Los menores inmigrantes

La inmigración es responsabilidad del Gobierno, pero su única política conocida fue la sobreactuación que montó en Valencia en 2018 para recibir al Aquarius. Desde aquel “golpe de efecto” no se conocen medidas gubernamentales razonables para enfrentarse a este problema.


No saben qué hacer con las oleadas de inmigrantes que llegan a diario a las costas españolas y vienen para quedarse. Ni se hacen oír en Europa, ni actúan en los países de origen para neutralizar a los “fletadores”, tampoco actúan contra las mafias que operan en las rutas en apoyo logístico con barcos lanzadera o suministro de combustible. El plan de acción para días después de la llegada es “repartirlos” por España y dejarlos a su suerte.


La imprevisión e improvisación con la inmigración evidencian la incompetencia o la falta de voluntad gubernamental que pasó de aquel show en el puerto de Valencia a las devoluciones en caliente y a bandazos sistemáticos sin más planificación que culpar a la oposición del PP, al que denigran mientras le piden una ayuda que esta formación presta.


Como acaba de ocurrir con el “reparto” de los menores acogidos en Canarias. Estos niños están solos, escaparon de la pobreza de sus países, todos vivieron el trauma de la separación familiar y muchos el abuso y la explotación. Es de justicia darles apoyo emocional, formación, atención médica, psicológica... En definitiva, darles atención integral que respete su dignidad, proteja sus derechos y les brinde oportunidades para el futuro. Es la respuesta humanitaria y coordinada, la asunción equitativa de responsabilidades en solidaridad interregional con Canarias asumida por todos.  


Con dos excepciones. La primera la capitaliza Vox, partido ultramontano y xenófobo. La ruptura de los pactos con el Partido Popular en las cinco comunidades en las que este decidió recibir su cupo de menores inmigrantes no es sorpresa alguna en esta formación que opta por radicalizarse aún más en lugar de asumir responsabilidades de gobierno.


Pero la insolidaridad y la xenofobia no son exclusivas de Vox. Los socios del Gobierno, Junts y ERC, declararon a Cataluña “zona de exclusión de recepción de inmigrantes” descartando la acogida de menores y la solidaridad con Canarias. Ningún reproche del Gobierno a estos socios -con los que no rompe- a los que no considera xenófobos sino políticos responsables que “velan por la pureza de sangre” de su territorio.


En fin, que los menores hacinados en Canarias son una pequeña manifestación de la inmigración descontrolada. Por eso, es muy preocupante la carencia de políticas del Gobierno para abordar este grave problema en toda su dimensión en los países de origen, en los trayectos y la falta de ideas en cuanto llegan a territorio español. Como preocupante es la nula previsión ante esa avalancha de 70.000 personas que dicen avanza hacia Canarias. 

Los menores inmigrantes

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