Entre la maleza y el abandono: así languidece el monasterio de Santa María de Monfero

Entre la maleza y el abandono: así languidece el monasterio de Santa María de Monfero
El enclave monferés está considerado monumento nacional desde 1931 | jorge meis

“De milagro” se mantiene en pie uno de los tesoros patrimoniales más importantes de la comarca: el monasterio de Santa María de Monfero. Su estado ruinoso y de abandono, siendo devorado por la maleza, ha vuelto a salir a la palestra y ha sido abordado, recientemente, en la comisión 6ª del Parlamento de Galicia –en la que se tratan cuestiones relacionadas la industria, la energía, el comercio y el turismo–. 


Lo hizo de la mano del grupo del Bloque Nacionalista Galego (BNG), a través de la iniciativa presentada por el diputado Xosé Manuel Golpe, en la que se instaba al gobierno gallego a la rehabilitación y puesta en valor del conjunto arquitectónico, así como a su inclusión en los itinerarios turísticos, buscando vías para hacerse con su titularidad –en la actualidad pertenece al Arzobispado de Santiago, aunque en 2007 cedió su uso a la Xunta por un periodo de 50 años–. Pocas veces una propuesta cuenta con el apoyo unánime de todos los colores políticos y esta ha sido una de esas excepciones.

 

 

 

 


“É un dos monumentos máis impresionantes de Galiza, pola súas dimensións, pola fermosura do lugar no que se atopa, no corazón das Fragas do Eume, así como pola historia que o atravesa, que dun xeito ou doutro foi deixando a súa pegada no propio mosteiro”, apunta Golpe, que a finales de octubre visitó el enclave invitado por varias asociaciones culturales de la comarca –Medulio, Ateneo Fernán Martíns, Ferrolterra Antiga, Colectivo Terra, Roxín Roxal y Amigos do Mosteiro de Santa María de Monfero–, preocupadas por el devenir del monasterio.

 

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 Jorge Meis


“Eu son de Irixoa e lembro como estaba o mosteiro cando era cativo. Dende entón, até o de agora, a cousa non fixo máis que empeorar. Na visita que fixemos puidemos observar a intervención de conservación que se fixo no 2017 nun dos claustros. Pero os outros dous están totalmente á intemperie: nos muros medra todo tipo de broza. Hai salgueiros de dez centímetros de diámetro, co perigo que iso supón, porque as súas raíces buscan sitio, polo que acabarán por tirar as pedras abaixo”, comenta Golpe, que reconoce que el exterior del enclave está “minimamente limpo e desbrozado”.


Y es que, tal y como explica Arturo Martínez, miembro de la Asociación de Amigos do Mosteiro de Santa María de Monfero, el alumnado del taller de empleo impulsado por cuatro municipios de la zona “limpou todo arredor do mosteiro, o palomar, os muros, quitaron hedras onde puideron...”. 


Pese a ello, califica el estado del conjunto arquitectónico de “lamentable”. “Todo o que é a parte dos claustros está nun estado completo de abandono. Os tellados da igrexa tamén están cubertos de maleza... Unha ruína”.

 

Mayor implicación

Desde la Asociación de Amigos do Mosteiro de Santa María de Monfero claman por una implicación por parte de las diferentes administraciones que culmine con la conservación del conjunto arquitectónico. “Se non me equivoco, leva máis de dez anos sen que se faga ningunha actuación. O tempo pasa moi rápido e o maior problema que temos é o abandono por parte das administracións, sobre todo da Xunta, pero tamén ten parte de culpa o Concello, que sempre di que non pode facer nada, que xa tiveron entrevistas co conselleiro... todo son ‘largas’. Houbo moitos intentos por parte das asociacións, entre elas a nosa, para que isto se puidese amañar para, polo menos, podelo visitar”, explica Arturo Martínez.

