En el mediodía del viernes 23 de febrero de 2019, la Dirección de la planta de Poligal, en el extremo naronés del polígono industrial de A Gándara, transmitió a los trabajadores que la empresa matriz de la compañía, el grupo catalán Peralada, había presentado horas antes en los Juzgados de Barcelona un concurso de acreedores para su planta gallega.
Como detalló en su momento el comité de las instalaciones, el anuncio se realizó en el marco de una videoconferencia entre la parte social y la gerencia de la firma principal para presentar su nuevo organigrama tras las últimas elecciones sindicales. La decisión, con efecto inmediato, suponía el fin de la actividad de una planta que había sido emblema de los diferentes programas de recuperación económica tras la reconversión del naval de la década de los 80, así como el potencial despido de más de un centenar de trabajadores.
Más de cinco años después y con una pandemia de por medio que cambió por completo todo el escenario mercantil internacional, las instalaciones se preparan para resucitar en la forma de un parque comercial orientado a la venta a particulares de productos de bricolaje y construcción. El proyecto, anunciado a comienzos de año y que supuso el derribo de las instalaciones, alcanzó la pasada semana un nuevo hito tras lograr una resolución positiva por parte de la Dirección General de Calidad Ambiental y Sostenibilidad.
No obstante, mientras esta iniciativa avanza en sus trámites administrativos, una veintena de los antiguos empleados de la factoría naronesa continúan a la espera de una resolución del Juzgado de Barcelona por una demanda particular por el retraso en su momento en el abono de sus indemnizaciones. Así, el presente y el pasado de la antigua Polipropileno de Galicia parecen avanzar en paralelo, aunque a dos ritmos completamente diferentes.
Comenzando por el procedimiento más reciente, el Diario Oficial de Galicia (DOG) publicaba en su edición del pasado día 14 el anuncio del inicio del período de información pública del informe de impacto ambiental, el cual, por su naturaleza, se hizo bajo la modalidad simplificada. El futuro establecimiento, como detalla el documento, está siendo promovido por Bricoman, empresa matriz de la comercilizadora Obramat, y constará de una única superficie destinada principalmente a la venta de artículos de construcción y saneamiento.
En la parcela de la antigua Poligal, de 22.060 m2, se desarrollará, una vez finalice la demolición y limpieza de la planta original, una edificación rectangular de dos módulos principales en planta baja construidos en hormigón que ocuparán 7.824 m2. La tienda también contará en el exterior con una zona logística y una explanada para el aparcamiento y, al menos en el proyecto inicial, no se contempla un vallado perimetral, aunque tampoco detalla si se conservará al menos parcialmente el anterior.
La solicitud de este trámite se remitió a la Dirección General de Calidad Ambiental y Sostenibilidad por primera vez el pasado 21 de febrero y, tras una modificación puntual, se volvió a enviar a finales de abril. Apenas una semana después se inicia el período de consultas, en el que participan las direcciones generales de Patrimonio Natural y Cultural, Emerxencias e Interior y Saúde Pública, el Instituto de Estudos do Territorio, Augas de Galicia, el Servizo de Prevención e Control Integrado da Contaminación, las subdirecciones generales de Residuos e Economía Circular y Meteoroloxía e Cambio Climático, el Concello de Narón, la Federación Ecoloxista Galega y la Sociedade Galega de Historia Natural. Únicamente las dos últimas no remitieron una respuesta.
Asimismo, en septiembre se realiza una segunda modificación del proyecto, concretamente de la situación del edificio, tras constatar Augas de Galicia que se encontraba fuera de la zona de policía de cauces. Salvo por este apunte, ningún otro organismo observa problemas en la propuesta y todos resuelven favorablemente sobre la misma.
De este modo, la declaración ambiental concluye con una serie de recomendaciones por parte de las entidades a tener en cuenta tanto para la construcción de las instalaciones, como durante su funcionamiento.
