Un el mismo banco, la misma plaza, volví a encontrar al capitán Américo, con buena salud física y mental, ya más cerca de los cien que de los noventa años.
Hablar de la delicada situación política, social y ética fue inevitable.
“Esclavo de tus palabras y dueño de tus silencios”; en la vida la clave es la prudencia la experiencia y la inteligencia emocional ―comenzó diciendo el capitán.
―Somos esclavos de nuestras palabras, siempre debes cumplirlas y esto atañe no pocas dificultades, de ahí mejor en muchos casos el silencio, la no precipitación, la inteligencia emocional.
Si actúas así serás respetado, despertaras confianza, tendrás madera de líder ―algo escaso en nuestra clase política― aunque esto no implica que te vaya bien y puedas tener múltiples fracasos.
Esta actitud la tienen unos pocos, por eso la importancia de la experiencia, pues la humanidad se basa en el conocimiento empírico, a pesar de que ahora intentan negarlo. La Historia, es fundamental para recordar y no olvidar, pero sí para saber perdonar; el que olvida la misma está condenado a repetir los errores.
Las actitudes contrarias, abundan hoy en día en personajes que trepan hasta puestos en la sociedad donde el daño que pueden hacer no tiene límites.
Estos individuos, no son prudentes son temerarios e insensatos y sin la más mínima empatía; buscando siempre sus logros personales por encima del conjunto de la sociedad. Si además tienen un puesto de responsabilidad, tanto en la empresa pública como en la privada e incluso en la familia, el desastre está diagnosticado; dependerá, el fracaso, del tiempo que el individuo aguante y lógicamente cuanto más tiempo más daño a las personas que lo rodean o a la sociedad que representa.
No tienen escrúpulos a la hora de mentir sobre sus propios logros, tesis doctorales, añadir másteres no estudiados a su currículo, hacer lo contrario hoy de lo que dijeron ayer, etc.
No tienen escrúpulos a la hora de aliarse con el diablo, incluso el que le ofrece fuerzas armadas y dinero para mantener sus aspiraciones crear su reino de taifas y proclamarse salvador de patrias; y por supuesto ninguno a la hora de traicionar a su gente cuando lo cree necesario para poder seguir alimentando ambiciones personales.
―Me preguntas que opino con mis años de experiencia, creo que con lo que te he dicho ya te respondo. Pero también debo decirte que, más o menos perjudicados, saldremos adelante; porque este país no se hizo en un día, tiene mucha historia y experiencia acumulada, en resumen, mucho conocimiento empírico que es lo que ha hecho avanzar a la humanidad.