Se estima que entre el 50 y 60% de las mujeres desarrollarán en algún momento de su vida miomas uterinos, muy frecuentes y comunes en la edad fértil. “Los miomas son nódulos benignos que aparecen en el útero y que tienen su origen en las células de músculo liso de su pared. Son muy frecuentes, y la gran mayoría son asintomáticos por lo que no precisan tratamiento”, explica Fernando Cobián, ginecólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
Sin embargo, en algunos casos, estos miomas sí presentan sintomatología y deben ser tratados ya que afectan a la calidad de vida de las pacientes.
Los principales síntomas son sangrado menstrual abundante y largo, dolor durante las relaciones sexuales, presión en la vejiga que conlleva la necesidad de acudir frecuentemente al baño, dolor lumbar y abdominal y que las pacientes se noten una masa al palparse su abdomen.
Diagnóstico y tratamiento
Los miomas se diagnostican mediante una ecografía que se realizará cuando la paciente presenta síntomas o durante una revisión ginecológica rutinaria.
El tratamiento clásico más utilizado para los miomas es la cirugía, tanto tradicional como laparoscópica, que, dependiendo de su número, localización y tamaño, requerirá una técnica más o menos invasiva.
“Sin embargo, la radiofrecuencia es un tratamiento alternativo a la cirugía, mínimamente invasivo y, en aquellos casos en los que está indicado, tiene unos excelentes resultados”, explica el doctor Cobián.
En España, se realizan unos 2.000 tratamientos anuales de miomas por radiofrecuencia. "La evolución de la radiofrecuencia aplicada a los miomas en nuestro país ha sido muy notable desde que se empezó a realizar a principios de 2012. En la actualidad, y especialmente en los últimos tres años, ha experimentado un crecimiento exponencial, consolidándose como una de las primeras opciones para tratar este tipo de patología, siempre que esté indicado”, señala el especialista.
La radiofrecuencia de miomas es una técnica probada, eficaz, sencilla y segura que mejora la calidad de vida de las pacientes. Se realiza en el quirófano del hospital con anestesia epidural o sedación y la paciente se va de alta el mismo día de la cirugía. No deja cicatriz, no daña el útero y permite una recuperación mucho más rápida.
“La radiofrecuencia no deja cicatriz, no produce dolor, ni hemorragia y la intervención dura menos de una hora”
“La radiofrecuencia nos permite tratar determinados miomas por vía vaginal, no produce dolor, ni hemorragia y la intervención dura menos de una hora”, explica el doctor Cobián, que realiza este tratamiento en el Hospital Ribera Juan Cardona.
“Con la paciente sedada, se inserta en la vagina un dispositivo especial que emite energía de radiofrecuencia de forma controlada, calentando y destruyendo el tejido del mioma. Este calentamiento controlado encoge y desnaturaliza el tejido del mioma, lo que provoca su reducción en tamaño y disminución de los síntomas”.
Esta técnica evita los riesgos de una cirugía clásica. La estancia hospitalaria es corta ya que a las 4 horas de la intervención la paciente recibe el alta. El periodo de recuperación en su casa no suele superar los 3 o 4 días antes de retomar su vida normal.
“A los dos meses ya vemos que se consigue una normalización de esas menstruaciones abundantes y al año el volumen del mioma se reduce en un 70%. Además, acorta mucho los plazos en el caso de que la paciente quisiera quedarse embarazada”, indica el ginecólogo.
Síntomas que pueden indicar la presencia de miomas uterinos:
Para más información:
www.riberasalud.com/juan-cardona/
Teléfono: 981312500