Cuando se habla de métodos anticonceptivos, especialmente en el caso de parejas estables, suele ser la mujer la que adopta las medidas. Esta situación está cambiando, asociada a los notables cambios sociales y culturales en materia de sexualidad, lo que hace que más hombres se impliquen en la planificación familiar. Las opciones de métodos anticonceptivos son más amplias para la mujer, mientras que en los hombres prácticamente se restringe al uso del preservativo o a la vasectomía.
“La vasectomía es un procedimiento quirúrgico diseñado para conseguir la esterilización masculina permanente, impidiendo el paso de espermatozoides al eyaculado mediante la ligadura de los conductos deferentes. Estos conductos comunican los testículos, donde se producen los espermatozoides, con la uretra, y al interrumpir este flujo, se produce un semen que no tiene capacidad para concebir”, explica el doctor José Manuel Pardo Figueiras, urólogo del Hospital Ribera Juan Cardona.
Esta forma de control de la natalidad destaca por su alta eficacia, con una tasa de fracaso de apenas el 0.2%, un porcentaje considerablemente inferior a otros métodos, lo que la convierte en una de las fórmulas anticonceptivas más fiables disponibles.
Cabe destacar que la vasectomía no afecta a los niveles de testosterona ni al deseo sexual. No provoca ni disminución de la libido ni disfunción eréctil por lo que los hombres pueden seguir disfrutando de una vida sexual plena y de relaciones sin interrupciones. Es importante recordar que la vasectomía no protege en la transmisión de otro tipo de infecciones de transmisión sexual, como VIH, gonorrea o sífilis.
La vasectomía no provoca disminución de la libido ni disfunción eréctil, pero no protege frente a las ITS.
“La intervención es una cirugía menor, donde con anestesia local y con una incisión mínima, se accede al deferente, se corta, se fulgura y se liga con un hilo. Existe la opción de una vasectomía ‘sin bisturí’ en la que la incisión se realiza con una pinza. Siempre se accede a través de la piel y queda una pequeña herida de rápida cicatrización”, detalla el urólogo.
La intervención
Tras la intervención los pacientes no deben realizar ejercicio físico intenso por 2-3 días y pueden utilizar analgésicos si notan molestias. Se recomienda que, como mínimo, en los siguientes tres meses tras la intervención se utilicen otras medidas anticonceptivas, y, después de ese periodo de tiempo, es aconsejable realizar un espermograma para verificar que no hay espermatozoides.
“La efectividad de la intervención es cercana al 100%, siendo uno de los métodos anticonceptivos más eficaces, pero conviene comprobar la correcta obstrucción de los conductos”, apunta el especialista del Ribera Juan Cardona.
Es un procedimiento ambulatorio, bien tolerado y el paciente puede reintegrarse rápidamente a sus labores habituales. Las complicaciones son muy poco frecuentes, y en algunos casos podría manifestarse inflamación o hematoma en la zona.
“El paciente que se somete a una vasectomía debe hacerlo con la conciencia de que es un método definitivo e irreversible, porque, aunque se pueda revertir la vasectomía con técnicas microquirúrgicas, la tasa de embarazo es baja. Se trata de un procedimiento más complejo y su éxito depende de muchos factores, entre ellos, uno de los principales es el tiempo transcurrido luego de la intervención”, concluye el especialista.
Pide cita
www.riberasalud.com/juan-cardona/
Teléfono: 981312500