
Las obras, por lo tanto, ya están en marcha. Fue el lunes 4 de septiembre cuando se iniciaron en la parte de tierra del puerto interior y desde el organismo que preside Francisco Barea, aunque están en su fase inicial, se señala que avanzan a buen ritmo.
En concreto se están realizando los trabajos para hincar los pilotes en tierra. Una vez finalizados, se comenzarán los de agua. La instalación del tablero y, por último, la ejecución de la pasarela peatonal que discurrirá paralela al viaducto completarán los grandes hitos de una actuación que supone una inversión total de 81,5 millones más IVA. Cabe recordar, además, que actualmente la obra se está financiando con fondos propios del Puerto.
En total, el viaducto tiene una longitud de algo más de medio kilómetro (506 metros) con dos tramos diferenciados. El primero, de 210 metros en tierra en el puerto interior –Fernández Ladreda– con un estribo y once pilas, y otro tramo de 396 metros desde esta última pila hasta el segundo estribo, situado ya en A Graña. En total son 17 apoyos –13 en tierra– y los otros cuatro en agua –inicialmente iban a ser cinco, de modo que la lámina de agua se verá menos afectada–. El vano central, además, tendrá 65 metros de ancho.
La Autoridad Portuaria asegura que el diseño del viaducto está pensado para causar “el menor impacto en la ría”. En este caso, además, la obra se ejecutará en una de las zonas de producción marisquera. Con todo, el organismo insiste en que a lo largo del todo el proceso, desde que comenzaron los estudios para materializar la conexión ferroviaria con Caneliñas, “ha habido un diálogo permanente con el sector, como no podía ser de otra manera”. El hecho de haber reducido el número de pilares sobre el agua apunta en esa misma dirección.
El ferrocarril hasta el puerto exterior, donde se localiza la terminal de contenedores, significará un salto cualitativo para el puerto, que con este servicio mejorará su competitividad, atraerá el interés de otros operadores y será un plus más para captar otros posibles clientes, no solo en el entorno de la comarca o de Galicia, sino en todo lo que se llama “hinterland” o zona de influencia de la infraestructura portuaria.