En campaña electoral, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta de Economía dijeron que los líderes europeos estaban “contrariados” por los posibles pactos del PP con Vox y, tras las elecciones, el discurso oficial dice que esos mismos dirigentes quedaron “aliviados” por el castigo de los electores a la extrema derecha que ha perdido 19 escaños.
Parece normal ese “alivio” porque Vox cabe en la Constitución pero, visto su programa y oídos sus exabruptos, tiene poco encaje en la sociedad española que no quiere retroceder en el modelo de Estado, ni perder los derechos conquistados con el esfuerzo de todos, ni tener como ideario el odio, la división y la exclusión. Dicho esto, los cordones sanitarios, ese acuerdo entre partidos para aislar e impedir que otro llegue al poder, deberían aplicarse también a los partidos de la extrema izquierda que no aceptan la Constitución y en las democracias europeas no tienen cabida.
Por eso, cabe preguntar qué pensarán esos dirigentes europeos, antes contrariados porque Vox entrara en el gobierno y ahora aliviados tras su fracaso electoral, al ver que el partido perdedor de las elecciones negocia con Esquerra y Junts, que ya declararon la independencia en 2017, -y Bildu-, que exigen la amnistía y un referéndum de autodeterminación para apoyar la investidura.
¿Qué pensarán Scholz y Macron viendo al partido socialista negociar con Puigdemont, prófugo de la Justicia, que no cree en la UE y abrió la puerta a Putin para desestabilizar, no solo a España, también a Europa? ¿Entenderán que se entregue la llave del gobierno de la cuarta economía de la UE a un personaje que quiso romper la unidad de España y de Europa desde Cataluña? Qué es más peligros para Europa, ¿qué la extrema derecha “controlada” participe en un gobierno o conceder a Junts, a Esquerra y a Bildu un referéndum que dinamita no solo al Estado español, también al proyecto europeo?
Preguntas para los españoles. ¿Es “progresista” negociar y pactar con Puigdemont, que lleva años chuleando a los españoles, y con Esquerra, Bildu y el PNV que ponen su identidad étnica por encima de la ley, rechazan la Constitución y al Estado español? ¿Qué atenta más contra la democracia y convivencia españolas, un ejecutivo del PP apoyado por Vox o un gobierno Frankestein entregado a los que quieren destruir el Estado? ¿Están de acuerdo los 16 millones que votaron a PP y PSOE -258 diputados- con ser rehenes de 1,6 millones de votos independentistas?
Esos votos buscaban que ambos partidos se entendieran para dar a España estabilidad política, económica y social. Pero pierdan toda esperanza, la gran coalición PP-PSOE no es posible porque los políticos españoles son diferentes, van a lo suyo.