¡Seguiremos adelante!

son letras de la famosa canción Felicidades de Pedro Vargas; canción de desamor entre género femenino y masculino, pero que bien se podría aplicar a la actual situación política española.


Le atribuyen a Bismarck la reflexión de que somos el país más fuerte del mundo, pues los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no hay forma. Cuando harto, el rey Amadeo I de Saboya abandonaba España dejo escrito: «Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatiros; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles». Uno de los pasos más grandes de la historia de España fue la aprobación, por abrumadora mayoría, de la Constitución del 78. Supuso un avance en todos los campos: pensamiento, desarrollo económico, social e industrial y, lo más importante, se dio un gran paso en la unión de los ciudadanos logrando arrinconar la idea de “las dos Españas”.No hace falta ser un gran observador para ver que hoy en día, después de un gran esfuerzo por la reconciliación de todos, este progreso se está desmoronando. Obviando los principales problemas leemos, en la mayoría de los medios, acciones que rayan la tomadura de pelo, que nadie entiende, ni nadie explica en que benefician al ciudadano: visita al Papa, con reportaje fotográfico incluido, «muy emocionante» con poco más de “doscientos euros” de gasto. Reuniones «maravillosas», viajes a EE.UU. muy «chachi piruli».


Al mismo tiempo soportamos, estupefactos, la falta de transparencia en la nefasta política exterior con el Norte de África y EE.UU. Las una vez más acostumbradas trolas en el envío de armas a Ucrania y una falta total de planes de emergencia para problemas acuciantes de la sociedad española. Una deuda desbocada que se acerca al 150% del Producto Interior Bruto; a pesar de ello un déficit público en constante aumento con un gasto abrumador para soportar 22 ministerios, más de 800 asesores o para financiar embajadas por todo el mundo, de una región española.  Sin noticias del caos de la Educación, la falta de recursos humanos en sectores como la Sanidad o la Justicia, una inflación muy por encima de la media de la UE, el mayor índice de desempleo o la desesperada situación de miles de autónomos; uso escandaloso del “decreto ley” que torea al Congreso de los Diputados.


A pesar de todo y teniendo en cuenta que en un año largo nos pueden dejar el país como una pradera, como dice la canción, ¡contra el viento y la marea seguiremos adelante!

¡Seguiremos adelante!

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