Ya se respira Navidad en la mayoría de las ciudades y a pesar de que se trata de un período festivo y de celebraciones, puede provocar sentimientos de todo tipo en las personas. Para mucha gente, esta época es un momento complicado; en estas fechas se intensifican las emociones tanto positivas como negativas, entre estas últimas podemos destacar la soledad, la pérdida de seres queridos o la nostalgia por tiempos pasados.
Daniel Valencia, psicólogo del Hospital Ribera Juan Cardona, analiza por qué en estas fechas es habitual que se incrementen los sentimientos de tristeza y ansiedad. “En primer lugar, es importante reconocer que cada persona vive este período festivo de una manera distinta y que sus emociones pueden estar influenciadas por su historia personal, sus relaciones o su estado emocional de ese momento. Por ejemplo, alguien puede estar pasando el duelo por la pérdida de un ser querido y, simplemente las reuniones familiares le recuerdan esa ausencia. Otros pueden sentirse presionados por las expectativas que tiene la sociedad: ser felices, gastar dinero en regalos, quedadas ideales... Todo puede generar estrés o sensación de insuficiencia, no estar a la altura”, comenta.
Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas viven en soledad. Para alguien que no tiene una red de apoyo cercana, la Navidad puede resaltar aún más esa sensación de aislamiento. Y si sumamos factores como el estrés económico o el lugar de residencia, es comprensible que no todo el mundo viva esta época con alegría.
El duelo
“Durante las fiestas navideñas, es común que las personas busquen ayuda porque se sienten más tristes o ansiosas. Algunos pacientes llegan porque estas fechas les reactivan duelos que no han podido procesar del todo, otros acuden porque sienten que no encajan en el espíritu festivo que "todo el mundo" parece tener e incluso, por situaciones de soledad”, explica.
El duelo es un proceso de adaptación emocional que atravesamos cuando enfrentamos una pérdida importante en nuestra vida. Y no solo hablamos de la muerte de alguien cercano; también puede ser el fin de una relación, un cambio de vida significativo o incluso perder un trabajo; lo vemos representado con diferentes reacciones emocionales, cognitivas y físicas. Es un proceso natural y necesario para adaptarnos a la nueva realidad, ajustando la vida y emociones a lo que hemos perdido.
“Para que el duelo no se convierta en un problema más grande, como un trastorno depresivo o un duelo prolongado, es fundamental permitirnos sentir y expresar las emociones. No pasa nada por llorar o sentirse triste, porque eso forma parte de la sanación”, apunta el psicólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
“Es importante mantener rutinas saludables, como dormir bien, comer equilibrado y hacer ejercicio, esto nos protege emocionalmente. Y si la tristeza se siente demasiado pesada o no mejora con el tiempo, lo mejor es buscar ayuda profesional. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de autocuidado”.
"Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de autocuidado"
Si conocemos a alguien que lo está pasando mal en Navidad, lo más importante es estar ahí para esa persona, sin juzgar. A veces, lo único que necesitan es que alguien los escuche con empatía y sin tratar de dar respuestas u opiniones sobre sus problemas.
“También podemos ofrecerles alternativas. Quizá esa persona no quiera participar en las tradiciones navideñas habituales, pero podríamos proponer actividades diferentes que no estén cargadas de tanto simbolismo, una caminata, ver una película o compartir una comida sencilla”, propone Daniel Valencia. Es importante evitar frases como "anímate" o "no es para tanto", porque pueden hacer que la persona se sienta incomprendida. En su lugar, podemos decir cosas como "Entiendo que esta época es difícil para ti, ¿cómo puedo ayudarte?". Y si vemos que la tristeza es muy profunda o persistente, animarlos a buscar apoyo profesional es una gran forma de ayudar.
Los conflictos familiares
Las cenas, comidas y reuniones familiares de toda índole también pueden plantear un problema, porque se agravan conflictos y tensiones que a lo largo del año pueden no ser tan intensas. “Las reuniones obligatorias, los temas sensibles que salen a relucir, o simplemente convivir con personas con quienes hay tensiones puede ser muy difícil. Como profesionales, ayudamos a estas personas a entender que no están solas en sus sentimientos y que hay formas de manejar estas situaciones”, explica el psicólogo.
El enfoque debe ser personalizado, ya que cada individuo posee su propio contexto y su problema, y hay que tener en cuenta que cada ser humano afronta una misma situación de una manera única, aunque existan ciertas características comunes que permiten desarrollar estrategias para abordar cada escenario de manera lo más controlada posible.
Si las fechas navideñas te genera sensaciones negativas, aquí tienes algunas recomendaciones generales para poder abordarlas mejor:
- Enfocarse en el autocuidado realizando actividades que nos reconfortan o nos resulten agradables y nos ofrezcan una forma de distracción o placer, como puede ser el voluntariado, que nos permita sentirnos realizados ayudando a diversas causas sociales y que a su vez nos permita sentirnos acompañados.
- Trabajar en la planificación de cómo afrontar estas fiestas, ya sea evitando ciertas situaciones que nos resulten incómodas o participando en actividades que sean más agradables. A veces, sobrecargar el calendario de compromisos ayuda a una reducción del estrés.
- Búsqueda de ayuda profesional especialmente si los sentimientos de tristeza se acentúan durante estas fechas.
Para más información:
www.riberasalud.com/juan-cardona/
Teléfono: 981312500
citas@hjcardona.org