La oferta culinaria gallega ha sido siempre uno de los principales atractivos turísticos de la comunidad. Un universo gastronómico rico y variado, con locales para todos los gustos, hacen del noroeste español un destino ideal para disfrutar de unas vacaciones acompañadas con buena comida y bebida.
La Semana Santa es temporada alta en el sector turístico, y también en la hostelería, por lo que conviene elegir bien y, a ser posible, reservar con antelación. Y probar, si es posible, algunas de las preparaciones típicas de estos días, como son las torrijas –pan frito dulce– o las distintas preparaciones con bacalao –buñuelos, bacalao a la gallega o caldeirada de pescado–.
La calidad de los ingredientes, el nivel de la hostelería y la presencia de reconocidos referentes gastronómicos, tanto a nivel nacional como internacional, han convertido a Galicia en un epicentro para los amantes de la comida. Bares, restaurantes y chefs destacados han elevado el estándar culinario, atrayendo la atención de los consumidores con productos locales de alta calidad que dan lugar a una cocina atlántica, de mercado y de temporada.
Actualmente, 17 restaurantes gallegos han sido distinguidos con Estrellas Michelin, el máximo reconocimiento en el sector gastronómico. Algunos de estos establecimientos son reconocidos desde hace años, mientras que otros han destacado recientemente, reflejando el crecimiento del sector en Galicia. Para los más sibaritas, es importante estar al día e intentar probar la experiencia gastronómica de alto nivel que ofrecen estos establecimientos.
Los 17 restaurantes gallegos reconocidos por la prestigiosa guía suman en total 19 Estrellas Michelín. Tienen dos estrellas Culler de Pau de O Grove y Pepe Vieira, de Poio. Y con una estrella han sido reconocidos los restaurantes Terra, de Fisterra; Maruja Limón y Silabario, de Vigo; Eirado da Leña, de Pontevedra; Yayo Daporta, de Cambados; Casa Solla, de Poio; Árbore da Veira, de A Coruña; As Garzas, de Malpica; Retiro da Costiña, de Santa Comba; A Tafona, de Santiago de Compostela; Casa Marcelo, de Santiago de Compostela; O Pazo, de Padrón; Restaurante Miguel Ángel González, de Pereiro de Aguiar; y Nova y Ceibe, de Ourense.
Además de los premiados, hay numerosos establecimientos más modestos que ofrecen una excelente gastronomía. Desde las clásicas tabernas con materias primas de calidad hasta los restaurantes más innovadores que emplean técnicas vanguardistas para crear platos sofisticados.
A lo largo del año, Galicia acoge numerosos eventos gastronómicos. Uno de los más destacados es el Galicia Fórum Gastronómico, que se celebrará del 7 al 9 de abril en A Coruña. Este encuentro reúne a profesionales del sector y destaca tanto los productos locales como las innovaciones de las mejores empresas gastronómicas.
El evento incluirá demostraciones en vivo de chefs reconocidos en el Auditorio y los Talleres, con un enfoque central en la "Despensa del Atlántico", resaltando la riqueza y variedad de los productos gallegos provenientes de la región atlántica. Este énfasis refleja el compromiso de promover la cocina gallega, que se distingue como una de las más exquisitas y variadas en el ámbito atlántico.
En estos días festivos, algunas de las preparaciones más típicas en Galicia son las torrijas –pan frito dulce–, el potaje de cuaresma –con bacalao, espinacas y huevo– y otras preparaciones con bacalao, como los buñuelos.
El potaje de Cuaresma o vigilia es un plato tradicional en la gastronomía española, especialmente consumido durante el período de Cuaresma –cuando muchas personas optan por abstenerse de comer carne los viernes–. La receta más típica contiene espinacas, huevo, patatas y garbanzos, y puede incorporar –o no– algún tipo de pescado, generalmente bacalao.
Los buñuelos de bacalao son muy populares como tapa o entrante en bares y restaurantes, especialmente durante la Semana Santa y en épocas de Cuaresma. Son bolitas o porciones de masa elaborada principalmente con bacalao desmigado, huevo, harina, y a menudo se le añaden otros ingredientes como cebolla, ajo, perejil u otras hierbas aromáticas para dar sabor. Esta masa se fríe en aceite caliente hasta que adquiere una textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro.
En cuanto a los dulces típicos de esta época, la torrija es, sin duda, la reina. Se elabora a base de pan, leche, huevo y azúcar. Su ingrediente principal son las rebanadas de pan, preferiblemente del día anterior para que estén más firmes, que se empapan en leche aromatizada con canela y limón, se rebozan en huevo y se fríen en aceite. Una vez fritas, se suelen espolvorear con azúcar y canela, aunque también se pueden acompañar de miel, almíbar o incluso chocolate.