Ahora les pagamos el referéndum

Podría contarles que estoy indignado, pero este calificativo es insuficiente para recoger mi estado de ánimo. Sánchez no tiene ni principios ni límites y tiene acreditado que cualquier precio que haya que pagar por seguir en la Moncloa, lo paga. Eso sí, con nuestro dinero, con el de todos, con los impuestos salvajes que pagamos todos los ciudadanos. Ya lo dijo la exvicepresidenta Carmen Calvo: “El dinero público no es de nadie”. Y se quedó tan ancha. Los socialistas son así y los separatistas lo saben. Después del enorme lío en el que nos metieron Puigdemont y Junqueras con aquel acuerdo del parlamento catalán en el que declararon la independencia de Cataluña y el referéndum ilegal que obligó a la aplicación del 155 de la Constitución, ahora Sánchez ha decidido pagarles aquella fiesta con el dinero de todos. La mal llamada “condonación” es una mentira de trilero, ahí Sánchez se mueve bien. Las deudas no se evaporan, no se borran, no desaparecen. Lo que Sánchez negoció con los separatistas, y solo con los separatistas, es asumir entre todos los españoles el pufo de la gestión de los separatistas al frente de la Generalidad de Cataluña. Sus referéndums, sus embajadas, sus televisiones y sus elevados sueldos a más de mil asesores de sus partidos que colocaron en la Administración. 17.000.000.000 de euros es el precio para que Sánchez siga en Moncloa, pero como no tiene límites, extrapola al resto de comunidades la medida y, de esta manera, todos los españoles nos incorporamos a nuestra pesada mochila 83.000.000.000 de euros de deuda que pagaremos entre todos. Porque la ministra estrafalaria, la “Chusa”, ha decidido que, como es la candidata a las elecciones andaluzas, pagar su campaña con el dinero ese que no es de nadie pero que pagamos todos. Imaginemos un padre de familia con tres hijos. Uno tiene una deuda de un millón, que se gastó en fiestas varias, otro debe 10.000 euros y el tercero, que se administró bien, no debe nada. En un acto de ¿generosidad?, el padre decide “condonar” la deuda del que debe un millón, negociando esta cuestión únicamente con el hijo derrochador, pues bien, lo que hace el padre es mancomunar las deudas de todos, también con el que no debe nada y el resultado es el siguiente: el que debía un millón, ahora debe 500.000 euros, el que debía 10.000 ahora debe 162.000 euros y el que no debía nada ahora debe 167.000 euros ¡olé! Esto es exactamente lo que Sánchez nos ha hecho a todos los españoles. En el fondo, como él entiende que el dinero público no es de nadie, piensa que no le duele a nadie. ¡Es mentira! Nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos, por lo menos, pagaremos cada euro de esa “condonación” ante la carcajada de los separatistas que ven como el resto de españoles les pagamos sus fiestas por obra y gracia de Pedro Sánchez Pérez Castejón. La propia María Jesús Montero, ministra de Hacienda, negó que esa “condonación” fuera aceptable y acusó a la derecha de “inventarse ese bulo”, esta poligonera defiende una cosa y su contraria con la misma pasión y sin despeinarse, lo cierto es que viene despeinada de casa. Así es la izquierda que nos gobierna. Sus socios pasan de inquisidores del feminismo a ser acusados de acoso sexual y no uno ¡un buen puñado!, Sánchez pasa del “no pactaré con Bildu” a hacerlo su socio prioritario y todo mientras el fiscal general borra las pruebas de su presunto delito y Conde Pumpido utiliza el Constitucional para perdonar delitos a los suyos. Como decía Forges… ¡país!

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