La tradicional Feira do 23 de Abril de Moeche, conocida popularmente como la Feira Cabalar, cosechó ayer un nuevo éxito de participación, tanto a nivel de visitantes como de participantes en los diferentes concursos y en los espacios de compra venta de animales. Si bien las previsiones meteorológicas eran inciertas –se anticipaba un día nublado con ligeras posibilidades de lluvia–, finalmente el tiempo acompañó la celebración del evento, congregando a miles de personas en la villa.

Así, el dispositivo diseñado en conjunto por la Asociación 23 de Abril, organizadora del evento, el Concello, la Policía Local y la Guardia Civil para canalizar el flujo de visitantes se mostró efectivo, permitiendo un festejo libre de incidencias y en el que los equinos fueron el eje central.

De este modo, la alcaldesa de Moeche, Beatriz Bascoy, tras incidir en que en esta ocasión había sido la mencionada entidad la encargada de sacar adelante la feria, se mostró muy satisfecha con el éxito de la misma, destacando que “o día axudou, con bo tempo e sin incidentes”, lo que trajo consigo “unha participación moi numerosa”. Asimismo, la regidora aprovechó la ocasión para agradecer la colaboración en la celebración a “distintos Concellos, como As Pontes ou San Sadurniño, Agrupacións de Protección Civil de Ferrol, Neda e As Pontes e Navantia, que nos facilitaron material”, dijo.

De igual forma, Bascoy incidió en el enorme volumen de visitantes “pese a ser un día de semana”, transmitiendo su enhorabuena a la nueva directiva de la Asociación “e darlles moitos ánimos para seguir”.

Una edición con novedades

A pesar de que la Feira do 23 de Abril intenta conservar su esencia en todas sus ediciones, en la celebrada ayer se introdujeron algunas novedades que, afortunadamente, fueron muy bien recibidas por participantes y curiosos. Por una parte, mientras las categorías de andadura chapeada –el animal avanza a cuatro tiempos, con un casco cada vez en el suelo– y aserrada –se posan los de un lado mientras los del otro se mantienen en el aire– se conservaron, la de trote se eliminó. Cabe recordar que en cada una de las dos clasificaciones se reconocían a los caballistas más destacados según la altura del animal –de más y menos de 1,5 metros de cruz–.

En su lugar, la organización creó tres nuevos premios: mejor jinete o amazona menor de 16 años; galardón a la estampa y belleza del caballo; y a la manada más numerosa. Respecto a este último, Bascoy detalló que se notó un aumento más que significativo de participación, dada la gran afluencia de animales en el área de compra venta.

Por último, si bien los concursos y la venta de caballos es desde siempre el eje central de la Feira, no fueron sus únicos atractivos. Los visitantes pudieron, de este modo, disfrutar de una enorme y variada oferta en un mercado tradicional en el que poder adquirir desde alimentos, hasta artesanías, ropa y calzado, herramientas, antigüedades e incluso ganado. Por si esto fuera poco, a la variedad de restaurantes con los que cuenta la villa se unieron puestos en los que adquirir churrasco o pulpo, entre otros.