Los menores

Quiero pensar que no hay un solo ciudadano que no sienta un pellizco en el estómago cuando ve como en Canarias no dejan de llegar personas de todas las edades, incluidos bebés, que se juegan la vida huyendo de países y circunstancias que nosotros, los del primer mundo, somos incapaces de imaginar.
Todas estas personas que llegan no solo a nuestro pais, sino a Europa en general son la muestra palmaria del dolor, la injusticia que aún persiste en el mundo y que nosotros, los ricos, los acomodados, nos estamos demostrando incapaces de atajar.


La migración es un fenómeno imparable y así seguirá siendo mientras en los países de origen no se establezcan las condiciones de una vida digna, pero ocurre que provienen de estados fallidos y además corruptos. Me cuesta aceptar que esto no tiene arreglo, que nada se puede hacer lo que nos lleva a aceptar lo imparable de un fenómeno extraordinariamente difícil de gestionar.


Ahora en España el debate más inminente es el traslado de 6.000 menores entre las distintas comunidades autónomas. Ante esta realidad no cabe otra que la solidaridad y el acogimiento. Cualquier otra opción no debe caber en España.


Hay que acogerles y darles las oportunidades necesarias para que encuentren un futuro. Hay ejemplos sublimes de jóvenes que ha llegado en pateras y hoy han encontrado trabajo, han formado sus familias y son unos más entre nosotros. Son muchos para los que esa integración o ha sido posible. No hay que engañarse.


Sin olvidar ni por un segundo las premisas de la solidaridad y el acogimiento se impone hablar y debatir sobre una inmigración ordenada. De este orden los primeros beneficiados serían los propios migrantes. El orden en la migración no significa o no debería, bajo ningún concepto , implicar xenofobia o racismo, sino garantías de dignidad para los que llegan a España. El debate no es fácil pero no imposible y creo que ese es el debate pendiente.


Ante este fenómeno, de momento, imparable no valen soluciones bestias como la que propone VOX de cerrar los centros de menores y que todos sean repatriados. Ante esta propuesta de los de Abascal, el PP no tiene más opción que votar en contra y si rompen gobiernos, cosa que no harán ni en sueños, que los rompan. Hay propuestas que dan miedo.


El debate en España está servido pero no hay indicios de que se vaya a abordar desde la serenidad, de la complicidad al menos entre los dos grandes partidos. Es sabido que el PSOE pone la lupa en el PP tachado de ultra porque pide la implicación de Europa, porque pide actuar en los países de origen o que barcos de la Armada vigilen nuestras aguas y todo esto puede ser discutible, gustar mucho, poco o nada, pero el PP no es Junts, que ha dicho que a Cataluña ni uno. A eso el Gobierno ni contesta, ni matiza, y ni susurra la más mínima critica. ¿Por qué a Cataluña ni un menor y a Cantabria o Asturias si?.


El Gobierno no responde pero si hay algo seguro es que a Cataluña no será trasladado ni un solo menor y el problema es el PP. El partido de Feijoo no se les cae de la boca se aborde el asunto que se aborde, cuando el fenómeno de la migración supera con creces a todos los partidos. También al PSOE.  

Los menores

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