Charo Abeledo, una religiosa para la historia

Ferrol es ciudad de mujeres interesantes y vamos a sumar una más. Charo Abeledo estudió magisterio en las M. Mercedarias de Fajardo durante tres años de 1958 a 1961. Pronto se vio de maestra en Jubia, allí descubrió que le gustaría dedicar sus esfuerzos para ayudar a niños y mayores, entró en la Compañía de María. Eso suponía que debía de ir para donde le mandasen. Pronto le dijeron que la necesitaban en Madrid, se personó y meses después terminó en la cárcel junto con una compañera, siendo las segundas monjas (después de las catalanas) que entraron en la cárcel después de la guerra del 1936.


Las monjas vivían en el nuevo barrio del Pilar que se estaba formando, allí montaron un colegio , había aluviones de niños, atendían a niñas, porque seguían a Santa Juana de Lestonnac una mujer que por los años 1607 constituyó una congregación para formar a la mujer desde niña, fue el primer instituto religioso de carácter educativo para las niñas, resumiendo, las mujeres pueden aprender y se les debe de enseñar como a los niños; la francesa Juana Lestonnac fue, además de religiosa, una madre de familia con muchas hijas e hijos. Las monjas del barrio del Pilar no llevaban hábito, eran progresistas y defendían lo sostenido por el Concilio Vaticano II.


Era por noviembre del 73 cuando las monjas recibieron una convocatoria para participar en el Seminario Mayor de Madrid en una charla sobre la cárcel concordataria de Zamora, a la que consideraban innecesaria, ya que los sacerdotes debían y querían estar en una cárcel normal para hombres. El acto era libre, se realizaba en un piso, cuentan que se presentaron 300 o 400 personas. Apenas comenzaran cuando entró la policía y pidió el carnet de identidad de todos, les indicaron que se lo devolverían al día siguiente en la Dirección General de Seguridad en Sol, y fin de la fiesta. Habían ido seis monjas, al recoger el DNI les afirmaron que tenían una multa de 25.000 pts. cada una. Eran maestras estatales su salario alcanzaba unas 6.000 pts., recurrieron, pero fue denegado, cuatro volvieron a recurrir y Ana María Vila y Rosario Abeledo no pagaron ni recurrieron porque no creían que les hiciesen caso.


La vida se hizo normal, pero pasados unos años, en agosto del 1975, les llaman para decir que no habían pagado y tenían que ir a la cárcel, como estaban trabajando, les dejaron que eligiesen los días para entrar. Eligieron agosto porque así, pensaban, no se enteraría nadie, era algo duro que las profesoras estuviesen en la cárcel. Así que el 6 de agosto las fueron a buscar a la DGS . Al llegar les esperaba una señora que debía de cachearlas, pero al entrar las pararon porque vestían pantalones y camisetas, y ella insistía: “ yo espero a dos monjas”, cuando se convenció hizo su trabajo y después aplicando eso “del concordato” las mandaron a un calabozo (había varios) con rejas, con llaves … No tardaron en aparecer para recogerlas y llevarlas a la cárcel de mujeres de Yeserías. Al entrar estuvieron unos días solas para evitar contagios. Durmieron en la enfermería. Después las mantenían solas, sin verse con las otras presas que les gritaban y se metían con ellas, algunas veces muy fuertes. Decidieron pedir permiso para estar con ellas, había varios pabellones ellas entraban en el de las presas políticas, que por cierto había muchas presas y una zona especial que eran acusadas de terrorismo, porque habían tirado una bomba en la calle del Correo el año anterior matando en el atentado a un policía y 12 civiles. Seguían durmiendo en la enfermería pero les permitieron estar con las otra presas y pasaban el día con ellas, dice que eran un encanto; la cárcel tenía cine, gimnasio, bar … Charo contó que a ella le daban mucha pena los niños, estaba permitido tenerlos con la madre, se dio el caso de que un niño al ver los guardias en las garita gritó “papá , papá” . Saltó de inmediato la prostituta “Como le llames papá, a ese hijo de pu.. te vas a enterar”.


Para Charo “Fue una experiencia muy buena en la vida, lo peor, es no tener libertad, pensar que no puedes hacer lo que quieras, que no puedes salir, estuvimos 20 días”.


En la vida de Charo hay mucho más que conocer, estuvo de profesora en las montañas lucenses, algunas veces llegó al pueblo andando kilómetros, o en burro. Estuvo en África, en el Congo nueve años, un año en Bélgica y ... terminó de superiora en el convento de Ferrol, le tocó estar presente en la venta de todas las propiedades de Ferrol.

Charo Abeledo, una religiosa para la historia

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