La Diócesis de Mondoñedo-Ferrol confiaba en poder abrir las puertas de la iglesia de Dolores el sábado 15 de marzo, pero finalmente habrá que esperar un poco más para la reinauguración oficial del templo tras algo más de siete años de obras que han cambiado por completo su fisionomía interior, acercándola a la que tuvo en sus orígenes dieciochescos.
La fecha consensuada entre el Obispado y la hermandad de Méndez Núñez, que tiene allí su sede canónica, no ha podido ser más acertada: el 11 de abril, Viernes de Dolores. Será, por lo tanto, un regreso muy especial de la titular a su iglesia —como había adelantado Diario de Ferrol— al concluir el Septenario en su honor. Según las previsiones a las que ha tenido acceso este periódico, los cultos comenzarán el sábado 5 en San Julián y se prolongarán allí hasta la fecha señalada.
Así, siguiendo la planificación, hasta el jueves 10 habrá misa y Septenario a las 19.00 horas en la concatedral, mientras que el viernes 11, a esa misma hora, tendrá lugar el culto a la Dolorosa, seguido de la procesión que la llevará hasta su templo, donde se hará una ceremonia de acogida que concluirá con una eucaristía presidida por el obispo, Fernando García Cadiñanos.
Al día siguiente, también a las seis, habrá misa de nuevo. No obstante, no será la Dolorosa la única que vuelva a su capilla, puesto que con ella estarán ocho imágenes más, todas ellas propiedad de la Cofradía de Dolores, como el Cristo de Baldomero Baño, que estará a su lado junto al antiguo San Juan. En el muro sur estará la Piedad, el Cristo de la Misericordia procesional y el Cautivo. En la pared norte se situará la Santa Mujer Verónica, el Nazareno y la Virgen de la Amargura.