Mientras el nuevo proyecto avanza, la antigua plantilla carga contra el grupo Perelada, al que acusa de haber orquestado el cierre de la planta de Narón con el objetivo de deshacerse de su activo “más viejo y poco competitivo” con la idea de vender la empresa en sí en un futuro. “Por lo que pudimos ver, el grupo Poligal fue comprado por una empresa peruana que quería entrar en Europa”, explica un antiguo miembro del comité de empresa, en referencia a la firma Oben, que en marzo de 2021 se hizo con el control de las plantas de Polonia y Portugal, así como la cartera de clientes de la productora de film plástico. En este sentido, el extrabajador, que prefiere mantener el anonimato, insiste en que todo fue una operación “a largo plazo” y que, por cuestiones como la antigüedad de la factoría, esta no entraba “en el plan de venta”.
Otra cuestión que en su momento quedó en el aire fue el destino de aquellos trabajadores que optaron por aceptar el traslado a otras instalaciones de la compañía. Como se recordará, cuando se solicitó el concurso de acreedores, desde el grupo matriz se planteó la posibilidad de que algunos de los empleados fuesen recolocados a las factorías lusa y polaca. No obstante, como apunta este profesional, aunque se estableció un máximo de veinte personas, muy pocas aceptaron esta propuesta y todas ellas eran parte de los órganos de gerencia. “Ofrecieron puestos de trabajo en Portugal y Polonia, pero con los requisitos y condiciones de allí”, explica el antiguo representante, detallando, a modo de ejemplo, que en el caso del país del este de Europa los obreros debían abonar su propia seguridad social.
El resto de la plantilla, lamenta el profesional, “tuvimos cada uno que buscarnos la vida, reinventándonos o encontrando un nuevo puesto de trabajo”. En este sentido, explica que en ningún momento hubo “un compromiso de recolocación” o un “seguimiento” para el centenar de afectados por parte de las administraciones.
Volviendo al procedimiento judicial en el que siguen inmersos una veintena de antiguos operarios de Poligal, el miembro de la parte social explica que se trata de una demanda particular efectuada con el apoyo de los sindicatos por el retraso en el pago de la indemnización. La cuantía pactada, explica, se acordó que se abonaría en dos pagos diferentes dada la necesidad de vender todos los activos para disponer de fondos líquidos suficientes –aun cuando estaba avalada por el Gobierno portugués–.
“Hubo una demora de uno o dos meses en el pago de la segunda cuota, así que interpusimos a nivel individual unas veinte demandas”, relata. En este sentido, el trabajador explica que la cuantía en sí es lo de menos, dado que los afectados continuaron con su vida y ahora ya siguen otro camino laboral, sino la falta de información de un procedimiento que comenzó hace casi un lustro. “A nosotros desde el sindicato nos dijeron que no tienen constancia de que el proceso se hubiese cerrado”, apunta en referencia al concurso de acreedores, “porque de ser así tendrían que mandarnos una respuesta de resolución judicial del Mercantil”.
La incógnita que plantea el extrabajador respecto a la operación es quién está detrás de este nuevo proyecto, en cuanto a si es el administrador concursal o el propio grupo matriz. Al no haber recibido notificación del Juzgado, la parte social entiende que el proceso sigue en marcha y que, por ello, es dicho gestor quien coordina el arrendamiento. Asimismo, también elucubra que la decisión de darle un nuevo uso comercial a los terrenos responde a la imposibilidad de venderlos.
En cualquier caso, a día de hoy Perelada solo consta como propietaria de la parcela y es Obramat, a través de su matriz Bricolaje Bricoman, la responsable de la nueva iniciativa. Como se detalló en su momento, la futura tienda, bautizada como Parque Gándara, supondrá una inversión de unos diez millones de euros y generará, según las estimaciones de su promotora, unos 220 puestos de trabajo. De no presentarse imprevistos de última hora, el estableciento estará operativo el próximo año.