PÍLDORAS LITERARIAS | Maria Parr, la belleza de lo cotidiano

Literatura en #Nordesía: X. Fandiño habla de “Oskar y yo”, de Maria Parr
PÍLDORAS LITERARIAS | Maria Parr, la belleza de lo cotidiano

La relación de dos hermanos, Ida, de ocho años, y Oskar, de cinco, es el meollo de esta historia que presenta la escritora noruega Maria Parr en Nórdica, donde ya han visto la luz otros dos relatos –“Corazones de gofre” y “Lena, Theo y el Mar” (incluso en formato estuche–. Quienes no se hayan acercado a la literatura de esta autora deberían hacerlo por varios motivos, pero, sobre todo, porque tiene la virtud de convertir lo cotidiano, lo casero, todo lo que sucede en un pequeño pueblo rodeado de nieve –pero con unos fuertes lazos comunitarios–, en sublime. 

 

En “Oskar y yo”, Parr sitúa a Ida como narradora, que se encarga de conducir las peripecias de su hermano y de su familia en un breve lapso de tiempo –unos meses– que, sin embargo, recoge varios episodios trascendentales para ambos: la muerte de un ser querido, los pasos “hacia la madurez” del pequeño Oskar, los conflictos con los padres y el afloramiento de un sentimiento como el cuidado. 

 

No son grandes hitos en la vida de nadie –hay películas de Disney de más de 70 años de historia con más desgracias o acontecimientos trágicos–, pero eso no es lo importante en “Oskar y yo”. Lo importante es el modo en el que la visión que la hermana mayor tiene del pequeño va cambiando, ese proceso de aprendizaje e, incluso, con inesperados y sorprendentes momentos de admiración que fortalecen, con sus tiras y aflojas, una relación que acabará siendo absolutamente inquebrantable. 


Maria Par ha sabido, como ya hizo en anteriores entregas, tejer la historia, articularla para que el lector se identifique con sus protagonistas –con cualquiera de ellos– y con las situaciones y, de algún modo, que se reencuentre también con su pasado. Es la literatura un buen espejo de lo que fuimos y lo que somos, y da igual que sea aquí, en Galicia, que en un pequeño pueblo escandinavo. La buena literatura es imperecedera e intercambiable, no pasa de moda ni envejece mal, y creemos que la de Maria Parr tendrá un sitio en el selecto club de las obras imprescindibles.

PÍLDORAS LITERARIAS | Maria Parr, la belleza de lo cotidiano

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