José de Cora, Premio Diego Bernal

No son tiempos propicios al consenso. La abundancia de información, la fluidez del mundo líquido, la competencia y los desencuentros hacen que la unanimidad en una decisión adquiera esa pátina de verdad por la que tanto lucha el mundo de la comunicación profesional, tan enredado como el orbe digital de los receptores-consumidores apantallados, “desquioscados”, en la que los receptores se han convertido en emisores, y el que 140 caracteres han sustituido a los sesudos reportajes, en la que los lectores adquieren más papel relevante en segundos que los propios periodistas en siglos. Y la culpa, dicen, la tiene el progreso, o lo que dicen que lo es. No el de Lugo, claro, exponente del mejor periodismo y de la gran historia de un oficio del que ellos hacen arte cada día.


Por lo antedicho, la decisión de otorgarle sin fisuras, siquiera sin resquebrajaduras, navajeos o duelo de plumas, incluso de género, el Premio Diego Bernal a José de Cora, adquiere un valor especial, que se reafirma en el mérito debido a la trayectoria plural, y prolífica de un eslabón imprescindible en una saga que figura en el parnaso del mejor diarismo, de la empresa familiar pura, de un ineludible compromiso con la tierra de un clan, extendido a sus plumillas e impresores, amurallados tras el esfuerzo diario por pensar, formar, firmar, entretener... con criterio y transparencia, no sin las dificultades propias de un oficio que huye de su propio obituario que, con seguridad, como bien sabe Pepe, escribirá, esperamos que más tarde que temprano, la Inteligencia Artificial, antes de un esquela de “cinco estralos”.


Dice la Asociación de Periodistas de Galicia, la APG de María Méndez, la buena, que José de Cora Paradela, fértil escritor bilingüe, autor teatral, guionista, ahora vicepresidente y consejero editorial de El Progreso, recibe el galardón “por su compromiso personal y profesional con nuestro oficio, así como por su condición de pionero del periodismo total, con abundante producción en sus diferentes expresiones”, y es que él fue y sigue siendo redactor, corresponsal, redactor jefe, director –de periódico y de series de televisión–, colaborador, radiofonista, productor, columnista, profesor invitado en la Facultad de Ciencias de la Información (ahora Facultad de Comunicación) de la USC e, incluso, directivo de asociaciones de periodistas... y también humorista, esto lo resalto yo, desde mi vínculo con el periodismo satírico.


A José de Cora le hará ilusión figurar entre la mayoría de los galardonados que le precedieron en el Diego Bernal, e incluso le hará gracia compartir honores con algunos otros. La nómina es larga e incluso extravagante, y no siempre unánime en los acuerdos, que para eso se llaman fallos. En las veintinueve ediciones anteriores, los galardonados fueron Augusto Assía (1996), Pedro de Llano (1997), Feliciano Barrera (1998), Camilo José Cela (1999), Manuel Fernández Areal (2000), el Colectivo de Periodistas Vascos (2001), Santiago Rey Fernández-Latorre (2002), José Manuel Rey Novoa (2003), Juan Ramón Díaz García (2004), Alfonso Sánchez Izquierdo (2005), Ángel Botana (2006), Blanca García Montenegro (2007), Gerardo González Martín (2008), Perfecto Conde Muruais (2009), Manuel Martín Ferrand (2010), Pepe Domingo Castaño (2011), Pilar Cernuda (2012), Germán Castro Tomé (2013), José Luis Alvite (2014), Lois Caeiro (2015), Fernando Ónega (2016), Fernando Salgado (2017), Bieito Rubido (2018), Xosé Luis Vilela (2019), Francisco Campos (2020), Arturo Maneiro (2021), Carmen Merelas (2022), José Luis Gómez (2023) y Aída Pena (2024). El género no se corresponde con el número, tampoco con los fotógrafos o ilustradores, pero todo llegará.


José de Cora nació en Lugo diez años después del año del hambre. Vino con una pluma entre los dedos, con una vocación inquebrantable de alimentarnos con letras. Generó un estilo propio, distinguible y ahora distinguido con la justicia de quien se sabe heredero de Valle Inclán, Julio Camba, Ánxel Fole, Álvaro Cunqueiro, Juan Ramón Somoza, Juan Soto, Paco Rivera, Lois Caeiro, Xosé Trapero Pardo, y también, por razón de premios, por José Luis Alvite y Diego Bernal, para honra de la genética de los Purificación y Antonio de Cora. Hasta Peludez lo sabe y puede que se lo cuente a la admirada Blanca García Montenegro en el próximo San Froilán, comiendo un buen pulpo. El Progreso continúa a pesar de los avances.


Enhorabuena, maestro.

José de Cora, Premio Diego Bernal

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