 

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 Jorge Meiis


Ese compromiso por parte de las administraciones podría estar más cerca tras el apoyo a la propuesta de los nacionalistas en el Parlamento por parte del PP y del PSOE. “Hai un acordo do 2% do orzamento cultural para adicalo á consolidación dos muros. Xa está recollido nos orzamentos da Xunta, uns dous millóns e medio de euros”, explicó por su parte Xosé Manuel Golpe, que añadió que servirán “polo menos, para que non sigan caendo. É un bo punto de partida, porque se non hai derrumbe, é moi posible que se podan abrir as portas outra vez, como cando eu era cativo. E isto xa axudaría a consolidalo como un referente dentro dos bens a visitar dentro da comarca do Eume, e máis cando o propio Concello ten alí a súa oficina de Turismo”.


Golpe recuerda, asimismo, que los tres sectores que mueven la economía en el municipio son el  ganadero, el forestal y, en tercer lugar, la hostelería. “Temos xa un turismo de ocio e de actividades ao aire libre bastante importante. Hai empresas que se dedican a ofrecer actividades ao aire libre, como rutas de sendeirismo, avistamentos de aves e especies naturais... Hai moitísimo potencial e hai que aproveitalo”.

 

Barroco y románico

Tal y como figura en la página web de Turismo de Galicia, este cenobio cisterciense está compuesto por una iglesia, sala capitular, capillas laterales, baptisterio y tres claustros: hospedería, procesional y dormitorio. Fue fundado por el rey Alfonso VII a principios del siglo XII y renovado por completo en el XVII, por lo que el estilo predominante es el barroco.


En su interior, consta de un templo con planta de cruz latina –con una sola nave de considerables dimensiones sobre la que se abre una cúpula octogonal, de influencias italianas–. En la cabecera se puede apreciar una gran capilla mayor, rectangular, con girola, enmarcada por dos capillas rectangulares poco profundas.


En el exterior, los muros con grandes piezas graníticas sorprenden al visitante, no tanto,  quizás, como la original fachada principal con una decoración de ajedrezado –realizado mediante piedras de granito y pizarra–, que ha llegado incluso a inspirar una línea de piezas de vajilla de la popular Real Fábrica de Sargadelos –“Monférico”–.

 

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Jorge Meis


Estos perpiaños están enmarcados por cuatro pilastras y columnas de orden corintia, decoradas por tríglifos y metopas que se elevan hasta la cornisa, sobre la que se alza una torre campanario –existía otra, que tuvo que ser derribada tras la caída de un rayo–.


En el altar mayor se encuentran sepulcros góticos de granito que datan del siglo XV, pertenecientes a la familia de los señores medievales Andrade –en los que se puede apreciar un jabalí, emblema de este linaje–.


En cuanto a los claustros, el mejor conservado es el procesional, de estilo renacentista y bóveda estrellada, con una fuente barroca en el centro del patio. 

 

 

El no regreso de los monjes, un traslado frustrado de la fachada y un hotel balneario

 

La historia del monasterio de Santa María de Monfero ha dejado múltiples anécdotas. Entre ellas se encuentra la de Rodrigo Pardo, propietario de la fábrica de curtidos “La América”. Tras invocar a la Virxe da Cela después de haberse salvardo de un naufragio, prometió volver a llevar a los monjes a Monfero. Falleció en 1929 sin lograr su pretensión. 


Mientras, en 1951, el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional propuso trasladar, piedra a piedra, la fachada de la iglesia hasta la ciudad herculina, para convertirla en la basílica de San Pedro de Mezonzo, un proyecto que contó con la oposición de ilustres personajes como Isaac Díaz Pardo, Luis Seoane o Ramón Otero Pedrayo. “Quedaría triste la montaña”, aseguró este último en 1954. 

 

En 2004, la comisión mixta del 1% cultural aprobó una inversión de 3,7 millones de euros para la rehabilitación del monasterio, tal y como recogió en su momento este Diario. El objetivo era el de transformar el conjunto monacal en un hotel balneario que tendría la categoría de cinco estrellas. 

 

 

 

 

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