Escribo cuando todavía permanecen en mi retina imágenes nítidas, palabras atesoradas en mi memoria y en el cuerpo laten las emociones del pasado fin de semana. Fin de semana de encuentro en Os Casares. Fin de semana diseñado con todo mimo por Silvia Salgado, maestra en artes de escritura y lecturas y Mónica Montero, impecable en la producción junto con el equipo de la Fundación Galicia Sustentable. Fin de semana de “El Enjambre”.
Amenazaban lluvias y solo nos visitó el viento. El frío de noviembre dejó paso al calor de la chimenea. Los muros de piedra, transformados en panal para acoger nuestras mieles y hieles.
Nos encontramos con tres “olvidadas” –Silvina, Elena, Clarice–, gracias a las cuales nos recordamos a nosotras mismas. Honramos sus memorias y las nuestras. Mujeres escondidas, por voluntad propia o ajena, en sus refugios literarios, sus cuentos, sus poemas, sus diarios.
Como una de esas consignas que nos lanza Silvia para despertar nuestra escritura, redacto mi diccionario particular del fin de semana: pausa, belleza, naturaleza, mimo, leer, escribir, descubrir, honrar, reír, llorar, amigas de siempre, nuevas amistades… La palabra que lo abraza todo, encuentro, encuentro con los demás, encuentro con una misma. Un espacio íntimo, sin juicios, donde el papel se convierte en cómplice silencioso.
Leer para descubrir, escribir para aflorar. Transformar el caos en orden, la confusión en claridad, el dolor en algo más manejable. Sentarse y dejar que las palabras fluyan, aunque sean torpes, desordenadas o a priori no tengan sentido.
Leer para dar voz a las “Olvidadas”, escribir para habitar ese espacio entre lo que somos y lo que queremos ser. Inspirarnos en Silvina Ocampo para volver a la infancia, a los sueños aletargados, lo cotidiano vestido de extrañeza, los paisajes domésticos como escenarios de lo insólito.
Elena Garro abrió la caja de la intimidad femenina, los dolores más profundos y las experiencias más aterradoras. Mezclas entre lo lírico y lo crítico, lo fantástico y lo ordinario, lo femenino y lo universal, combinaciones donde el pasado es algo más que un recuerdo: es un peso, un anhelo, y, a veces, un destino inescrutable.
Nos despedimos con Clarice Linspector, sumidas en el detalle de lo diario, en los momentos aparentemente insignificantes que nos conducen a reflexiones profundas, sintiendo cada palabra como eco de nuestras propias dudas, emociones y deseos.
Encuentro e intimidad, timidez y coraje, mostrarse y refugiarse. Por encima de todo, respeto a los tiempos de cada persona.
Podría escoger muchas frases, una de cada una de nuestras “Olvidadas”, alguna de las “anónimas” con nombre que me acompañaron esos días. Elijo “Escribo para que no me devore el silencio”, palabras de Elena Garro, que bien podría firmar yo.